La proliferación exponencial de postulados teóricos y prácticos sobre formación en liderazgo ético en el área de ciencias económicas y empresariales resultaría llamativa si no se tuvieran en cuenta los achaques de la economía mundial en los últimos años. No se trata de una preocupación nueva entre los expertos en la materia, pero resulta indudable el papel que ha jugado en dicha eclosión la gran crisis surgida tras el estallido de la burbuja inmobiliaria norteamericana en 2007.

Ante este panorama académico, Francisco Lara, profesor de Dirección de Empresas en la Universidad Católica de Valencia, ha decidido integrar teoría y práctica sobre liderazgo ético en un solo modelo de formación denominado Ethical Leadership Coaching.

Lara, que durante estos meses realiza una estancia como profesor visitante en la Universidad Católica de América, en Washington (EE UU), ha mostrado el modelo que ha desarrollado en una reciente conferencia en la vecina Universidad de Georgetown, en el marco de un máster sobre gestión tecnológica.

El modelo -que también ha sido presentado en una conferencia internacional en el Centro para la Ética Empresarial (CBE, de sus siglas en inglés) de Boston- consta de tres partes: antecedentes, proceso y resultados.

En la primera de ellas se analizan las características que deberían tener el líder formador o ‘coach’, aquel a quien se está formando y el propio contexto organizativo. El proceso incluye el enfoque que se dará a ese ‘coaching’ (en sus formas de ‘counseling’ u orientación, ‘consulting’ o consultoría, y ‘mentoring’ o guía), el estilo y la receptividad del mismo.

Por su parte, los resultados se resumen en las categorías de individuales u organizacionales (mejoras en motivación, satisfacción y compromiso), y subjetivos u objetivos (mejoras de rendimiento, productividad y lealtad o retención de talento).

David Amat / comunicacion@ucv.es