El rector, José Manuel Pagán, apela a volver “a las raíces de la universidad y de Europa, que es lo que necesita la sociedad”
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lunes, 12 de noviembre de 2018
José Manuel Pagán, rector de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha participado en el Congreso Internacional “50 años de mayo del 68. Una época de cambios, un cambio de época”, celebrado en la Universidad Francisco de Vitoria, donde ha pedido que “no perdamos ni un minuto más de lo imprescindible en tareas burocráticas, porque el centro es el alumno que llama a la puerta de nuestro despacho”.
Igualmente, recordando a san Juan Pablo II en su viaje a Santiago de Compostela, Pagán ha parafraseado “Europa, sé tú misma”, por universidad sé tú misma y “vuelve a las raíces de la universidad, que es lo que necesita la sociedad”.
Pagán ha dictado estas palabras durante la mesa redonda que se ha dedicado al papel de las universidades católicas, en la que han intervenido también Montserrat Gas, en representación del rector de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), Javier Gil; Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y gran canciller de las universidades del CEU; y Daniel Sada, rector de la Universidad Francisco de Vitoria.
Por su parte, Gas, profesora de Derecho en la UIC y responsable del Instituto de Estudios Superiores de la Familia en esta universidad, ha señalado que la revolución del 68 es un momento de inconformismo y ruptura con la moral burguesa y el autoritarismo, así como con la hipocresía de los planteamientos sociales. Los jóvenes tenían el “anhelo de ser protagonistas de la propia vida”. El problema es que la revolución “ha quedado en una libertad vacía y, por tanto, inútil”.
Ante la pregunta de qué pedir a la universidad, ha destacado que se sostiene sobre tres patas: investigación, docencia y trasferencia de conocimientos, siendo “la fundamental la docencia: un lugar de encuentro de profesores y alumnos”. Ahora bien, “el papel del profesor es fundamental. Los alumnos necesitan modelos, no solo conocimientos. Los alumnos tienen que enganchar con los profesores y crear comunidad y no el individualismo: "Vienen buscando una buena vida y nosotros tenemos la obligación de darles las claves para una vida buena", ha señalado.
Bullón de Mendoza ha explicado la importancia de las Humanidades porque “de poco sirve si alcanzamos la excelencia técnica y fracasamos en formar personas”. Así, ha recordado la herencia de Ángel Ayala y del cardenal Herrera Oria a la hora de formar personas y ha explicado la obligación de cursar asignaturas de humanidades en cualquier carrera de sus universidades y la creación de diversos institutos sobre Historia, Familia y Democracia.
Por último, Sada ha advertido del peligro de ser “irrelevantes en la sociedad que nos está esperando”. Por ello pidió “saber qué espera Dios de nosotros con la responsabilidad de tener una institución de enseñanza superior”. Si la tenemos, “es para ser revolucionarios, subversivos, para estar en la frontera, no para ser innocuos o irrelevantes”, ha señalado.
Para poder hacer esto, en su opinión, se necesita “entender lo que significa para el alumno estar en la universidad: no es lo que aprende sino lo que le pasa en su vida” y hay que convertirse “en bombas difusoras del bien; trasformadores de lo que nos rodea”.