La Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado la jornada ‘¿Por qué no? Prevención de la Adicción a la Pornografía’, en el marco de la Semana de la Ciencia 2023. En la misma, han participarán los mayores expertos a nivel nacional en el tratamiento e investigación de este tipo de conductas patológicas. Entre ellos se ha encontrado el psicólogo Alejandro Villena, profesor de la Universidad La Rioja (UR) y director clínico y de investigación en la Asociación Dale Una Vuelta (DUV). Ha sido precisamente con el trabajo que desarrolla en DUV como ha constatado un nuevo fenómeno: “Muchas de las personas que nos piden ayuda en los últimos años, no son ya los adictos, sino sus parejas”.

“Esta situación se está dando a causa del impacto que esa adicción tiene en las relaciones sexuales, en el deseo sexual, en la propia respuesta sexual y en la manera en la que se tratan afectivamente. Tienen un sexo más impersonal, menos íntimo y se produce una dinámica de poder en el acto sexual en la que se replican los modelos de control que ven en la pornografía”, ha explicado.

Según ha señalado Villena, los estudios de análisis de contenido indican que “el 90% de los videos porno contienen violencia del hombre hacia la mujer” y que “la gran mayoría de la pornografía ‘mainstream’ convierte a la mujer en un objeto, en lugar de verla como un sujeto”. Existe relación “entre la cosificación de la mujer y el uso de pornografía”, ha afirmado: “El deterioro de la afectividad y la empatía causado por el consumo de pornografía es un problema grave. La desconexión empática me parece un fenómeno muy preocupante en adolescentes, pues se transforma en conductas violentas”.

“No hay pornografía sin consecuencias; no existe el consumo seguro, sin riesgo”

Además del aumento de la agresividad, el consumo de porno provoca en los adolescentes, en palabras de Villena, “la aparición de expectativas irreales sobre la sexualidad, un impacto en su autoestima y en sus futuras relaciones afectivo sexuales”, junto al posible desarrollo de una adicción: “El contenido pornográfico es tremendamente falso, se trata de estímulos exagerados que no pueden imitarse en la vida real y, sin embargo, los adolescentes que aprenden de la pornografía no son realmente conscientes de ello”.

Así, “entre el yo sexual ideal y el yo sexual real existe una brecha tan grande que eleva el nivel de frustración y hace que cuestione mi cuerpo, mi autoconcepto, mi valor sexual o mi valor como hombre. Con las mujeres que consumen sucede lo mismo”, ha relatado el profesor de la UR: “No hay pornografía sin consecuencias. No existe el consumo seguro, sin riesgo, como sucede, por ejemplo, con el cannabis o el tabaco. Puedes fumar más o menos, pero eso te puede conducir siempre a problemas”.

“El sexo aporta y la porno aparta, de modo que debemos apostar por una sexualidad sana, respetuosa, empática y libre; la pornografía nos aleja de todo eso y es importante que lo tengamos claro. Creo que la la solución debe empezar por educar a adolescentes sexualmente sanos y sensibles, con capacidad de conectar realmente con su sexualidad; de desarrollarla de forma natural y progresiva, acorde a su proyecto de vida y a su momento vital”.

“La adicción a la pornografía altera procesos cognitivos como la memoria y la toma de decisiones”

Por su parte, Jesús Castro, profesor de la Universidad de Valencia (UV), ha expuesto que la adicción a la pornografía “altera” diferentes procesos cognitivos: “El adicto presenta más sesgos atencionales hacia cualquier estímulo que evoque o que tenga un contenido sexual. También cambia la capacidad inhibitoria, dado que las personas con adicción a la pornografía tienen más problemas para inhibir su conducta, resistir, cuando se presenta un estímulo sexual y, a veces, sin que se presente ninguno; tanto a nivel motor como cognitivo. Les resulta muy difícil desapegar su atención de ese estímulo”.

“Otros procesos alterados son los de la memoria a corto plazo y la toma de decisiones. El adicto tiende a preferir los pequeñitos estímulos placenteros a corto plazo que los grandes estímulos placenteros, que necesitan de un retraso de la recompensa. Estas personas son más impulsivas y suelen ser peores a la hora de decidir en situaciones donde no está claro el resultado”, ha añadido.

Cambiando de tercio, Castro ha recordado en su intervención que los datos en España muestran que la prevalencia de uso de pornografía en mujeres es “muy baja”. En su opinión, “podría decirse que es un problema de hombres”; el consumo de pornografía se encuentra “en cifras cercanas al 100% dentro de la población masculina, pues la inmensa mayoría de hombres reporta haber consumido pornografía en mayor o menor medida”.

Junto a ellos, ha participado también en el congreso el catedrático Rafael Ballester, de la Universidad Jaume I (UJI), que ha analizado el tratamiento de la adicción al cibersexo. Isabel Senabre, profesora de la Universidad Católica de Valencia y organizadora de la jornada, tratará la complejidad del diagnóstico a causa del uso de distintas etiquetas para un mismo problema.

De igual modo, el encuentro de la UCV servirá para analizar la influencia del uso de la pornografía en las relaciones de pareja y las intervenciones efectivas en el uso problemático de la pornografía. Además, en la sesión vespertina, tendrán lugar dos talleres; uno destinado a jóvenes de tercer y cuarto curso de ESO; y otro destinado a jóvenes de primero y segundo curso de Bachillerato.