La tradicional bendición de animales con motivo de la festividad de San Antonio Abad, patrón de los ganaderos y protector de los animales, ha regresado a la Universidad Católica de Valencia (UCV), tras la suspensión el pasado año a causa de la pandemia del coronavirus. Hasta la plaza de Santa Úrsula han acudido profesores, alumnos, familiares y vecinos del barrio junto con sus mascotas, así como miembros de la Policía Local, de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con sus perros y caballos.

Tras la bienvenida del decano de Veterinaria, Antonio Calvo, el capellán de la sede Santa Úrsula, Daniel Rieger, ha procedido a la bendición, que organizan la Facultad de Veterinaria y Ciencias Experimentales, el Hospital Veterinario y la Capellanía. Así, el capellán ha expresado que “bendecimos a los animales porque nos sentimos responsables de los animales. Toda criatura es criatura de Dios y con este signo resaltamos la conexión de Dios con su Creación. Además, los animales son en sí mismos bendición: ofrecen cariño y amparo a los niños, a personas que viven solas. También nos ayudan, por eso tenemos presente a la Policía, la Guardia Civil y el Ejército. En definitiva, son parte de la gran familia, como dice el papa Francisco”.

Además, Rieger ha recordado que “el agua bendita es un sacramental, nos recuerda nuestro bautismo. Bendecimos a los animales, pero esta celebración nos conecta con Dios, con la parte espiritual que en este mundo se está perdiendo”.

Al finalizar, los asistentes han podido acercarse al stand facilitado por los veterinarios del Hospital Veterinario de la UCV para resolver de manera gratuita las dudas que los propietarios les han trasladado.

Aunque la festividad litúrgica es el 17 de enero, la UCV celebra este encuentro semanas después para quien no haya podido acudir en ese día, cumpliendo de esta manera con la tradición ampliamente extendida en tierras valencianas de honrar al patrón de los ganaderos y protector de los animales. Una tradición que ya lo es también “para nuestra propia Facultad, pues cada año contamos con más participantes y animales”, ha señalado Calvo, quien también ha reseñado el hecho de ser “una oportunidad muy bonita de estar con nuestros alumnos” y de agradecer “la generosidad” de los miembros de las fuerzas de seguridad de Valencia.

San Antonio Abad nació en el seno de una acomodada familia de Egipto en el año 250 y optó por el consejo evangélico del desprendimiento y entrega de todos los bienes a los pobres, retirándose al desierto. A pesar de ello, muchos intentaron seguirlo, por lo que introdujo una nueva etapa en la vida religiosa organizada de forma comunitaria. El pequeño cerdo que tradicionalmente la iconografía sitúa junto a San Antonio no representaba inicialmente al patronazgo del santo sobre los animales, en contra de la creencia popular, sino que simboliza la tentación de que fue objeto por el demonio cuando permaneció en el desierto, absteniéndose de comer carne.