En diciembre de 2018 la UCV celebró un seminario internacional dedicado al estudio del papel de la educación intercultural y en derechos humanos tras el Holocausto. A pesar de los distintos enfoques disciplinarios y procedencias culturales y religiosas de los científicos que participaron en el evento, todos coincidieron en torno a un mensaje principal: la investigación y los estudios sociales adquieren sentido siempre y cuando estén al servicio de la sociedad y permitan un desarrollo mayor en el grado de humanización de la persona.

Martínez-Guzmán, académico valenciano pionero en el ámbito del estudio de la paz solía decir que los seres humanos “tenemos tanto el conocimiento como la capacidad de destruirnos a nosotros mismos […] sin embargo, el conocimiento, la capacidad y la competencia humana demuestran que hay muchas maneras en que los seres humanos pueden cultivar la relación”. Así, podemos afirmar que del mismo modo que hemos sido capaces de cultivar la violencia estructural o la llamada “paz negativa”, somos capaces de cultivar competencias para las relaciones no violentas y formas de crear la cultura de la paz.

La investigación en el ámbito de las ciencias sociales tiene un papel primordial al establecer los valores y principios que rigen y determinan el carácter de la sociedad. Un resultado ambicioso de esta es la Declaración de París sobre la promoción de la ciudadanía y de los valores comunes de libertad, tolerancia y no discriminación mediante la educación, firmada por los ministros de Educación de la UE. El estudio que conlleva el desarrollo de la declaración analiza la construcción social de los conceptos de “otredad” o “xeno”, y el uso de términos como “nosotros” o “comunidad”.

El terrorismo en Europa, el Brexit, al igual que los recientes acontecimientos en Cataluña, se explican desde el análisis del fenómeno de la identidad cultural y el sentido de pertenencia o a la falta del mismo. Estos acontecimientos obligan a abordar desde la investigación y la reflexión ética las cuestiones de la diversidad cultural, la inmigración, la integración y el desarrollo de valores europeos compartidos.

Zvi Bekerman, miembro del grupo de investigación CIDEC (Citizenship Culture Diversity and Education) de la UCV, afirma que la integración de la religión en la enseñanza de valores cívicos y democráticos supone un especial reto para el ámbito educativo. Son necesarias elaboraciones filosóficas, estudios empíricos en psicología política e investigación sobre condiciones y diseños que posibiliten el surgimiento de una socialización basada en los fundamentos democráticos en contextos educativos culturalmente diversos y que reconozcan el papel de la religión desde un planteamiento humanizador y de valores europeos compartidos.

Tamar Shuali

Profesora de Magisterio (UCV)