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El cardenal arzobispo Antonio Cañizares ha conminado a la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) durante la eucaristía celebrada en el campus de Santa Úrsula con motivo de la festividad de santo Tomás de Aquino, patrón de las universidades, a “ofrecer una alternativa a nuestra sociedad partiendo de sus fundamentos: Dios, la verdad y el hombre”. Ello, en palabras del cardenal, “no es exclusión de nada, ni de nadie; sino integración y aceptación de todos”.

“En tiempos de grandes cambios como los actuales, no podemos perder el norte; menos aún en la universidad, que está llamada a ser faro y guía para la sociedad. Traicionaríamos a los que nos rodean si ese no es nuestro fundamento. Es necesaria la vuelta a Cristo, la conversión. Todos necesitamos al Dios que en su Hijo opuso el amor a la violencia”, ha asegurado.

El gran canciller de la UCV ha subrayado que si la existencia de Dios es tenida como “irrelevante” sobre el hombre, la posibilidad de una verdad auténtica sobre este y sobre el mundo “se debilita hasta el punto de que empieza a aparecer que no existe la verdad; todo entonces tiende a ser arbitrario, según el gusto propio”.

“Esto crea aparentemente la sensación de una imponente libertad, pero detrás de esa máscara el hombre se hace esclavo de sus instintos más elementales y de los intereses del poder: se queda solo, desvalido. Los valores tienden a convertirse en grandes palabras en las que solo creen los ingenuos. En un mundo así, gana el poderoso, el más fuerte, y pierde el hombre. ¿No nos está sucediendo esto hoy en España, en Valencia, en concreto?”, ha expuesto. 

El cardenal arzobispo ha remarcado que el reto y el futuro de la UCV es actuar ante esa situación ofreciendo al ser humano la persona de Jesucristo, que es “camino, vida y verdad”. Así, “quien se integra en la universidad puede descubrir en Jesucristo la verdad plena sobre el mundo, el hombre y Dios”. Por ello, los cristianos en la universidad no han de buscar ningún puesto, “sino ser testigos y buscadores de esta verdad. No prescinden de ella en el campus universitario, sino que desde ella afrontan todo su quehacer”.

“Al hombre de hoy, desgarrado por tantos fragmentos de verdad, sin encontrar su unidad, es preciso ofrecerle lo que requiere para dar sentido a su vida y encontrar la verdad, que se realiza en el amor. Este amor nos hace libres, no con la libertad de lo que yo quiero o lo que quiere mi grupo; eso conduce a la esclavitud. La universidad no puede quedar al margen de esto; menos aún nuestra universidad”, ha insistido.

Como referencia académica a sus palabras, el gran canciller de la UCV ha aludido al magisterio del papa emérito Benedicto XVI sobre la misión universitaria, “la misma que guió a santo Tomás de Aquino”, y que ha sido el eje de su homilía: buscar a Dios y buscar la verdad”.

Así, tras la misa ha tenido lugar en el Aula Maior del campus de Valencia-Santa Úrsula el acto académico, en el que han participado la rectora Asun Gandía así como distintos miembros del patronato, consejo de gobierno, profesores, estudiantes y personal de administración y servicios.

En dicho acto, tras la lección magistral titulada “Santo Tomás de Aquino como modelo de místico universitario”, que ha pronunciado el dominico Moisés Pérez, se ha procedido a la investidura de los nuevos doctores, la entrega de los premios extraordinarios de doctorado, la entrega de medallas a los nuevos docentes, y el homenaje a profesores y PAS que han cumplido 15 y 25 años de servicio en la Universidad, así como a jubilados.

Como novedad de este año, la rectora ha otorgado en nombre del cardenal los premios Innova a miembros de la comunidad universitaria que han elaborado doce proyectos quefortalecen y divulgan la innovación en varias disciplinas.

ASUN GANDÍA: “CADA AVANCE EN LA UCV HA SIDO PRODUCTO DEL TRABAJO DE TODOS”

La rectora Asun Gandía ha enumerado durante su intervención algunas recomendaciones de santo Tomás de Aquino que ha animado a imitar a profesores y a estudiantes, porque “están dados desde la prudencia, fuente de todas las demás virtudes”, “resisten el paso del tiempo por la verdad que encierran”, “tratan de unir la búsqueda del saber con la vida interior” y “tienen en cuenta una visión integral de la persona”.

Así, Gandía ha recordado la importancia que el santo dominico daba al “trabajo personal, realizado con esfuerzo”. “Cada avance en la UCV ha sido producto del trabajo de todos. Para seguir avanzando es necesario que sigamos construyendo con ilusión y entusiasmo. Nuestra dedicación y ejemplo es imprescindible. Se trata de mejorar, de cambiar si fuera necesario, para dar lo mejor a nuestros alumnos”, ha asegurado.

Igualmente, la rectora ha apelado a “un aprendizaje valioso por encima de personalismos y de apropiaciones del saber”, para lo que ha recordado la exhortación de san Pablo a los filipenses: “tened en cuenta todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable”.

En definitiva, Gandía ha subrayado que santo Tomás “nos recomienda ser amables, imitar a los buenos, ser alegres y actuar con limpieza, que el bien común, el bien de la Universidad, esté siempre por delante del bien particular. Trabajar con entusiasmo, con dedicación y todavía mejor…con el orden y la serenidad que da la oración”. “Es hora de ir por delante. Sabemos que estamos en el buen camino a pesar de las dificultades exteriores”, ha afirmado.

MONSEÑOR ESCUDERO ASEGURA QUE LAS PRIORIDADES DE LA UCV SON “DIOS Y LA VERDAD DEL HOMBRE, LA EXCELENCIA ACADÉMICA Y LA APLICACIÓN DEL IDEARIO”

Monseñor Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia y vicecanciller de la UCV, ha clausurado el acto académico en nombre del cardenal, y ha señalado tres prioridades que deben trabajarse en la UCV: Dios y la verdad del hombre, excelencia académica y conocimiento y aplicación del ideario”

Así, en primer lugar, monseñor Escudero ha afirmado que “la clave de que la universidad sea católica y tenga un espíritu es que en todas las actividades académicas esté la verdad de Dios y del hombre”. Igualmente, “la UCV ha de tener una excelencia académica e investigadora, de modo que tenga una proyección social. La investigación ha de ser siempre un servicio encaminado a favorecer la sociedad en la que estamos y la UCV tiene una vocación de servicio a la Iglesia y la sociedad y nuestra excelencia será el criterio por el que nos midan y por el que podamos influir a los demás”, ha señalado.

Finalmente, el vicecanciller de la UCV ha animado a la comunidad universitaria a “esforzarse por encontrar el espíritu de la UCV, que viene dado por la aplicación de la constitución Ex Corde Ecclesiae que el cardenal fraguó en un itinerario. No es cuestión de evaluar ya si se ha alcanzado ese ideal plasmado en el itinerario pero sí de intentar conocerlo y seguirlo”.

“NUESTRA ACTIVIDAD UNIVERSITARIA, SIN RENUNCIAR AL RIGOR Y A LAS EXIGENCIAS PROPIAS DE CADA DISCIPLINA, DEBE INTEGRARSE EN EL TODO MAYOR DE NUESTRA BÚSQUEDA PERSONAL Y COMUNITARIA DE DIOS”

Previamente, el dominico Moisés Pérez ha defendido durante su conferencia que “cuando interpretamos a Tomás de Aquino como un místico universitario ganamos una perspectiva sobre él y su obra que es más justa con la realidad histórica que otras imágenes menos adecuadas”.

Así, su interés no ha sido solamente “hacer justicia histórica al Aquinate”, sino “mostrar por qué puede ser un ejemplo para nosotros”. “Cabría decir que el cristiano del futuro o será un místico, es decir, una persona que ha experimentado algo, o no será cristiano. Porque la espiritualidad del futuro no se apoyará ya en una convicción unánime, evidente y pública, ni en un ambiente religioso generalizado, previos a la experiencia y a la decisión personales”, ha asegurado.

“La universidad, especialmente si es católica, no escapa a la verdad de este dictum” por lo que “no debería concebirse como un espacio al margen de toda posible experiencia religiosa. Nuestra actividad universitaria, sin renunciar al rigor y a las exigencias propias de cada disciplina, debe integrarse en el todo mayor de nuestra búsqueda personal y comunitaria de Dios”, ha aseverado el dominico.

En definitiva, “si en nuestras universidades católicas podemos vivir esto, no solamente aportaremos a la sociedad nuevos conocimientos científicos y estaremos formando profesionales, sino que estaremos también educando personas libres, críticas, equilibradas, comprometidas y justas cuya vida esté impregnada de una auténtica sabiduría cristiana. Y si no... ¿para qué universidades?”, ha afirmado Pérez.