Medio centenar de estudiantes de prácticamente todas las titulaciones de la Universidad Católica de Valencia (UCV) han recorrido recientemente el Camino de Santiago portugués (desde Tuy) en cinco etapas. Una experiencia que, por su riqueza y acogida entre la comunidad universitaria, es una peregrinación anual en esta institución.

Así lo ha expresado el capellán mayor, Vicente Ferrer, quien ha coordinado la peregrinación, de la que ha destacado el ambiente vivido en el grupo: “La armonía ha sido la nota predominante en estos días. Lo que en principio eran parejas o grupos pequeños de compañeros, al segundo día era ya un grupo con un gran compañerismo y acompañamiento al que sufría donde se ha dado un espíritu de comunión”.

No obstante, "lo más impresionante ha sido el encuentro diario con el Señor en las oraciones del camino y en la eucaristía diaria, así como la emocionante llegada a la Plaza del Obradoiro y la posterior Misa del Peregrino en la Catedral de Santiago, oficiada por el deán, y en la que se nos felicitó por la peregrinación”, ha añadido.

Teresa Villanueva, alumna de segundo de Medicina, está muy agradecida por su primera peregrinación a Santiago, a la que se apuntó junto a varias compañeras de clase: “Vivir una experiencia así, y hacerlo con amigas, ha sido muy enriquecedor tanto a nivel personal como religioso. Vicente Ferrer nos ha hecho vivir el camino de una forma muy especial, sobre todo, a través de sus reflexiones y misas que han reforzado nuestra fe”, ha subrayado.

Para Javier Mira, alumno de primero de Enfermería, “el Camino de Santiago es algo que tenía en mente desde hace mucho tiempo y que la UCV me ha dado la oportunidad de hacer. Más allá de la belleza de los paisajes de este Camino Portugués, compartir con gente de tu edad un mismo objetivo es algo que une mucho y que ha hecho de esta primera vez algo muy especial”, ha asegurado.

Paula Navarro, egresada en la doble titulación de Educación Primaria y CAFD y alumna actualmente del Máster en Educación Inclusiva, ha coincidido con Javier en la “belleza” de este recorrido y ha destacado “las sobremesas de las cenas, en las que cada uno contaba las anécdotas y experiencias diarias. Salíamos todos a la misma hora, pero cada uno llevaba su ritmo, con lo que la puesta en común de las noches era un momento muy divertido y que evidenciaba la unión del grupo”.