Enrique Fuster: “El cine nos puede ayudar a entender que el mal, en el fondo, es un misterio”

III Congreso de Filosofía y Cine

Enrique Fuster: “El cine nos puede ayudar a entender que el mal, en el fondo, es un misterio”

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Enrique Fuster: “El cine nos puede ayudar a entender que el mal, en el fondo, es un misterio”

La Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha dado inicio en el Campus de Valencia-Santa Úrsula (Guillem de Castro, 94) a su tercer Congreso de Filosofía y Cine, en esta ocasión con el lema Claves para una filosofía cinemática. El decano de la Facultad, Ginés Marco, ha inaugurado el evento junto a su director, el profesor José Alfredo Peris, investigador principal (IP) del proyecto sobre filosofía y cine de la UCV.

La conferencia inaugural de la primera jornada del congreso ha corrido a cargo del profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma (Italia) Enrique Fuster, que en su conferencia Luces del mal en las pantallas ha asegurado que el cine es “un gran instrumento para profundizar en el mal”.

“Más allá del mal como elemento de estrategia narrativa, el cine nos puede ayudar a entender que el mal, en el fondo, es un misterio. El cine ha creado obras memorables que reflejan muy bien la fragilidad humana, que hablan del dolor, del sufrimiento, del pecado o de la culpa; y ha creado películas también memorables que nos ayudan a comprender que el mal es un misterio que debe aceptarse, únicamente descifrable desde la perspectiva divina”, ha señalado.

En ese sentido, el profesor de la Santa Cruz, ha subrayado que la “radiografía” del mal que hace una película puede ser algo “muy positivo”, presentando “el mal como el mal”. Por otro lado, Fuster ha remarcado que, “como se ha visto en algunas películas, el cine tiene la capacidad, por ejemplo, de hacer ver que el aborto puede ser un bien, jugando con las emociones y con la empatía, sin ser fiel a esa realidad”.

“En otros casos, el simple hecho de que el mal aparezca retratado en pantalla no es algo negativo. Hay una frase famosa respecto de esta cuestión, no recuerdo ahora su autor, que dice que en la vida no existen abortistas felices y eso se refleja, por ejemplo, en una película como Nunca, casi nunca, a veces, siempre (EE.UU., 2020). Me parece muy positivo que en ella se haga ver al espectador la complejidad y lo tremendo que es un aborto. A pesar de que los personajes sean abortistas y la propia directora de la película sea ‘pro-choice’, el retrato que queda es que el aborto es un drama, no es algo bueno ni querido. Es una tragedia que ellas mismas no se den cuenta de ello”, ha explicado.

El espectador juega un papel fundamental en la interpretación de una película

De cualquier modo, Fuster ha reconocido que, aunque el cine pueda, en ocasiones, ser un “instrumento del mal”, el espectador juega un “papel fundamental” y eso no debe perderse de vista: “A veces se dice que en una película es el cincuenta por ciento el propio film y el otro cincuenta por ciento, la interpretación del espectador. En Mar adentro, no estando de acuerdo con su mensaje en favor de la eutanasia, también se pueden encontrar cosas positivas, pues se trata de una obra artística”.

“El autor de una película debe ser fundamentalmente honesto. Woody Allen lo es, por ejemplo; en toda su obra está muy presente la ruptura entre el ideal y la realidad. Él no da una solución, presenta preguntas, que es lo que hacen muchas veces los artistas”, ha aducido.

Una de las películas a las que ha hecho alusión Fuster es Sound of Metal (EE.UU., 2020), “que enfrenta la idea hoy muy difundida en nuestra sociedad de que uno se realiza haciendo cosas, de que la vida no tiene sentido sin la realización profesional. En esta película, el personaje principal es batería en un grupo de heavy metal y tiene la ambición de triunfar musicalmente; sin embargo, se encuentra con que se está quedando sordo. Gracias a otros personajes empieza a descubrir que hay otro modo de vivir la vida, más centrado en el ser; su vida tiene sentido, no lo por lo que hace sino por lo que él es. Descubre así una interioridad que antes no tenía presente”.

“Otra película en el mismo hilo es la sensacional La escafandra y la mariposa (Francia, 2007) que tiene mucha fuerza por estar basada en una historia real. En ella un famoso periodista se queda tetrapléjico, pero acaba consiguiendo ver que su vida tiene sentido, incluso en ese estado”, ha añadido.

Ruth Gutiérrez: “Las series producen cambios sociales en las formas de pensar o actuar, sin que el espectador sea consciente de ello”

Por su parte, la profesora de la Universidad de Navarra Ruth Gutiérrez, que ha reflexionado en torno al concepto de relación y el valor cognoscitivo de la ficción, ha asegurado que “las series producen cambios sociales en las formas de pensar o actuar, sin que el espectador sea consciente de ello”.

“Hay corrientes neopositivistas que han ido sesgando el discurso que apunta a una interpretación relativista de la ficción; es decir, que la ficción es algo inventado que no guarda ningún tipo de relación con el mundo real, sin intencionalidad alguna de remitirnos a la realidad. Pero no es así, en mi opinión: las ficciones cambian la vida, la forma de pensar, la forma de hablar o la forma de actuar de la gente. ¿Por qué si no se dan fenómenos como el que ha propiciado El juego del calamar?”, ha subrayado.

Siguiendo ese hilo, Gutiérrez ha señalado también el ejemplo de la serie Trece razones, que resultó polémica en Estados Unidos porque hubo varios suicidios de adolescentes a raíz de haber visto la serie: “La ficción produce cambios de mentalidad y cambios culturales, como hemos visto en lo que supusieron series como Friends, El ala oeste de la Casa Blanca, que blanqueaba la labor del gabinete de prensa de la presidencia americana; o la más reciente El cuento de la criada, que se ha tomado como una reivindicación feminista”.

Los cambios culturales, según ha expuesto Gutiérrez, se producen “respecto del espejo de las películas y, sobre todo, de la televisión”, conforme pasa el tiempo: “Las series van consolidando ciertos conceptos y modos, y uno ya no se da cuenta de por qué habla de una determinada manera o de que ha aceptado algunas cosas desde el punto de vista moral o político, sin darse cuenta conscientemente”.

“Esos cambios en los hábitos sociales y culturales se están produciendo y hay estudios que lo confirman. La razón de fondo es mimética y, aunque uno no vea series, también se relaciona con personas qué sí ven televisión y va a acabar adquiriendo estas formas. En definitiva, que la poética es la representación de la ética y no tenerlo claro es lo que puede llevar a pérdidas de libertad en una democracia”, ha indicado.

José Alfredo Peris: “Desde las coordenadas que se derivan de la dignidad humana podemos convocar las mejores energías culturales de nuestro tiempo”

En la primera jornada ha intervenido también el director del congreso, el profesor de la UCV José Alfredo Peris, que ha disertado acerca de su línea de investigación, el “personalismo fílmico”, que ha definido como “un modo de hacer cine que pone de relieve la dignidad de la persona humana; de las mujeres y de los hombres de carne y hueso que confían en su capacidad de amar, de ser creativos, de resolver sus problemas, de abrirse esperanzadamente al futuro. Lo que expone en la pantalla demanda a su vez que se desarrolle una filosofía igualmente personalista”.

“Esto es tanto más urgente cuanto una colonización del pensamiento tecnológico sobre todos los ámbitos de la vida pone cada vez más en entredicho la responsabilidad humana en la orientación de la política, la economía o la cultura. A veces vivimos adormecidos pensando que los avances técnicos por ellos mismos solucionarán todos nuestros problemas. Y hemos de despertar: la proclamación de la dignidad humana y sus derechos, como se hizo en 1948, no es un logro ya conseguido, sino que cada generación debe renovarlo como propio. Nos urge hacerlo hoy y aquí”, ha aducido Peris.

En opinión del director del congreso, regresar al cine “de los Capra, McCarey, Ford, Leisen, La Cava, Borzage o Harold Lloyd” no es “refugiarse en el pasado” sino tomar “buena carrerilla” para el presente y para el futuro: “En ellos vemos las luchas de las personas y los pueblos por vivir a la altura de su dignidad con el sello indeleble de la alegría y la esperanza, con el especial calor que pone en el corazón la cercanía con los más vulnerables y con riesgo de exclusión. Desde estas coordenadas podemos convocar las mejores energías culturales de nuestro tiempo”.

Antonio Lastra: “Las películas nos hacen mejores de lo que éramos antes de entrar en la sala de cine, como decía Cavell; si no es así, o falla la película o fallamos nosotros”

También ha intervenido en el congreso el experto del Instituto Franklin de Investigación en Pensamiento Norteamericano de la Universidad de Alcalá Antonio Lastra, que ha aseverado que se ha alineado con la idea cavelliana de que las películas “nos hacen mejores de lo que éramos antes de entrar en la sala de cine”.

“Eso es lo que lo relaciona al cine con la filosofía, en el fondo, que las películas nos ayudan a salir de la caverna platónica. Para mí eso no ofrece ninguna duda. Uno va a al cine para mejorar su condición moral; si eso no sucede, o la película ha fracasado o uno mismo no ha sido capaz de percibir lo que la película tenía que enseñarle”, ha remarcado.

Además, Lastra ha insistido en que no puede convertirse al cine “en una excusa para la filosofía” o hacer de éste “un pretexto para hablar de cuestiones filosóficas”. Lo que debe analizarse, en opinión del investigador de la Universidad de Alcalá, es “qué ocurre cuando un cineasta, con las herramientas propias de su arte -cámara cinematográfica, movimiento de la luz, color- está en condiciones de hacer algo que pueda ser reconocido como filosofía”.

David Pérez Chico: “El cine fue simplemente un paso más en la filosofía de Cavell”

El profesor de la Universidad de Zaragoza David Pérez Chico ha pronunciado durante la celebración de la primera jornada del congreso la conferencia Stanley Cavell: una filosofía sin lágrimas. En la misma, ha lamentado que se haya hecho una lectura “muy sesgada” de la obra del filósofo norteamericano, “dando a entender que Cavell era un tipo que hacía filosofía del cine y también una filosofía de otras cosas”.

“Siempre me ha parecido que el cine fue simplemente un paso más en la filosofía de Cavell. Trató de practicar una filosofía más tradicional, lo que le llega hasta un punto en que se dio cuenta de que ésta ya no le servía; y ahí se encontró con el cine. Pensaba en las películas como si hubieran sido creadas para la filosofía. No se refiere a que haya un cine filosófico, muy intelectual, o que se trate al cine como herramienta didáctica, o que ciertas películas ilustren ciertos problemas filosóficos: Cavell creía que el medio cinematográfico en sí es filosofía”, ha expuesto.

No es que el cine “represente” el mundo, sino que lo “proyecta”, según ha apuntado Pérez Chico: “Cuando estamos viendo una película somos conscientes de que esa también es nuestra relación con el mundo; que el cine ve el mundo como si lo viéramos desde fuera, lo que nos hace pensar sobre nosotros mismos, sobre las carencias de nuestra vida y hace que nos autoexaminemos para que podamos llegar a ser quienes somos”.

Pablo Alzola: “Con ‘Nomadland’, la directora Chloé Zhao hace una película que pone en práctica la idea de Cavell sobre el cine”

Otro de los ponentes del congreso ha sido el profesor de la de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid Pablo Alzola, que ha disertado sobre el film Nomadland, ganador del Oscar a la mejor película en la última edición de los premios de la Academia. Alzola ha puesto en relación la obra de la directora Chloé Zhao con la filosofía cinematográfica de Stanley Cavell; en concreto, con la expuesta en el libro Los sentidos de Walden.

En opinión de Alzola, la interpretación que Cavell da en la citada obra a la novela del siglo XIX Walden –que trata precisamente sobre un hombre que se aparta de la sociedad para vivir solo en el bosque- también se puede aplicar a Nomadland: “Zhao ha hecho una película que pone en práctica la idea de Cavell sobre el cine”.

Walden tiene tres sentidos. El primero es el sentido de comunidad, el segundo se refiere a una idea de verdad y el tercero a una idea de belleza. Nomadland hace algo parecido, hablando mucho de cómo se supone que tendría que ser la comunidad norteamericana, la idea original de Estados Unidos como comunidad de inmigrantes de gente desplazada que ha formado una comunidad luego la idea de verdad. También aparecen el sentido de verdad en el registro que hace de la realidad nómada, y el de belleza, por ejemplo, en su filmación de la luz de los amaneceres como signo de una especie de trascendencia”, ha relatado.

Viernes 29, última jornada del congreso

En la jornada de mañana, viernes, 29 de octubre, las intervenciones comenzarán a las 10:45 h. con la ponencia de la profesora de la Universidad de Navarra Lourdes Esqueda, El realismo de André Bazin y su influencia en Stanley Cavell. A las 12:00 la profesora de la Escuela Normal Superior de Lyon (Francia) Elise Domenach impartirá la conferencia Cine y escepticismo en Stanley Cavell: y a las 13:00 la profesora de la UCV Gloria Casanova analizará los conceptos de narrativa y sentido en el medio cinematográfico.

La sesión final del congreso tendrá por protagonistas a la profesora de la Universidad CEU San Pablo de Madrid Ana Lanuza, que impartirá a las 16:00 h. la ponencia Valores familiares y comunitarios en la narrativa de John Ford; y a la profesora del King’s College de Londres (Reino Unido) Catherine Wheatley, que pronunciará la conferencia de clausura: Stanley Cavell y lo maravilloso del cine.

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