El Vicerrectorado para los Alumnos y Acción Social de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha presentado la resolución definitiva de proyectos para cooperación universitaria al desarrollo en modalidad Trabajo Fin de Grado (TFG) y Trabajo Fin de Máster (TFM). Los estudiantes cuyas investigaciones han sido seleccionadas son María Teresa Fernández, alumna de cuarto curso del Grado en Psicología; Iñaki Masip, estudiante del Máster Universitario en Resolución de Conflictos en el Aula; y Sara Solà, estudiante del Máster Universitario en Psicología Jurídica. 

La vicerrectora para los Alumnos y Acción Social, Beatriz de Ancos, que ha dado la “enhorabuena” a todos los participantes, asegura que los proyectos para trabajos de TFG y TFM reflejan el “compromiso” de la UCV “por sensibilizar a los estudiantes en la contribución activa a la consecución de un desarrollo sostenible, dentro de los 17 objetivos (ODS) de la Agenda 2030 aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas”. Para De Ancos la Cooperación Universitaria al desarrollo debe apuntar “a la formación de una ciudadanía socialmente responsable, que se comprometa con los desafíos de un mundo global”.

AYUDAR A LAS PERSONAS MIGRANTES EN SUS LUGARES DE ORIGEN

Fernández ha presentado para su TFG un proyecto de colaboración con la Asociación Pro Retorno con el objetivo de paliar los problemas asociados a la inmigración por causas económicas. Además de redactar un informe que sensibilice a la población española sobre el precario estado de las personas migrantes, Fernández pretende contribuir a que estas puedan labrarse un futuro en su país de origen mediante un plan personal de desarrollo y un estudio socio-económico de su zona de origen, de modo que encuentre allí una actividad viable económicamente y que produzca desarrollo sostenible.  

“Muchas personas migrantes llegan a España y a otros países europeos con la esperanza de tener un futuro que en sus países no se han podido labrar. Muchos de ellos son graduados con muchas capacidades y, sin embargo, se encuentran aquí realizando trabajos sin contrato o incluso viviendo sin un techo bajo el que cobijarse. Existe mucha desinformación en sus países de origen a este respecto”, explica Fernández. 

RESILIENCIA DE LAS PERSONAS REFUGIADAS DURANTE LA PANDEMIA 

Por su parte, Solà centra en su TFM, El rol de la resiliencia en personas refugiadas durante la pandemia de la COVID-19, en la investigación en efectos colaterales, un tanto olvidados, de la crisis sanitaria mundial: “A pesar de los constantes ataques a los derechos humanos y la paralización socio-económica, son pocos los focos de atención centrados en la crisis psicológica que causa la pandemia”.  

“La problemática se multiplica cuando nos referimos a personas refugiadas, ya que además viven un viaje de desprotección, incertidumbre, aislamiento, miedo y desesperanza; situaciones que aumentan las probabilidades de padecer ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático”, explica.  

Por ello, uno de los objetivos de Solà es investigar el rol de la resiliencia en las personas migrantes y realizar una campaña de sensibilización que luche “contra la desinformación, el miedo o la ignorancia que llevan a culpabilizar al diferente”.  

EL DEPORTE COMO HERRAMIENTA DE SOCIALIZACIÓN DE NIÑOS SIN RECURSOS 

De igual modo, el TFM de Masip, Propuesta de reducción de conflictos a través de la práctica del deporte, propone diversas estrategias enfocadas a que los propios niños aprovechen el deporte para su desarrollo físico, social, emocional y cognitivo. El deporte ayuda a formar a la persona de una manera integral y uno d ellos objetivos del estudiante de la UCV es llevar su propuesta a niños que vivan en un contexto de desigualdad económica, cultural y social.

“La meta es lograr la integración en la sociedad de personas que por sus circunstancias de vida viven en la marginación. El deporte es una herramienta que favorecerá su integración social. Además, me gustaría poder llevar este proyecto a países en vías de desarrollo”, expone Masip.