Elena Postigo: “Desconocemos cuáles pueden ser las consecuencias a medio y largo plazo de la edición genética”

Máster Universitario en Bioética

Elena Postigo: “Desconocemos cuáles pueden ser las consecuencias a medio y largo plazo de la edición genética”

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Elena Postigo: “Desconocemos cuáles pueden ser las consecuencias a medio y largo plazo de la edición genética”

La directora del Instituto de Bioética de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid (UFV), Elena Postigo, ha impartido una conferencia en el marco del Máster Universitario en Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV) sobre los desafíos emergentes del siglo XXI en el ámbito de la bioética. En su opinión, los “más relevantes” de entre estos en la actualidad son los relacionados “con la edición genética de embriones humanos”.

“Nos estamos dando cuenta de que podemos curar enfermedades y podemos alterar el patrimonio genético, pero desconocemos cuáles pueden ser las consecuencias a medio y largo plazo de los cambios introducidos en el embrión o en las células germinales. Se abre ante nosotros un ámbito enorme de posibilidades, también terapéuticas, pero hemos de actuar con mucha cautela”, ha aseverado.

En opinión de la experta de la UFV, “no tiene sentido demonizar la ciencia y la técnica, que están al servicio de la humanidad, pero sí es necesaria una reflexión para hacer buen uso de ambas, siempre al servicio de la persona y de las generaciones futuras”. 

Para afrontar con acierto todas las vicisitudes presentes y futuras de la bioética, Postigo apuesta por el enfoque personalista, corriente filosófica aplicada al ámbito bioético y nacida en torno a los años ochenta de la mano del italiano Elio Sgreccia: “El personalismo pone en el centro de la bioética a la persona, entendida como un ser con un valor intrínseco especial, no como la manifestación de sus accidentes, ya sea su color de piel, altura, edad, calidad de vida o estado de salud, entre otros”.

“Se es persona siempre y en todo momento, independientemente de las circunstancias cambiantes. Se sigue siendo persona incluso cuando alguien no es capaz de pensar ni de obrar, como sucede, por ejemplo, con el estado vegetativo persistente. Ello implica desde el punto de vista de la bioética que se te respete cuando estás en esa condición”, ha asegurado.

EL PERSONALISMO, ENFRENTADO AL UTILITARISMO

El personalismo ontológico, que gira en torno al concepto de persona y de dignidad, se presenta, de este modo, como una corriente enfrentada en muchos aspectos a aquella “más en boga” en la actualidad, el utilitarismo: “La diferencia esencial del personalismo respecto de estas es la centralidad del concepto de persona, entendida desde una fundamentación metafísica y no sólo en términos funcionales. No estamos sólo ante un ser que piensa, sino ante un ser que es, previamente a pensar, y digno en cualquier circunstancia de su existencia”.

“El utilitarismo y el principialismo, por el contrario, consideran que, en determinados momentos, la persona humana no es digna; por ejemplo, cuando ha perdido calidad de vida o cuando no es capaz de pensar o decidir. En el personalismo el cuidado de la persona abarca toda su existencia, desde su concepción hasta la muerte natural, de modo que el trato, respeto y dignidad que se le concede no varía. El utilitarismo, por ejemplo, piensa que se puede utilizar el embrión o realizar en él determinados cambios, o que la eutanasia es lícita en determinadas circunstancias”, ha expuesto. 

De la corriente de pensamiento defendida por Postigo se derivan unos principios éticos; en concreto, “el respeto de la vida humana en toda circunstancia, desde su concepción hasta su muerte natural; el respeto de su corporeidad entendiendo el cuerpo como algo integral; el respeto de su libertad y la responsabilidad que esta conlleva; y el principio de justicia y solidaridad”.

GRANDES DESAFÍOS DE LA BIOÉTICA CONTEMPORÁNEA

Junto al gran desafío contemporáneo que supone la edición genética de embriones humanos, Postigo ha señalado otros tres, siendo el primero de ellos es la nanotecnología aplicada al ser humano y, en particular a su cerebro, a la “dimensión neuronal y cognitiva” de la persona: “Un ejemplo de estos desafíos sería poner un implante a una persona con una enfermedad neurodegenerativa para que no le tiemblen las manos, o el nanochip que Elon Musk plantea con Neuralink para mejorar ciertas capacidades cognitivas o reparar ciertos daños cerebrales. Todas estas propuestas despiertan dudas bioéticas”.

Otra cuestión a analizar, según Postigo, es el uso de la inteligencia artificial en medicina. Por un lado, la experta de la UFV asegura que su aplicación será “estupenda” porque se traducirá en una “muy buena capacidad diagnóstica y pronóstica”, pero que, al mismo tiempo, “no siempre va a ir acompañada de capacidad terapéutica”. Así, “se podrán diagnosticar muchas enfermedades, pero no curarlas”.

El último gran desafío bioético de este siglo para Postigo está en relación con el final de la vida humana, fundamentalmente “la eutanasia y la criogenización humana o mantenimiento de un cuerpo tras la muerte”.

Desde la perspectiva del personalismo, los criterios éticos fundamentales que deberían aplicarse ante los mencionados desafíos bioéticos son “el respeto a la vida, el no hacer daño, respetar la justicia y la responsabilidad ante las generaciones futuras”.

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