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Daniel Calabuig: “Mi tiempo universitario en la UCV me ayudó a valorar la importancia de ponerse en el lugar del otro”
Noticia publicada el
martes, 30 de marzo de 2021
Daniel Calabuig, graduado en la primera promoción de Derecho en nuestra universidad, ha accedido a ser entrevistado en la nueva sala Club Alumni, ubicada en las dependencias de la UCV en la plaza de San Agustín.
Durante la entrevista ha estado presente Beatriz de Ancos, vicerrectora de Alumnos y Acción Social, quien ha manifestado sobre el Club Alumni que “pretende ser un espacio destinado a reuniones y encuentros de alumnos ya egresados de la universidad, para poder compartir experiencias del mundo profesional o, simplemente, pasar un rato agradable de esparcimiento”.
Formas parte de la primera promoción de graduados en Derecho de la UCV. ¿Por qué elegiste estudiar este grado y por qué en la UCV?
Mi familia por tradición no es de la rama de Derecho, sinceramente fue porque me gustó. Estudié bachiller de ciencias y al final cogí una carrera de letras.
Elegí la UCV porque ofrecía ya el grado en Derecho, fue de las pioneras en la Comunidad Valenciana en implantar el Plan Bolonia. Y esa adaptación y unificación de criterios educativos en todos los centros europeos me iba a facilitar poder realizar algún curso en otra universidad europea, si así lo decidía. Además de la ventaja de poder obtener mi título en solo cuatro años, a diferencia de los cinco que suponían entonces las licenciaturas.
¿Te has especializado en algo? Y si es así, ¿por qué?
Sí, realicé el propio master de abogacía de la UCV durante un año y medio. Es verdad que hay muchos campos, pero me gustaba sobre todo el Derecho administrativo, defender tanto al ciudadano como a la administración, cada uno en su ámbito. Luego es la vida la que te va marcando lo que vas haciendo, y al final, Derecho civil y administrativo han sido las vías que he escogido para ejercer la abogacía a día de hoy.
¿Cómo fue tu experiencia en la UCV?
La verdad es que muy positiva, sabiendo que accedía a una universidad joven que empezaba con Derecho en el 2009 y que solo seis años antes había comenzado su andadura como universidad.
Era un poco mayor que mis compañeros, la relación que se estableció entre todos los miembros que componíamos la Facultad, alumnos, profesores y personal de administración y servicio, fue muy buena, de cercanía. Al ser los primeros, no teníamos por delante a ningún grupo de referencia, todo era nuevo para todos y siempre nos apoyábamos.
También recuerdo como algo muy positivo la posibilidad que nos dieron de poder realizar prácticas desde primero y el viaje que realizamos a las instituciones europeas, muy enriquecedor.
Sabemos que recibiste un reconociendo muy prestigioso otorgado a jóvenes juristas. ¿Nos puedes hablar un poco sobre ello?
Tengo una anécdota en ese sentido, mis profesores de derecho mercantil eran de Garrigues -despacho prestigioso tanto a nivel nacional como internacional- y nos invitaron a varios a participar a lo que era el premio nacional, que se lleva haciendo mucho tiempo en Madrid. En este caso después de presentarme no gané, pero si quedé entre los doce primeros. Al mes siguiente, crearon el premio para jóvenes juristas, en este caso de la Comunidad Valenciana y Murcia del año 2013. Me dijeron que me presentase también, y ahí me escogieron como ganador. Me acabó reportando un premio en metálico y la posibilidad de realizar las practicas con ellos al año siguiente.
¿Qué supone un premio así para alguien que está empezando?
Imagínate cuando, además, eso ocurre en cuarto de Derecho, cuando todavía no te has especializado. Supuso abrirme las puertas a un buen despacho para realizar las practicas curriculares del máster que iba a realizar y pude estar un año entero con ellos. Estuve en el departamento de Derecho administrativo y me permitió ver lo que era el mundo laboral y profesional de la abogacía.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos profesionales?
Además de Garrigues, estuve un año más en otro despacho grande, Olleros Abogados, que luego se integró en Andersen Global. Fue también muy buena experiencia al lado de gente muy preparada.
¿A qué te dedicas actualmente?
Llevo desde enero de 2016 trabajando en el Servicio Jurídico-Civil del Arzobispado de Valencia como abogado, junto a D. Antonio Ineba Tamarit, persona muy reconocida en el mundo del Derecho y con tantísimos años de experiencia.
Se trata de un campo muy específico, tanto por la persona jurídica que estás representando, que es el Arzobispado de Valencia, como por la legislación canónica que debemos manejar. Con presencia de la Archidiócesis en toda la provincia de Valencia y algunos pueblos de Alicante, asesoramos tanto al arzobispado como a todas sus parroquias, sacerdotes, conventos y monjas. Además de la atención a muchos de los laicos que vienen y que también necesitan alguna ayuda.
¿Qué crees que te ha aportado tu formación en la UCV que te haya ayudado a ser la persona y el profesional que eres?
Mi tiempo universitario en la UCV me ayudó a valorar la importancia de ponerse en el lugar del otro, a descubrir sus necesidades, compartir y ayudar para que todos sacáramos la carrera. Porque al final éramos un grupo bastante unido.
Esta forma de hacer y de ser que dirigieron mis días universitarios también me ha resultado muy útil en el ejercicio de mi profesión, cuando estás defendiendo a alguien, al enfrentarte al otro abogado y ver en él a un compañero de profesión y no a un contrario.
¿Cómo te ves dentro de diez años?
Estuve un tiempo tratando de compaginar el grado en Derecho con el de Derecho Canónico, y a falta de solo un año y medio para terminar este último, tuve que dejarlo a un lado y me gustaría en un futuro terminarlo. Además, me han propuesto hacer el doctorado, algo que no descarto.
Lo que tengo claro es que me veo ejerciendo la abogacía, y espero que como hasta ahora, lo haga defendiendo y ayudando a la iglesia en sus necesidades. Aunque claro está que la familia crece, y mi mujer y yo seremos padres en agosto y la familia es lo más importante. No sabemos si será un futuro abogado…