La Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado una conferencia del profesor de la Universidad de Zaragoza David Pérez Chico, titulada Cavell, el cine y la verdad en el escepticismo: la articulación de la intimidad con nuestro mundo en el Campus de Valencia-San Juan y San Vicente. En su intervención, Pérez Chico ha asegurado que “el ser humano renuncia a conocerse en todas sus dimensiones si se rinde ante la tecnología y la mitifica”.

“Si nuestra sociedad se caracteriza por algo es por el cientificismo. Esta corriente defiende que, dado que la ciencia es la que nos dice qué es lo que se puede conocer -dicho de otra manera, lo que la ciencia no puede conocer no existe-, el resto de disciplinas que busquen conocer la verdad deben comportarse como una ciencia”, ha expuesto.

Así, la ciencia, “muy bien intencionada en el afán de conocer el mundo de una manera objetiva”, lo que ha conseguido es transformar el mundo “en algo estático, sin vida, precisamente porque se ajusta a su manera de conocer”. En opinión de Pérez Chico, y siguiendo los postulados del filósofo estadounidense Stanley Cavell, el cientificismo de la sociedad actual lleva al ser humano a definirse de una manera “cuantitativa”.

“El mundo objetivado del cientificismo es reduccionista. En él se define al ser humano con un algoritmo de compras en Amazon, sin tener en cuenta lo que sienta, crea o cuáles son mis experiencias y recuerdos. Lo que cuenta es qué consumo o qué cursos he hecho. Pero esto que digo no es una crítica a la ciencia, yo no quiero volver a la vida de la Edad Media, sino a la postración ante ella y ante las comodidades que nos proporciona la tecnología”, ha aseverado.

“SI SÓLO LA CIENCIA PUEDE CONOCER, ¿QUÉ SUCEDE ENTENCES CON LA CONCIENCIA, EL VALOR O LA MORAL?”

Para expandir los “límites” con los que el cientificismo constriñe al conocimiento, Pérez Chico ha propuesto el estudio filosófico del cine que hizo el citado pensador norteamericano: “Esta disciplina artística nos permite no sólo ejemplificar problemas filosóficos, como cuando se dice que en tal película se trata tal tema, algo útil, pero muy obvio; lo que dice Cavell es que las películas son en sí mismas ejercicios filosóficos. Considerar así que el cine es, de alguna manera, una forma de pensamiento, o una forma de conocimiento, nos obliga a reconsiderar qué es el conocimiento”.

Esta idea, según ha aseverado el profesor de la Universidad de Zaragoza, debería hacer que la sociedad actual “reconsidere su cientificismo”, lo que tendría “consecuencias profundas” en ella; la más importante de todas: “Sacudirse de encima la idea de que sólo la ciencia puede decir cómo son las cosas, que ha llevado al cientificismo a reducir nuestro mundo. Si sólo la ciencia es capaz de conocer, ¿qué sucede entonces con la conciencia, el valor, la moral o el significado, las cosas que uno sospecharía que nos hacen seres humanos?”.

“Lo que ocurre cuando nos sentamos en una sala de cine es que nos enfrentamos al mundo de una manera más respetuosa, sin los límites que tanto ha estrechado la ciencia. Esto puede hacernos ver el mundo de otra manera, que no tiene que ser despreciable desde el punto de vista cognitivo o epistemológico”, ha remarcado.

Para Pérez Chico esta aproximación filosófica permite, por un lado, “respetar todas las zonas de la existencia del hombre que la ciencia ha oscurecido –que desde su punto de vista serían místicas o sobrenaturales-, y así ampliar los límites del mundo humano”; por otro, subraya la responsabilidad de habitar “de forma auténtica” ese mundo: “Si nos despistamos, volveremos a perder el control y seremos víctimas de nuevo de ese deseo de conocimiento objetivo de todo lo existente que nos lleva por el mal camino”.

Esta conferencia se enmarca en los prolegómenos del III Congreso Internacional sobre Filosofía y Cine, que tendrá lugar los próximos 28 y 29 de octubre. Su realización ha sido posible por el apoyo ofrecido por parte del Vicerrectorado de Investigación.