“Hay muchas crisis: económica, política, social, moral, pero que, en definitiva, todas ellas se reducen a una profunda crisis donde lo que está en juego es el hombre. La crisis hace cuartearse y tambalearse la sociedad que debería asentarse en la verdad de lo que somos y conducirse por los derechos humanos inviolables”. Así se manifestó el cardenal Antonio Cañizares en la conmemoración del 50 aniversario de Antropología metafísica de Julián Marías, organizado por la Cátedra Fides et Ratio de la UCV, Universidad Católica de Valencia, en la que el cardenal cañizares hizo un llamamiento a la relectura porque “en la obra de Julián Marías podemos encontrar una clave muy honda para el futuro de la humanidad y para el futuro de España”
El Cardenal Cañizares, Gran Canciller de la UCV, afirmó que la obra Antropología metafísica merece “toda nuestra adhesión, todo nuestro reconocimiento y toda nuestra admiración. La clave del pensamiento de Julián Marías es la verdad y la verdad es que el hombre ha sido creado por Dios -a imagen de Dios- ahí radica la grandeza y la base de su dignidad, donde se fundamentan los derechos humanos inviolables, universales, que nos hacen iguales en dignidad y vocación, aunque diferentes, pero nos reclaman la unidad, la concordia, el entendimiento mutuo y la paz. Ahí radica la originalidad del ser humano que es ser persona: libre, sujeto de derechos, capaz de la verdad que nos alberga y sobre la verdad se construye y se abre al porvenir. Este es el núcleo de su antropología que necesitamos en estos tiempos de confusión y desconcierto”, expuso.
“Lo que está en juego en estos momentos -explicó el cardenal- es el ordenamiento de nuestra sociedad, también de la española. No es un únicamente, ni principalmente una cuestión socio-jurídica, ni siquiera ético-jurídica, sino una cuestión antropológica de raíz metafísica y de un decisivo impacto existencial que es el concepto de hombre, la preocupación y pasión por el hombre.
Por su parte, el Vicario de Cultura y Relaciones Institucionales de Valencia y director de la Cátedra Fides et Ratio, José Luis Sánchez García, afirmó que “Julián Marías fue un gran pensador, preocupado por el hombre y por el destino del hombre, que se abrió a la razón que definió como aprehensión de la realidad en su conexión.” José Luis agradeció el interés y el apoyo del cardenal a esta línea de investigación y repasó el largo recorrido dedicado al estudio de la obra de Julián Marías en la Universidad Católica de Valencia, “que ha dado lugar a toda una Escuela Valenciana sobre su pensamiento, en la que se inscriben las numerosas publicaciones, tesis y congresos celebrados en la Universidad Católica de Valencia y que la han situado como un referente en el estudio del pensamiento, la obra y el legado de Julián Marías” afirmó.
José Luis Sánchez afirmó que “no podíamos dejar pasar el aniversario de la obra magna de Julián Marías, de la que él mismo afirmaba que es donde alcanzó su nivel.” El discípulo y amigo personal del filósofo vallisoletano recordó que “Marías fue uno de los pensadores históricos que, partiendo de su conocimiento del pensamiento europeo contemporáneo, de Husserl y de Heidegger, y siendo el gran discípulo de Ortega, estableció una corriente de pensamiento cristiano desde la que defendió la razonabilidad de la fe con argumentos filosóficos”. José Luis Sánchez subrayó que “la estructura empírica que Marías constituyó, nos lleva en su Antropología metafísica al planteamiento radical de Dios. Estas categorías filosóficas hacen comprensible que el hombre necesite adentrarse en Dios, en su origen que es Dios, para entenderse a sí mismo”, concluyó.
El coordinador de la Cátedra Fides et Ratio, Juan Díez Sanz, rememoró el legado de la Escuela de Madrid de los años 30, iniciada por Ortega a su vuelta de Alemania, y por Unamuno, y reflexionó sobre la naturaleza del conocimiento filosófico y el carácter escolar de la filosofía sobre el que cabe preguntarse: “¿por qué la filosofía forma escuela?, ¿por qué la transmisión del saber es personal? y ¿por qué la transmisión del conocimiento precisa de maestros?”. Sobre la obra Antropología metafísica, el profesor Díez destacó que “estamos indudablemente ante una obra de madurez del pensador español, escrita cuando contaba con 56 años de edad, pues vio la luz en 1970, tras un largo periodo de 20 años de reflexión y un silencio previo del autor que recordaba a otras grandes obras del pensamiento universal”, apuntó. El profesor Díez recordó que “el pensamiento es un cauce subterráneo que fluye por debajo del bullicio de todas esas informaciones y opiniones que nos llegan, en esa anábasis apuntada por Ortega”, y que cuando Marías define que al hombre como “el animal que tiene una vida humana”, no solo no está incurriendo en una tautología, sino que está alumbrando todo un ámbito novedoso de consideración sobre el ser humano en un sentido no reduccionista y no cosificador de su realidad personal.
El abogado y escritor Fernando Alonso Barahona, recordó que “Julián Marías construye en Antropología metafísica una apasionante interpretación y desarrollo del contenido de una metafísica según la razón vital. Su base y su núcleo seria, obviamente, el análisis de la estructura de la vida humana, la realidad radical de cada persona, de cada uno de nosotros.”
Fernando Alonso Barahona destacó que “La vida humana posee una estructura que descubro analizando mi propia vida; estas estructuras analíticas permiten aprehender la realidad singular de cada vida, y la forma más singular de hacerlo es contándola.” A continuación, el estudioso precisó que: “esa estructura analítica (narración de una vida) tiene unos supuestos que no podemos pasar por alto; cuando contamos, por ejemplo, la biografía concreta de un hombre estamos dando por supuesto lo que denominamos hombre, es decir, la serie y el conjunto de elementos previos a cada biografía y con los cuales contamos. A esa zona de realidad es a la que Marías llama estructura empírica”, afirmó.
Como conclusión, Barahona subrayó que “Antropología metafísica es como una autopista de la intelectualidad”, donde podemos encontrar planteados los grandes interrogantes que nos interpelan. Y añadió: “Tenemos que preguntarnos qué cosas nos interesan de verdad en esta vida. Para Marías la norma es clara: aquellas para las cuales la muerte no es una objeción”, y concluyó señalando que “la principal de ellas es, sin duda, el amor”.
El hispanista norteamericano Harold Raley, que intervino online desde Oklahoma, comenzó recordando las exitosas intervenciones de Julian Marías en Estados Unidos, que le permitieron descubrir la novedad abierta en la filosofía por los pensadores españoles. Para Raley la filosofía permanece –afirmó- porque “la verdad puede ser vieja, pero es de las cosas que no envejecen. Las noticias pueden ser alarmantes hoy en día, pero el pensador de casta, como es el caso de Marías, no cae en la trampa y no se apresura”, afirmó. El experto aseguró que la obra supuso “un esfuerzo máximo del autor” -y añadió que- “filosofar es estar en estado de alerta, renaciendo a la verdad, no poder dormir.”
El prestigioso hispanista expuso que “debido a su carácter abarcador, el pensamiento de Don Julián Marías será indudablemente un hito en la historia de la filosofía no solo de España y los países de habla española, sino también del Occidente entero”. Y subrayó: “Veo en esta manera de ver e interpretar la realidad personal una mina de oro repleta de vetas inexploradas de posibilidades humanas.”
Harold Raley, considerado por Marías como mejor hispanista de nuestro tiempo, concluyó afirmando que “dejar de hacer preguntas radicales es dejar de hacer filosofía” y que el filósofo español tiene la virtud de que “no esconde las verdades, es el campeón de la verdad, que confesaba no haber mentido nunca, lo cual es una lección moral para todos nosotros”, concluyó.
El acto de conmemoración de la obra magna de Marías que fue seguido por más de 400 personas online, acumula en la actualidad de 700 visualizaciones en el enlace “50 Aniversario de la publicación de Antropología Metafísica de Julián Marías”- https://www.youtube.com/watch?v=IYp7m1wTPqw. Los datos de afluencia y seguimiento del evento son la mejor prueba del interés que sigue despertando la obra de Julián Marías en la actualidad.