Compromiso con los enfermos (Carlos Barrios, Levante-EMV)
Noticia publicada el
martes, 13 de febrero de 2024
Para los que tenemos una implicación directa en la formación de los estudiantes de las distintas profesiones sanitarias, particularmente los futuros médicos y enfermeras, la reciente Jornada Mundial de los Enfermos es una irrenunciable oportunidad para reflexionar sobre cómo mejorar la atención médica y el cuidado de los enfermos. Para cualquier médico y enfermera no es simplemente un día para reactivar desde el fondo del corazón nuestra compasión por aquel que sufre. No todo el mundo tiene resortes para eso. Es un día para reconsiderar nuestra vocación de servicio cuidando la salud de las personas -no usuarios del sistema- que tenemos encomendadas en razón de nuestra profesión.
Resumo ahora algunas ideas -en forma de preguntas- sobre las que poder hacer un poco de examen personal y mejorar decididamente la atención a los enfermos por parte de los que nos dedicamos a esta tarea.
¿Consideramos que es muy relevante en nuestra profesión desarrollar habilidades de comunicación empática para comprender las necesidades emocionales y físicas de los pacientes? ¿Nos planteamos metas concretas de mejora personal en lo que hoy se llama comunicación empática?
A pesar de que quizá no dispongamos del tiempo adecuado de consulta ¿Nos esforzamos durante las consultas por escuchar las preocupaciones y preguntas de los pacientes? ¿Nos interesamos solo de escudriñar en sus patologías, o nos olvidamos de que son personas que sufren?
¿Somos conscientes del impacto emocional que la enfermedad puede tener en los pacientes y proporcionamos apoyo emocional y recursos para ayudarlos a sobrellevar su situación?
¿Qué actitud tenemos cuando se trata de educar a los pacientes sobre sus condiciones de salud, tratamientos y opciones disponibles para que puedan tomar decisiones informadas? Un despego de estos aspectos -obligaciones del profesional- modifica la vivencia de la enfermedad por parte del paciente y les podemos hacer un daño real.
¿Nos esforzamos por ser accesibles para los pacientes, en la medida de los posible, ya sea a través de consultas presenciales, telemedicina u otros medios de comunicación?.
¿Somos conscientes de que una sana y estrecha colaboración con otros profesionales de la salud tiene como principal objetivo garantizar una atención integral y coordinada para los pacientes, especialmente aquellos con enfermedades crónicas o complejas?
¿Respetamos la autonomía del paciente, es decir, sus decisiones, una vez bien informados objetivamente, incluso cuando difieren de las recomendaciones médicas?
¿Sabemos promover una cultura de seguridad del paciente que implica reconocer y abordar los errores médicos, así como fomentar un entorno donde los pacientes se sientan seguros y cómodos?
¿Adoptamos en nuestra actividad un enfoque centrado en el paciente, teniendo en cuenta sus valores, preferencias y circunstancias individuales al desarrollar planes de tratamiento?
En beneficio de nuestros pacientes ¿entendemos que mantenerse actualizados sobre los avances médicos y las mejores prácticas en el cuidado de los pacientes tiene como objetico brindarles la atención más efectiva y actualizada posible?
Quizá estas preguntas con motivo la Jornada Mundial de los Enfermos nos puedan servir como punto de partida para mejorar la atención médica y el cuidado de los enfermos haciéndolo de modo más humanizado, poniendo no solo nuestra inteligencia y saber, sino también el corazón.