Adriana Alvarado Cabezas, alumna de cuarto de Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales, es la delegada de alumnos de la Universidad Católica de Valencia (UCV) por segundo año consecutivo. Adriana es consciente de que el cargo conlleva mucha responsabilidad: “El papel de delegado general es una representación frente a mis propios compañeros. Ni más ni menos. Lo que ellos quieren lo haré llegar y lucharé por conseguirlo”. La delegada ya sabe lo que es representar a sus compañeros, pero este año lo afronta de una manera diferente al anterior. “Creo que al ser el último año me da una perspectiva diferente, es como mi último empujón. Quiero llegar y darlo todo”, matiza la futura abogada.

Junto a ella, le acompaña Laia Domingo Navarro, subdelegada general y estudiante de cuarto curso de la titulación de Biotecnología, que reconoce el cargo como “la voz del alumnado” y garantiza que están para lo que necesiten sus compañeros. Conversamos con ellas en la siguiente entrevista, donde han recogido las propuestas y objetivos que han trasladado personalmente al rector, José Manuel Pagán, acompañados de la vicerrectora de Estudiantes y Vida Universitaria, Lucía Alonso Larza.

Tendréis nuevos retos ya planteados… ¿cómo esperáis que sea este año? ¿Cómo lo afrontáis?

Adriana Alvarado: Con la mentalidad de que van a ser nuevos retos. Es el último año y lo que quiero es empatizar más con mis compañeros. Me encantaría aprovecharlo al máximo.

Laia Domingo: Al igual que Adriana, poder exprimir todo lo que se pueda y ayudar en la universidad porque se ha convertido en mi segunda casa. Siempre escuchando a los alumnos y pudiendo trasladar sus propuestas.

 ¿Cuáles fueron las propuestas que han supuesto que salierais elegidas en las elecciones a delegado de alumnos?

A.A.: Al haber disfrutado ya de un año… mi propuesta fue que lo iba a hacer mejor. El papel de delegado es un puesto que nadie te prepara ello, eres líder y los grupos de trabajo tampoco te enseñan a desempeñar el cargo.

L.D.: Me presenté con mucha ilusión y expliqué que iba a estar para los demás, que iba a intentar mejorar en todos los aspectos que envuelven la vida universitaria.

¿Qué destacáis de aquello que habéis podido abarcar en estos últimos meses?

A.A.: Tenemos muchas reuniones, la comunicación con los organismos de la facultad es directa. Es un cargo de mucho compromiso y responsabilidad.

L.D.: Al haber ocurrido la catástrofe ocurrida en Valencia por la DANA, la importancia del delegado se ha visto más reconocida. Hemos estado pendientes de las necesidades de los compañeros, si había alguno afectado y si podían acceder a las clases. Se ha evidenciado que estamos aquí con el objetivo de caminar juntos.

¿Qué relación mantenéis con los delegados de titulación, de clase y delegados de la facultad?

A.A.: Lo que tratamos de hacer con cada una de las reuniones es conocernos y reconocer que no nos representamos a nosotros mismos, sino a todos los alumnos de cada una de las facultades que ofrece esta universidad.

L.D.: Cada facultad es una pequeña casa y al juntarnos con todos te das cuenta de que tenemos un objetivo comú.

¿Cuál creéis que es la percepción que tienen los compañeros de vosotras? Al fin y al cabo, ellos son los principales valedores de que estéis como sus representantes

A.A.: Supongo que nos ven con mucha capacidad, no dudan de la capacidad que podamos tener frente al cargo y eso es lo que a mí me mantiene activa en todo momento para no querer decepcionarlos

L.D.: Ponen mucha confianza en ti. No dejas de ser una compañera más que les puedes ayudar. Es mucha responsabilidad, pero también es muy gratificante ver cómo poco a poco vas cubriendo esas necesidades