Y ahora, ¿qué hago? (Marisa García, Paraula)

Y ahora, ¿qué hago? (Marisa García, Paraula)

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Durante esta semana se ha celebrado la Evaluación para el Acceso a la Universidad, popularmente conocida como EvAU o EBAU. Más de 24.000 estudiantes de la Comunidad Valenciana se han matriculado en estas pruebas. Tres días intensos, después de un curso igualmente intenso, llenos de los lógicos nervios, que dan paso a otro momento que genera no menos tensión como es el de la elección de los estudios. Muchos alumnos, después de los exámenes, se preguntan: Y ahora, ¿qué hago?

Es cierto que hay muchos que tienen clara su preferencia y que consiguen la nota necesaria para acceder a la carrera deseada, pero ¿qué ocurre con aquellos que aún no tienen claro qué hacer?, ¿qué pasa si la nota obtenida no es suficiente para estudiar lo que querían?

Lo primero y más importante es mantener la calma. De nada sirve ir tomando decisiones a lo loco o pasarse el día lamentándose con ideas del tipo, “si hubiera estudiado más …”, “si me lo hubiera preparado mejor…”. No es momento de lamentos. Hay que mantener la calma para tomar las mejores decisiones.

Y precisamente por eso, para tomar una buena decisión, es importante parar, reflexionar y pensar con tranquilidad cuál va a ser el siguiente paso. Se deben tener en cuenta varias cuestiones:

En primer lugar, es fundamental que el estudiante piense en lo que sabe, que se pregunte por sus conocimientos. Debe fijarse en las asignaturas que se le han dado bien en los últimos años e investigar sobre las que componen los grados de su área de interés. Para ello, puede informarse, a través de las páginas web de las distintas universidades, de cuestiones tales como el plan de estudios de cada carrera, las guías docentes de las asignaturas, si tienen un buen programa de prácticas, si se promueve la movilidad internacional, etc… Asimismo, sería interesante hablar con profesionales del sector o con alumnos que estén realizando sus estudios, para hacerse una idea más realista.

En segundo lugar, hay que analizar las habilidades, destrezas y fortalezas que se poseen. Es aconsejable conocer las habilidades que requiere la profesión para ver si se puede encajar. Aunque a lo largo de la carrera se van adquiriendo habilidades que antes no se tenían (especialmente habilidades técnicas), lo cierto es que hay determinadas actitudes y aptitudes que es importante tener a priori para convertirse en un buen profesional.

Otra cuestión no menos importante es preguntarse con sinceridad cuáles son los intereses, preferencias, valores, lo que es verdaderamente importante para uno. Al futuro alumno le tienen que gustar los estudios, pero también las salidas profesionales. Los estudios duran un tiempo limitado, pero el ejercicio de la profesión nos acompaña toda la vida. No hay que dejarse llevar por una visión “romántica” de los estudios, se debe buscar información real que ayude a mantener los pies en el suelo.

Pensar en qué demanda el mercado laboral es imprescindible. Estudiar lo que a uno le apasiona es muy importante. Si se hace, el paso por la universidad será mucho mejor, pero también es recomendable investigar cuál es el campo en el que se desarrolla la profesión y cuál la demanda de esos estudios en el momento actual, a medio y largo plazo. No obstante, hay que ser consciente de que el mundo laboral es cambiante e impredecible. Lo único cierto es que, esforzarse, luchar por mejorar y hacer lo que a uno le apasiona, siempre hará más fácil el acceso a oportunidades de empleo.

No dejar que la economía nos limite demasiado es otro aspecto a tener en cuenta. Evidentemente, lo económico es un factor que influye de manera notable en las decisiones, pero no debería ser determinante. Puede que haya que estudiar en otra ciudad, con el gasto añadido que eso supone, o que se elija una universidad privada.  En ese caso hay que informarse del sistema de becas y averiguar de qué ayudas puede uno beneficiarse.

Por último, es muy importante no dejarse influir por nadie. No se debería elegir una universidad o unos estudios simplemente por seguir cerca de los amigos y la familia. Da un poco de vértigo salir de la burbuja en la que se ha estado viviendo tan tiempo, pero la vida es eso, ir ampliando experiencias, amistades, vivencias. No obstante, sí que es útil que el estudiante pregunte a la gente que le conoce dónde creen ellos que encaja. Hay que tener en cuenta las distintas opiniones, pero la decisión la tiene que tomar uno mismo.

Y, después de todo esto ¿qué pasa si se toma una decisión equivocada? Esta es la gran pregunta que se hacen muchos. La respuesta es clara: No pasa nada. Uno se puede reorientar y volver a empezar. Es más sabio dar un paso atrás que seguir hacia delante sin un sentido.

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