¿Qué está cambiando? (Silvia Sempere, Paraula)
Noticia publicada el
miércoles, 1 de junio de 2022
Las agresiones sexuales de menores en manada, el abuso sexual infantil, el ‘sexting’ o difusión no consentida de vídeos o imágenes de carácter sexual producidas por el propio menor, el ‘grooming’ ociberacoso de un adulto a un menor con la finalidad de abusar sexualmente de éste, la pornografía infantil en internet y las redes sociales o la prostitución, son una desgraciada realidad cada día más presente en la vida de los adolescentes.
Así lo muestran recientes estudios que alzan la voz de alarma sobre estos delitos de carácter sexual que los menores sufren muchas veces en silencio.
Según un reciente informe de la Fundación ANAR sobre el abuso sexual a los menores de edad atendidos por dicha Fundación en un periodo de diez años, se ha producido un incremento del 280,2%, pasando de 273 casos en 2008 a 1.038 casos en 2018.
La victimización que sufren los adolescentes víctimas de estos delitos no se muestra en las estadísticas oficiales que reflejan parcialmente la realidad de las personas menores de edad que sufren violencia sexual, puesto que la mayoría no denuncian por miedo, vergüenza o por no tener conciencia de que están sufriéndola, por lo que la “cifra negra u oculta” de delitos no denunciados es muy alta. Por esta razón y para dimensionar la magnitud del problema es necesario realizar encuestas de victimización con preguntas específicas a los menores de edad sobre cuestiones de índole sexual con la finalidad de detectar situaciones de violencia sexual y poder actuar desde los poderes públicos y las instituciones mediante protocolos de prevención e intervención.
En la otra cara de la moneda, además de las víctimas menores se encuentran los menores victimarios que cometen delitos de carácter sexual contra otros menores. Ante el alarmante aumento de casos en los últimos meses, nos preguntamos si entre otros factores –como la educación sexual o los valores en el seno de la familia-, la visualización de pornografía en internet está o no modificando la percepción de la sexualidad por parte de nuestros adolescentes.
En este sentido, Save The Children en un reciente análisis sobre el consumo de pornografía en adolescentes y su impacto en el desarrollo y las relaciones con iguales, afirma que el 62,5 % de las personas adolescentes encuestadas de entre 13 y 17 años ha visto pornografía alguna vez en su vida. Y concluye que la pornografía de consumo masivo online, gratuita e ilimitada perjudica a la adolescencia puesto que “el deseo sexual adolescente se va construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales”. Los propios menores en el citado estudio ponen de manifiesto que cuando intentan imitar las prácticas porno no siempre solicitan un consentimiento, como sucede en la pornografía que consumen online.
Por ello, debemos insistir en la importancia de la información y la educación sexual, una respuesta a medio y largo plazo pero que nos permita construir la base de una sociedad justa e igualitaria en la que los adolescentes crezcan en el respeto a los valores de igualdad, justicia y dignidad humana.
Silvia Sempere es vicedecana del Grado en Criminología.