Dolores Grau (Facultad de Psicología)
Afrontar de forma positiva el confinamiento para las personas con autismo y sus familias
Noticia publicada el
jueves, 2 de abril de 2020
En primer lugar, y aprovechando que es 2 de abril, fecha del día Mundial de Concienciación sobre el Autismo queremos sumarnos a la campaña de 2020 Puedo aprender, puedo trabajar desde la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia, enfatizando la importancia de la comprensión social del autismo y lo que consideramos esencial que lleguen alcanzar la plena inclusión social. Como dijo Barry Prizant, “la mejor manera de ayudar a que una persona con autismo cambie a mejor consiste en que nosotros cambiemos nuestras actitudes, nuestro comportamiento y el tipo de ayuda que ofrecemos”.
Las personas con un diagnóstico de TEA se caracterizan por presentar dificultades en la comunicación social, así como por la presencia de conductas restrictivas y repetitivas. Además, perciben y procesan la información de su entorno de un modo diferente (mayor orientación a los detalles, preferencia por la información visual, mejor comprensión de estímulos concretos y tangibles...). Por ello, necesitan ciertas adaptaciones por parte del entorno físico y social que favorezcan una mayor comprensión, participación y autonomía en el contexto en el que se desenvuelven.
Dada la complicada situación actual causada por la crisis del COVID-19, la rutina de las personas con TEA y de toda su familia se ha visto alterada y limitada notablemente. Esto puede producir que ciertas conductas asociadas a este trastorno se intensifiquen. Por ello, desde nuestra experiencia, queremos aportar una serie de pautas y estrategias que ayuden a afrontar de forma positiva su situación de confinamiento en casa.
El confinamiento puede conllevar un intenso nivel de malestar emocional para las personas con TEA, ya que están expuestas con mayor frecuencia e intensidad a las siguientes situaciones:
- Mucho tiempo vacío con situaciones libres y desestructuradas.
- Cambio de rutinas diarias con falta de información y anticipación
- Situaciones de espera sin información
- Tareas no adaptadas y poco funcionales en las que no sepan qué se espera de ellos
- Necesidad constante de estimulación sensorial
- Demanda de finalización de actividades gratificantes sin anticipación
Todo ello les influye negativamente y les puede provocar desajustes emocionales (ansiedad, inquietud, frustración, conductas repetitivas, estereotipias...), alteraciones conductuales (conductas agresivas, estereotipias…) y/o alteraciones sensoriales.
¿Cómo podemos prevenir estas situaciones? No siempre es posible, pero para evitar al máximo que se produzcan es importante que los padres establezcan rutinas diarias concretas y estructuradas con apoyos visuales y estructuren también los espacios de la casa, incluyéndoles en la rutina diaria actividades relajantes y de ejercicio.
Cuando no se han podido prevenir y acontecen conductas no deseadas, los padres tienen que intentar no perder la calma, ofrecerles otras alternativas, con normas claras, visibles y explícitas. Deben ser muy sistemáticos, utilizando apoyos visuales y ajustando su lenguaje. Por otra parte, es importante que los padres no atribuyan mala intención a estas conductas si no que entiendan la funcionalidad de la conducta, cambien el foco atencional del niño y lo redirijan hacia otra actividad.
Como orientaciones y estrategias generales para afrontar de forma positiva la situación actual para las personas con TEA y sus familias consideramos conveniente las siguientes consideraciones generales:
- Establecer rutinas. Es conveniente confeccionar un horario diario con todas las cosas que la persona con TEA tiene que hacer durante el día, con una descripción ordenada, tan concreta y visual como sea posible, de lo que esperamos que haga (tareas de autonomía, de participación de vida en el hogar, tareas escolares, actividades deportivas, de relajación, de tipo sensorial, lúdicas…).
- Intenta proporcionar previsibilidad, ya que esto les permitirá estar más tranquilos, predecir qué va a pasar, en qué momento podrá hacer esa actividad que tanto les gusta, en qué momento va a trabajar…
- Además de la agenda diaria, puede ser funcional estructurar, con apoyos visuales, los pasos concretos de las tareas que deben realizar y la secuencia ordenada de las actividades de autonomía (poner la mesa, vestirse, lavarse las manos…).
- Utilizar mecanismos y estímulos de control y manejo del tiempo. Puede ser de gran utilidad el uso de relojes y alarmas (p.e. App Tempus) para indicar cuándo finaliza una actividad determinada y comienza otra.
- Tener en cuenta la regulación y estabilidad emocional. Es importante contextualizar y limitar el tiempo que pasan haciendo solo lo que les divierte, ya que puede aumentar su nivel de excitación y provocarles altos niveles de nerviosismo. Lo conveniente es alternar, dentro de la planificación diaria, momentos en los que puedan realizar las actividades que les gustan y con las que disfrutan, con momentos de ejercicio físico y relajación que les regulen y bajen su nivel de activación
- Puede ser de gran ayuda intentar realizar cada actividad en un espacio diferente de la casa. Eso nos ayudará a adaptarnos mejor a las nuevas rutinas. Puede ocurrir que por temas organizativos y de infraestructura, un mismo espacio tenga dos funciones. En este caso, se pueden utilizar apoyos visuales que faciliten la comprensión para la persona con TEA y le permitan identificar qué acción o actividad debe de hacer.
Estos son tiempos difíciles para toda la población, también para personas con autismo y sus familias. Pero, como señala Peter Vermeulen, “esta es una oportunidad para todos de ser más creativos e idear otras formas para apoyar a las personas TEA y sus familias. Apoyémonos unos a otros y aprovechemos al máximo”.