La empresa valenciana Betelgeux, especializada en ofrecer soluciones de higiene para la industria alimentaria, ha presentado su informe anual de responsabilidad  social corporativa en la Universidad Católica de Valencia (UCV), en el marco de la cátedra que esta universidad tiene con su nombre para el desarrollo de una economía sostenible.

En el acto, celebrado en el salón de actos del Campus de Valencia-Santa Úrsula, han participado Juan Sapena, director de la Cátedra Betelgeux de la UCV; Enrique Orihuel y Fernando Lorenzo, consejero delegado y director de I+D de esta entidad, respectivamente.

Así, Orihuel ha afirmado que la responsabilidad social corporativa es, sobre todo, “que la empresa sea rentable para todos los grupos de interés -trabajadores, clientes y proveedores-, no sólo para los accionistas”. Por ello, supone “no pensar sólo en la rentabilidad económica sino buscar beneficios en el sentido intangible, es decir, referidos al bienestar y desarrollo social”.

“No hay que olvidar nunca que una empresa está formada por personas, que viven arraigadas en un territorio, y en función de ellas hay que trabajar. De lo contrario, al final sólo tenemos una máquina de hacer dinero. El aspecto humano, de orientación al hombre, es lo que nos interesa”.

En este sentido, ha citado al Papa Francisco, quien alertó sobre la “dictadura de la economía sin rostro” la cual “carece de una verdadera meta humana". La empresa, como el desarrollo económico, “tiene que tener rostro humano”, ha reseñado Orihuel.

Respecto al informe, el consejero delegado de Betelgeux se ha referido al compromiso y acciones de esta empresa -que cuenta con la certificación de Igualdad de la Generalitat Valenciana- por la flexibilidad y conciliación familiar; de hecho, “casi cada trabajador tiene un horario hecho a la medida de su situación personal y de dónde vive”, ha afirmado.

Respecto al informe anual de responsabilidad  social corporativa presentado, ha señalado, entre otros aspectos, que “respecto a la reutilización y ahorro de las aguas, nuestro objetivo al final es no producir ni un solo vertido. Vamos a eliminarlos al máximo y pensamos que podemos llegar a producir al menos un cincuenta por cien de toda la energía que consumimos. El estar haciendo ahora una nueva instalación nos ha permitido afinar más para ir progresando en este tema”.

“Todavía tenemos pendiente aunque ya hemos trabajando en ello la flota de vehículos, que vamos a ir avanzamos al mínimo de contaminación, y en la medida en que haya posibilidades de recarga para coches eléctricos, podremos ir cambiando toda nuestra flota, pero será en un futuro inmediato”, ha añadido.

Por su parte, Sapena ha puesto en valor la trayectoria de esta empresa, “que comparte el compromiso por la responsabilidad social corporativa con nosotros”. En la higiene industrial, uno de los ejes fundamentales es la seguridad alimentaria y, en este sentido, Betelgeux está en la cresta de la ola tecnológica”.

PACTO MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDAS

Betelgeux forma parte del elenco de firmas procedentes de 166 países, adheridas al Pacto Mundial de Naciones Unidas Global Compact. Se trata de la mayor iniciativa voluntaria de responsabilidad social empresarial en el mundo, que promueve implementar diez principios universalmente aceptados. La finalidad del Global Compact es promover la responsabilidad social empresarial en las áreas de derechos humanos y empresa, normas laborales, medio ambiente y la lucha contra la corrupción en las actividades y la estrategia de negocio de las empresas.

Con esta adhesión, Betelgeux ha adquirido el compromiso de conciliar sus intereses con los valores y demandas de la sociedad, los proyectos de la ONU y los planteamientos de organizaciones no gubernamentales, entre otras, sobre la base del decálogo de principios entre los que se encuentran apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales, apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo, fomentar iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental o trabajar contra la corrupción.