Cursos de Verano 2022
"Cuando una película se deja llevar por la ideología pierde la característica esencial de cualquier obra de arte: la autenticidad"
Noticia publicada el
viernes, 29 de julio de 2022
Jerónimo José Martín no sólo es un excelente crítico de cine, sino un defensor del séptimo arte, que, según se plantee, puede ser un reflejo de la sociedad o un mecanismo generador de opinión al servicio de determinados grupos de interés.
En esta disyuntiva, la propuesta de Martín resulta esperanzadora y es una de las razones de que la Cátedra de la Mujer de la Universidad Católica de Valencia (UCV) le haya invitado a su Curso de Verano: que el cine sea también un medio para proponer modelos de liderazgo moral.
En los últimos tiempos, las ideologías están rompiendo la objetividad de la naturaleza humana, promoviendo, entre otras cuestiones, la hipersexualización de las relaciones. ¿El cine también presiona en este sentido?
El cine presiona como cualquier medio de comunicación, porque todos están expuestos a las ideologías del momento. Ahora toca eso y se nota, pero el cine es de los medios que más se resisten a esas presiones ideológicas porque el cine es drama y, muchas de esas ideologías tienen que desdramatizar situaciones que objetivamente son muy dramáticas.
Algunas de esas ideologías no es que estén atacando la naturaleza humana, es que niegan que existe, y eso acaba genernado una serie de personajes que no son creíbles porque no son reales; los ha deformado de tal manera la ideología de turno que toque (sea la ideología de género, el feminismo radical, el nacionalcatolicismo, me da igual) que, de ser personajes de carne y hueso, se convierten en monigotes.
Se nota cuando una película se ha dejado llevar por una ideología concreta y pierde una característica esencial de cualquier obra de arte: la autenticidad. Cuando lo que ves no son personajes de carne y hueso, el cine ni te hace reír ni te hace llorar, sólo sirve a los propósitos ideológicos de ese momento que convierten una película en un producto de propaganda y no en una obra de arte.
Por otro lado, algunas de las grandes producciones están mostrando a sus protagonistas como iconos de soledad ¿a qué cree que responde?
Pues a una ideología dominante profundamente individualista y hedonista, por lo menos en las sociedades occidentales. Por tanto, uno de los grandes temas del cine contemporáneo, desde hace años, es la soledad, pero muchas veces para criticar el individualismo que está en tantas conductas, que está en la moral del triunfo a cualquier precio, que nos ha dado tantos iconos de padres ausentes y ahora también de madres ausentes.
En España, además, es muy significativo, porque además hay dos grandes películas -‘Solas’ de Benito Zambrano, y ‘La soledad’, de Benito Rosales- multipremiadas y magníficas porque reflejan de un modo honesto y auténtico la realidad de muchas de estas historias.
¿Y la familia se refleja de un modo honesto y auténtico, o nos tenemos que remontar a los clásicos para descubrir la identidad familiar como una dimensión necesaria en el ser humano?
Creo que este es el gran tema de la última década porque, efectivamente, la familia tradicional ha sido muy cuestionada, en concreto la figura paterna Esto ha generado muchísimas películas muy interesantes, como ahora lo está haciendo el retorno del padre. Así, hay un duelo muy interesante que el cine ha mantenido durante todos estos años; basta recordar que las películas españolas más taquilleras de los últimos tres años son la saga de Santiago Segura ‘Padre no hay más que uno’, que trata sobre una familia numerosa, donde el papel de la mujer ha adquirido las características positivas que le ha traído el feminismo: estar en pie de igualdad con el hombre, que el marido se implique en las cosas del hogar y del colegio, se respete la libertad de los hijos… Una familia numerosa como las de siempre, que, por cierto, son las más taquilleras porque son con las que el público empatiza.
Una maternidad y una paternidad que son, según ha defendido en su conferencia, el culmen de la feminidad y la masculinidad.
Así, es, y que no es necesariamente fisiológica, pues puede ser también espiritual, moral… por eso a las monjas se les ha llamado siempre madres y a los sacerdotes padres.
De hecho, la mejor película de la temporada, ‘Belfast’, del director Kenneth Branagh, es un elogio de la familia con esa visión contemporánea.
Es verdad que muchas películas clásicas ofrecen modelos familiares magníficos, pero también dan muchas cosas por supuestas que el cine contemporáneo tiene más depuradas. En ese sentido, el cine contemporáneo ofrece modelos familiares mucho más completos y enriquecidos por todo lo positivo que ha habido en los últimos años.
Esto ocurre también fuera de los países occidentales; de hecho, todas las películas del mejor cineasta japonés, Hirokazu Koreeda, son un elogio de la familia.
Ahora que se refiere al cine japonés… Hay una película que alguna vez ha referenciado, ‘Tokio Shaking’, de Olivier Peyon. El largometraje muestra a una mujer que decide quedarse con sus empleados cuando un terremoto azotó Japón en 2011. ¿El liderazgo es, sobre todo, amor y servicio?
Esta es la clave. Es una película que, desde el punto de vista cinematográfico, no destaca, pero sí su mensaje. La protagonista es una mujer femenina que se ha desarrollado profesionalmente, pero ejerce su poder de un modo maternal. Así pues, ¿quiénes son los mejores líderes del mundo? Un buen padre y una buena madre. ¿Y qué es el liderazgo? El amor. ¿Y qué empresa hay más apasionante que una familia?
Es, sin duda, un planteamiento novedoso del papel de la mujer. ¿Hay producciones que también defiendan la complementariedad con el varón-mujer, mostrando la fuerza social que genera?
‘Belfast’ es un ejemplo. Otro, Hulk y la Viuda Negra en ‘Los vengadores’. La fuerza que supone un varón y una mujer sacando adelante una familia o trabajando en una empresa es increíble. En las series es más complicado encontrarlo, pero también hay: ‘Un juego de caballeros’, la última versión de ‘La vuelta al mundo el 80 días’, ‘El abogado de Lincoln’… Tenemos un montón de referentes interesantísimos, precisamente porque los personajes no tienen ni una sola deformación ideológica: son de carne y hueso y se muestran con muchísima honestidad, sin ocultar los dramas cotidianos que tenemos cualquiera de nosotros.