Cooperación Internacional
Estudiantes de Enfermería atienden a ancianos y personas vulnerables en la amazonia peruana
Noticia publicada el
martes, 28 de junio de 2022
Un grupo de estudiantes del grado en Enfermería de la Universidad Católica de Valencia (UCV) -dirigidos por la cooperante y coordinadora de esa misma especialidad sanitaria en las Clínicas UCV, Jennifer Samper- se encuentra realizando hasta el próximo 18 de julio un proyecto de cooperación internacional en el Vicariato Apostólico de Requena, situado en plena amazonia peruana. El proyecto forma parte de las acciones sociales llevadas a cabo desde hace varios años por expertos y alumnos de la UCV, merced a un convenio de colaboración entre esta universidad valenciana y el vicariato.
El grupo de estudiantes voluntarios que participa en este proyecto está conformado por los alumnos del grado en Enfermería Nerea Caballero, Blanca Lafuente y Gonzalo Martínez Castelló. Colabora con Samper como coordinadora y apoyo técnico del proyecto la profesora Mayte Murillo.
Prevención de enfermedades infectocontagiosas, primeros auxilios e higiene básica
El equipo de la UCV atiende a mayores que sufren una grave de privación de los bienes y necesidades más básicas y a otras personas en situación de vulnerabilidad, todos ellos pertenecientes a los poblados integrados en un programa que lidera Caritas Pastoral Social de Requena. Las labores asistenciales consisten en ofrecer una atención de enfermería personalizada tanto en sus domicilios como en el Centro de Salud Padre Nicolás Giner, además de desarrollar el proyecto de investigación Valoración geriátrica integral en ancianos con extrema pobreza.
La expedición de la Universidad Católica de Valencia no solo se ocupa de tareas de atención sanitaria, sino que también realiza acciones de promoción y prevención de la salud en las distintas aldeas ribereñas de esta área de la cuenca amazónica. La educación impartida trata cuestiones como la nutrición en procesos de enfermedad y la prevención de anemias; la prevención de enfermedades infectocontagiosas comunes de la zona; los primeros auxilios; la cura de heridas y úlceras por presión; así como la higiene básica de manos, corporal y del hogar, junto a la higiene de pacientes encamados y la prevención de hongos, infecciones, parásitos y pediculosis.
Una experiencia que cambia vidas
El proyecto -en el que también se hará entrega de ropa, enseres y alimentos a los más vulnerables- ha supuesto varios meses de preparación, según explica Samper. Durante ese tiempo, y en el que se avecina sobre el terreno, la experiencia ayuda a la directora de esta acción internacional, que formó parte como alumna de la UCV de otro proyecto de cooperación internacional en el mismo lugar a inicios de 2020.
“Estar aquí cambió mi vida; por eso, a pesar del trabajo que conlleva, dije que sí en cuanto se me planteó la posibilidad de volver como directora del proyecto. Es cierto que la labor es muy distinta a participar como estudiante porque hay muchas tareas burocráticas de por medio, mucho papeleo, además de la preocupación por los que te llevas a tu cargo”, afirma Samper.
El proyecto que realizó en Perú justo antes de la pandemia, le hizo “crecer”, en primer lugar, a nivel profesional: “Aprendes a fabricar recursos y a tener una mente más abierta en lo respectivo a la enfermería asistencial. Realizar este tipo de proyectos sirve para darte cuenta de que eres habilidoso y capaz de superar tus límites, abandonar los escrúpulos y actuar”.
Maduración personal
Por otro lado, Samper declara que “siempre” estará agradecida a la UCV por la “maduración personal” que supuso esa primera aventura internacional y describe cómo es la misión en Perú: “Son días muy intensos, pero te descubres a ti misma en situaciones complicadas, y con toma de decisiones duras. Aquí hay gente que no tiene absolutamente nada, ni un mísero techo para resguardarse de la lluvia. Clavan cuatro tablas de madera en la tierra y esa es la fachada de su casa. Duermen en el suelo y apenas comen, si es que alguien les ha dado algo. Los ancianos ya no pueden pescar, cazar o cultivar; muchos ni siquiera se pueden levantar del lugar en el que están postrados”.
“Las personas a las que atendemos te agradecen muchísimo la labor que realizas y te ofrecen lo que tienen, incluso la poca comida de la que puedan disponer. Acudir a visitar a una persona y que te diga que es feliz solo porque has ido a verla es increíble, algo indescriptible. En España nos quejamos, con todos los servicios y recursos que tenemos a nuestra disposición. No somos conscientes de que en otras partes del mundo hay muchísimas injusticias y viven una realidad totalmente contraria a la nuestra”, relata.