Cinefórum ‘El laberinto de los afectos’
Extensión Cultural proyecta este viernes la película ‘Prefiero el paraíso’
Noticia publicada el
miércoles, 23 de octubre de 2019
Extensión Cultural de la Universidad Católica de Valencia (UCV) proyecta el próximo viernes, 25 de octubre, a las 18:30 horas en el salón de actos del Campus de Valencia-San Juan y San Vicente (Jorge Juan, 18), la película Prefiero el paraíso (Italia, 2010), dentro del ciclo de cinefórum ‘El laberinto de los afectos’. Tras el visionado del filme, tendrá lugar un debate “sobre el sentimiento de la alegría en la persona”.
Organizado y dirigido por los profesores de la UCV Consuelo Tomás y Lluís Ramon, este ciclo lanzado por el Vicerrectorado para los Alumnos y Acción Social para el presente curso pretende “reflexionar sobre la naturaleza de los afectos”, a través de películas como Prefiero el paraíso. En la misma, el cineasta transalpino Giacomo Campiotti ofrece su visión particular de san Felipe Neri, conocido como el santo de la alegría.
Este pensar en la afectividad es una tarea “fundamental” para cada persona y para toda sociedad, según opina Consuelo Tomás, porque la esfera afectiva “influye poderosamente en la vida humana; la felicidad tiene su lugar en el mundo afectivo y el único modo de experimentarla es sentirla”.
“El cine es un instrumento de irrenunciable actualidad que, por su potencia antropológica y cultural, ayuda a descubrir todas las dimensiones -también la afectiva- de la persona humana”, expone.
Así, la docente de la UCV recuerda que, para el escritor C.S. Lewis, la causa de toda felicidad sólida y duradera es, en nueve de cada diez casos, el afecto: “Cuando soñamos con la felicidad, soñamos con un estado sentimental. Los sentimientos son los grandes compañeros del hombre y la plenitud de las personas dependen, en gran medida, de su capacidad afectiva”.
Consuelo Tomás expone así que el ser humano debe aprender “a conocer y a reconocerse en sus sentimientos”, porque le instalan “en una existencia concreta” y juegan un papel “radical” en la dinámica de la propia vida.
“Pero si la dimensión afectiva juega un papel fundamental, no es menos cierto que la persona no se resuelve en la afectividad sino que su grandeza reside en la razón: las emociones conducen a la plenitud en la medida en que se encuentren dirigidas por la mente”, recuerda.