Observatorio de Bioética
¿Es bioéticamente aceptable producir seudoembriones humanos para experimentaciones biológicas?
Noticia publicada el
jueves, 18 de marzo de 2021
Un equipo multidisciplinario australiano de la Universidad Monash, de Melbourne (Australia), liderado por el argentino José María Polo, ha publicado en Nature un estudio en el que se describe cómo a partir de células de piel adultas (fibroblastos) se genera una estructura seudoembrionaria humana.
Algo parecido ya se había conseguido en cuatro ocasiones anteriores, pero por la naturaleza de las células de las cuales se obtuvieron las estructuras celulares pluripotenciales, no presentaban la organización celular adecuada para que pudieran ser utilizadas como estructuras biológicas seudoembrionarias como las ahora producidas.
Estas últimas tienen una estructura espacio-temporal y una dinámica molecular similar a la de un blastocisto humano, lo que hace que puedan ser útiles para estudios experimentales.
La técnica utilizada es similar a la usada en las experiencias puestas a punto por Shinya Yamanaka para producir las células iPS, por lo que los autores de este trabajo las denominan iBlastocistos.
Según los autores, las células generadas tienen una estructura celular similar a los blastocistos humanos, por lo que pueden ser utilizadas para estudiar el desarrollo embrionario en sus primeras etapas, las posibles mutaciones genéticas que en él pueden darse, cómo pueden actuar sobre esta estructura biológica diversas toxinas y muy especialmente para ayudar a desarrollar nuevas terapéuticas utilizables en la fecundación in vitro.
NUESTRA VALORACIÓN
Desde un punto de vista bioético, nos parece que estos iBlastocistos producidos y su posible utilización experimental, no presentan ninguna dificultad ética, pues a partir de ellos no se pueden producir embriones viables, es decir, no se pueden generar seres humanos vivos. Por tanto, nos parece que es éste un importante avance técnico que no presenta dificultades éticas para ser utilizado experimentalmente.
Justo Aznar Lucea.
Instituto Ciencias de la Vida.
Observatorio de Bioética.
Universidad Católica de Valencia.