El profesor de la Facultad de Magisterio y Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, Javier Chust, ha publicado recientemente el libro La Universidad Laboral de Cheste (1969-1978): Precursora de la innovación educativa en España.

En su obra, Chust ha analizado el modelo puesto en marcha por el Centro de Orientación de Universidades Laborales de Cheste al que califica como "ejmeplo pionero en innovación tecnológica y educación personalizada".

El libro, coeditado por Tirant lo Blanc y la Universidad Católica de Valencia, se presentará el próximo sábado, 17 de diciembre, a las 17 horas, en el Salón de Grados del Complejo Educativo de Cheste (Antigua Universidad Laboral).

En su investigación, el profesor Chust realiza un minucioso estudio de la Universidad laboral de Cheste, y por extensión, de las 21 universidades laborales que se crearon en España a mediados de la década de los 50 y que acogieron a cerca de 100.000 alumnos con el objetivo de “cualificar en los aspectos intelectuales, técnicos y humanos a los hijos de los obreros, así como de ofrecerles una formación integral”.

Asimismo, el profesor manifiesta que el Centro de Orientación de Universidades laborales de Cheste fue un modelo "completamente innovador para su época" y supuso "un auténtico banco de pruebas para poder poner en práctica todas las ideas previas a la Ley General de Educación de 1970".

Entre las innovaciones, Chust destacado que desarrolló la libertad y la responsabilidad de los alumnos mediante el ejercicio de su autonomía; dio preponderancia al aprendizaje por descubrimiento, puso en valor la importancia de la formación estética y artística; fomentó la formación tecnológica; potenció los debates, las puestas en común y los trabajos en equipo; “y potenció algo que prácticamente no existía entonces, como era la orientación de los alumnos, escolar, humana y profesional".

Para Chust el éxito del proyecto se sustentó en un equipo directivo que disponía de un proyecto educativo “en el que creían e ilusionaba”, en el que desarrollaron “con fuerza” la colegialidad y la responsabilidad compartida, así como la “creencia en la educación personalizada como fuente y método para todas las actividades lectivas, académicas, convivenciales, de ocio y orientadoras del centro".

EDUCACIÓN PERSONALIZADA

En el libro, Chust apunta que una de las grandes bazas del proyecto fue la apuesta por la educación personalizada, que "se fundamenta en considerar que el centro de la educación es la persona, el alumno, y hay que adecuar toda actividad educadora a la singularidad del alumno y a su realidad expresiva con los demás".

A nivel docente la educación personalizada se traducía en la existencia de departamentos docentes, en la coordinación de un gabinete de programación y planificación, el desarrollo de las unidades de contenido a través de fichas de trabajo, la no existencia de libros de texto para potenciar el desarrollo de la búsqueda de información, la distribución de tiempos y espacios en función del alumno, y las puestas en común y debates al finalizar cada unidad de contenido.