El Cardenal Cañizares llama a dotar a las familias de “vivienda y trabajo” para “asegurar la prosperidad doméstica en dignidad y justicia”

El Cardenal Cañizares llama a dotar a las familias de “vivienda y trabajo” para “asegurar la prosperidad doméstica en dignidad y justicia”

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El Cardenal Cañizares llama a dotar a las familias de “vivienda y trabajo” para “asegurar la prosperidad doméstica en dignidad y justicia”

La Sección Española del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para Ciencias del Matrimonio y la Familia ha celebrado un acto presidido por el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, con motivo del XXXVIII aniversario de su fundación en la festividad de Nuestra Señora de Fátima. El Cardenal Cañizares, vice gran canciller de la sección española, ha oficiado la eucaristía con que ha dado comienzo el programa del acto, que ha tenido lugar en la capilla del campus de Valencia-Santa Úrsula, junto al vicepresidente del Instituto en España, monseñor Juan Antonio Reig.

El Cardenal Arzobispo de Valencia ha asegurado que la sociedad debe dotar a la familia “de los medios económicos de vivienda y trabajo, así como educativos y jurídicos” para que pueda vivir “conforme a los fines que corresponden a su verdad y naturaleza, y asegurar la prosperidad doméstica en dignidad y justicia”.  

“La sociedad tiene la responsabilidad fundamental de apoyar y vigorizar la familia, defenderla y ayudarla mediante las medidas sociales adecuadas. Es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad defienda la verdad que constituye y en la que se asienta la familia, así como los valores y exigencias que están presentes en ella. Derechos inalienables como la educación de los hijos conforme a sus propias convicciones se encuentran amenazados en estos momentos”, ha aseverado.

El Cardenal Cañizares ha remarcado así que “solo el esplendor de la verdad de la familia abrirá el camino hacia una nueva civilización del amor, hacia la dignidad inviolable del ser humano,  hacia la cultura de la solidaridad y de la vida, hacia la paz. Solo la familia es esperanza de la humanidad”.

“Con qué facilidad nos conducimos por el pragmatismo y el relativismo. No ayudar debidamente a la familia es una actitud irresponsable y suicida que conduce a la humanidad por derroteros de crisis y de destrucción de incalculables consecuencias. Esto no es dramatismo, es lo que está sucediendo. Los estados no protegen a la familia”, ha lamentado.

LA HORA DE LA IGLESIA

En opinión del Cardenal Arzobispo de Valencia, la familia es “el primero y el más importante de entre todos los caminos de la humanidad”. De este modo, “todo ser humano está obligado a promover y fortalecer la familia”. Para ello, ha considerado “imprescindible” superar y renovar “la cultura dominante divulgada por fortísimos poderes mediáticos, que están en contra de la verdad que es la familia”.

“La Iglesia tiene una especial responsabilidad en nuestro tiempo: anunciar el Evangelio. Es la hora de la Nueva Evangelización, es la hora de la Iglesia. Hemos de anunciar más a Cristo, en Él está el evangelio de la familia. Es urgentísimo hacer que surja una humanidad nueva, con hombres y mujeres nuevos. A esto contribuye el Instituto Juan Pablo II”, ha expuesto .

En ese sentido, el Cardenal Cañizares ha recordado que evangelizar es “enseñar el arte de vivir que Jesús muestra en su vida; es la civilización del amor, la cultura del amor y de la vida. Aquello que vaya contra de esto está enfrentado a la verdad sobre el hombre y su dignidad.

Por su parte, el rector de la Universidad Católica de Valencia, José Manuel Pagán, ha asegurado que la UCV “necesita” del Instituto Juan Pablo II, como una “luz” que ilumine el “ocaso” en el que vive Occidente “afirmando y defendiendo a la familia como célula fundamental de la sociedad”.

Pérez Soba: “La crisis moral que vivimos no es sino la expresión última del fracaso moderno de intentar fundar una moral sin Cristo”

En la conferencia pronunciada durante el acto, el profesor del Instituto Juan Pablo II Juan José Pérez Soba se ha mostrado convencido de que “la crisis moral que vivimos no es sino la expresión última del fracaso moderno de intentar fundar una moral sin Cristo. En este sentido, “el Pontificio Instituto Juan Pablo II ha tenido un papel destacado en la profundización de este camino de presentar una moral como vida de Cristo”, ha asegurado.

En opinión del ponente, “un principio radical para la moral necesaria para la evangelización actual es que en la raíz y en el horizonte de los actos, las actitudes y las opciones fundamentales de la vida están el don y la gratuidad, está el amor de Dios. Pero no puede quedar como una afirmación aislada que no signifique nada en la estructura y la realidad de la moral, sino que la cambia radicalmente en todos sus aspectos”.

Igualmente, Pérez Soba ha manifestado que “la vocación al amor constituye una de las novedades teológicas más potentes en el siglo XX, pero todavía no está suficientemente asumida y comprendida dentro de la Iglesia. Siempre hemos de volver a la gran afirmación de san Juan Pablo II: El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo como un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente”.

De este modo, “aparece con toda fuerza la dimensión de promesa que contiene el amor. Si el amor romántico nos engaña al inducirnos a creer que un amor es verdadero por ser intenso, la experiencia cristiana centra la verdad del amor en su contenido de promesa. La diferencia entre ambas es muy clara: el amor romántico considera el tiempo como enemigo del amor a modo de un cronos que devora siempre lo que genera pero el amor cristiano manifiesta la verdad de un amor basado en una alianza incondicional”, ha detallado.  

PONTIFICIO INSTITUTO JUAN PABLO II

El Pontificio Instituto fue constituido en Roma en 1981 por el papa san Juan Pablo II tras la celebración del Sínodo de Obispos “para hacer accesible la verdad natural y revelada del matrimonio y la familia a la cultura contemporánea”, según indica su constitución apostólica.

El Instituto está presente en los cinco continentes y tiene secciones, además de en Valencia, en Roma, Washington, México, Salvador de Bahía (Brasil), Cotounou (Benin), Kerhala (India) y Melbourne (Australia). En septiembre de 2017 fue refundado por el papa Francisco.

En Valencia, el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II se erigió en noviembre de 1994 a iniciativa del entonces arzobispo de Valencia, el cardenal Agustín García-Gasco. En la actualidad, imparte el máster en Ciencias del Matrimonio y la Familia y la licenciatura en Sagrada Teología del Matrimonio y la Familia.

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