Los últimos informes de la OMS indican que la pirámide poblacional está cambiando y que hay un porcentaje muy elevado de personas mayores con enfermedades degenerativas. Si actualmente hay cerca de 50 millones de ancianos con demencia en el mundo, en 2050 se prevé que esta cifra ascienda a 152 millones. Atendiendo a esta realidad, la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha organizado una jornada en la que ha participado Alicia Sales, profesora de la Universidad de Valencia y experta en envejecimiento saludable y patológico, no sólo para analizar el gran impacto que está generando esta patología, sino reconociendo una línea futura de trabajo e investigación para los alumnos, “pues su tasa de incidencia va a aumentar de forma considerable”. Apremia, pues, “especializarse o querer especializarse, porque aquí hay un campo de trabajo importante para los futuros psicólogos”, ha apuntado esta experta.

En su intervención, Sales no se ha centrado tanto en la definición de lo que lo que son en sí las demencias como en una sintomatología “que durante muchos años se ha quedado en la sombra: los trastornos de conducta asociados a la demencia, como pueden ser la agresividad, la impulsividad, los delirios, alucinaciones o la vida emocional. Un componente más psicológico y conductual, pero que requiere ser atendido, pues no sólo afecta a los enfermos, sino a sus cuidadores”.

En este sentido, la docente e investigadora ha detallado a los participantes –fundamentalmente estudiantes de los últimos cursos de grado y de posgrado- este tipo de trastornos de conducta, cuándo suceden y por qué suceden, cuál es el motivo por el que emergen este tipo de síntomas con tanta afectación para el paciente y para sus familiares. “Lo que se ha hecho con este tipo de alteraciones en los pacientes ha sido tradicionalmente aplicar contenciones físicas, que, afortunadamente, hoy por hoy se están ya eliminando. Actualmente se atiende dispensando medicación (tranquilizantes, ansiolíticos…) pero no es la solución más idónea, porque los efectos secundarios de estas medicaciones son casi peor”, ha subrayado.

Así, “entendiendo por qué aparecen este tipo de síntomas es cuando se pueden atender de forma correcta sin ningún tipo de medicación y, por tanto, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Por eso es importante visibilizar este tipo de sintomatología, que es muy incapacitante en los que la sufren y afecta muchísimo a los cuidadores”, ha añadido.