Khadija Amin es una periodista afgana que tuvo que huir de su país hace tres años cuando Estados Unidos retiró sus tropas y los talibanes aprovecharon para volver al poder. El 15 de agosto de 2021 fue el día que lo cambió todo, se marchó con lo puesto en búsqueda de un lugar en el que pudiera mantener sus derechos. Tras dejar su vida atrás, la presentadora de televisión busca cualquier oportunidad para poder dar visibilidad de lo que está ocurriendo en su hogar. En las XVIII Jornadas de Acción Social organizadas por la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha tenido la ocasión de darle voz a la situación.

A pesar de la visibilidad que puede haber en nuestro país, la periodista afgana revela que no siempre ha sido así. “La gente se piensa que siempre ha habido guerra o que las mujeres no han tenido derechos nunca”, analiza Khadija. Si echamos la mirada hacia atrás podemos ver que la situación ha cambiado de manera radical ya que un año antes de la retirada de las tropas de Estados Unidos las mujeres tenían algo tan importante como el derecho voto. “Las mujeres hemos sufrido mucho a lo largo de la historia”, matiza Khadija.

Sin renunciar a sus raíces, la periodista sigue luchando para que la situación cambie porque “Afganistán es un país muy bonito si nos dejan vivir allí”. Con el paso de los años, la mentalidad de la juventud afgana se ha ido alterando en función de los acontecimientos. “Hay fotos de mis padres de hace años donde mi madre no llevaba velo y vestía una falda, pero ahora mi padre no piensa como lo hacía antes porque ha cambiado todo mucho”, se sincera Khadija.

La situación no ha evolucionado, sino más bien todo lo contrario. A pesar de ello, la activista es consciente de que hay que cuidar a los jóvenes porque son el futuro de una sociedad fructífera y en lo que se trabaje ahora tendrá consecuencias en un tiempo a medio plazo. “Hay que trabajar con ellos para que estén preparados porque afecta a muchas cosas y tienen que saber lo que puede pasar”, comenta.

La incapacidad política está impidiendo que las mujeres puedan expresarse, por eso las que han podido salir del país buscan la posibilidad de escribir y transmitir acerca de la situación mediante conferencias, además de charlas para que todo el mundo sea consciente de lo que está pasando. En concreto, centrándose en las niñas: “Intentamos dar visibilidad de lo que necesitan las niñas allí. La gente tiene que darles voz.”

A raíz de esta edición de jornadas de Acción Social, Khadija Amin espera que “salgan grupos de voluntarios que quieran apoyarnos y nos ayuden a conseguir becas para que las niñas afganas puedan estudiar porque allí no les dejan”. Hay un objetivo común: buscar la prosperidad de estas niñas, que “puedan salir de allí para que puedan formarse y convertirse en mujeres profesionales y preparadas para poder cambiar el futuro de Afganistán.”