Francisco Gan Pampols: “Estamos ante una crisis humanitaria sin precedentes”

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Francisco Gan Pampols: “Estamos ante una crisis humanitaria sin precedentes”

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Francisco Gan Pampols: “Estamos ante una crisis humanitaria sin precedentes”

La invasión de Ucrania va adquiriendo distintos matices y todos son primera plana. Empezó siendo noticia por qué se ha llegado a la guerra; luego, cómo evoluciona el conflicto, quién ganará o perderá… También preocupa qué va a pasar con los refugiados. Distintos aspectos que configuran un panorama informativo que no se agota en varios días de conversación.  

Para evitar el reduccionismo, se ha entrevistado a uno de los mayores expertos, Francisco Gan Pampols. Teniente general (en la reserva) del Ejército de Tierra, fue director durante cuatro años del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y participó en la misión de Kosovo, el último gran conflicto de Europa. Reconocido como doctor honoris causa por la Universidad Católica de Valencia (UCV), nos ha incluido generosamente en su agenda para ofrecer una conferencia, invitado por el Instituto de Estudios Estratégicos (IEE). También, para conceder la siguiente entrevista, donde facilita un itinerario lúcido sobre la guerra que tiene en vilo a la población mundial.

¿Por qué ha empezado la guerra?

Este conflicto no viene de repente, sino que tiene un arranque muy anterior. Tiene que ver con un acuerdo que firma Ucrania con la Federación rusa heredera de la Unión Soviética para ceder sus armas nucleares, porque Ucrania era la tercera potencia mundial en armas nucleares (después de Estados Unidos y de la Federación rusa). En dicho acuerdo, Rusia se compromete a defender a Ucrania ante cualquier agresión: esto es en el año 1994. 

Qué paradoja…

Así es. Los garantes de ese acuerdo son Estados Unidos y el Reino Unido. Además, en ese acuerdo, a la flota del mar negro de la Federación rusa se le permite utilizar la base naval de Sebastopol (Crimea) durante 40 años, de tal manera que, hasta el año 2040 prácticamente o 2036, podría seguir utilizando esa base y tenía autorizada la presencia de 25.000 soldados en Crimea. Lo digo porque a veces creemos que los rusos invadieron Crimea y ya estaban en Crimea.

Va pasando el tiempo y los itinerarios de Ucrania y los de la Federación rusa se van separando no sólo por cuestiones ideológicas, sino porque los gobiernos son esencialmente corruptos en ambos lados. Llegamos al año 2004, en el que se produce la llamada Revolución naranja y el paneslavismo radical lo considera una traición. Tras el gobierno de  Víktor Yúshchenko , llega Yanukóvich en 2010. Previamente, en 2007, hay una conferencia de seguridad en Múnich en la que el presidente Putin dice no considerar aceptable el resultado del nuevo reordenamiento de la seguridad mundial que está haciendo la OTAN.

Llegamos a 2014 y Yanukóvich sigue gobernando. En ese momento hay un sentimiento tan prooccidental en Ucrania que están pendientes de firmar un tratado preferencial con la Unión Europea, que sería la antesala para ingresar en la Unión Europea. Yanukóvich es llamado a consulta a Moscú y el Putin le dice que de ninguna manera; a cambio le ofrece un paquete de ayuda económica para reflotar a Ucrania, que está en una situación de depresión y extraordinariamente presionada por la corrupción. Estalla entonces la revolución de Maidán que es un golpe de estado en el que se produce la huída de Yanukovich a Rusia y la llegada al poder de Poroshenko que toma medidas anti rusas como suprimir la cooficialidad del idioma y reprimir actividades prorrusas en el Donbás, ello provocó la ira de Rusia en forma de anexión de Crimea y apoyó a la sublevación armada en el este del país, el Donbás. A fecha de hoy, hay 15.000 muertos sin contar los de la invasión.

Vamos a 2019: gana las elecciones el presidente actual Volodimir Zelensky y vuelve a recordar que el ansia de Ucrania es alinearse con Occidente, de tal manera que pide su ingreso en la Unión Europea y que se tenga en cuenta su candidatura como miembro para entrar en la OTAN aspecto este último que fue una oferta hecha por la OTAN en 2008 en la cumbre de Budapest. Las dos opciones son rechazadas abiertamente por Putin. En noviembre del 2021, unas maniobras que se hacen cada dos años llegan a concentrar una masa de unidades militares en la zona de la frontera rusa con Ucrania y el 24 de febrero estalla la guerra.

¿Entonces la guerra persigue fundamentalmente objetivos políticos?

La guerra no es un tema que preparen los militares: los militares ejecutan las guerras. La guerra es la continuación de la política por otros medios. ¿Qué pretende Putin invadiendo Ucrania? Pretende tres cosas. Lo primero es que de ninguna manera Ucrania pueda ingresar en la OTAN. Segundo, alejar todo lo posible a Ucrania de la Unión Europea y vincularla económicamente a la Federación Rusa; para eso, le va a negar la salida del Donbás, le va a reducir la capacidad de producir energía eléctrica y le va a dar un mordisco sustancial en su capacidad de producción porque no podrá exportar (el mar lo controla la Federación rusa). La tercera razón queda enmascarada, pero es muy importante, porque alude a los sentimientos, lo que se llama el poso histórico mítico del nacionalismo: se cree que la cuna de Rusia es Kiev y su primera figura el príncipe Vladimir.

¿Cuál es la posible evolución de este conflicto? 

Todo conflicto tiene que acabar. En este caso, la aniquilación total de uno u otro no se contempla en el siglo XXI. Tiene que acabar, primero, en un alto el fuego; luego, en un armisticio y, finalmente, con un acuerdo de paz mínimamente aceptable por las dos partes.

En una guerra como esta no gana nadie, pierden todos: unos pierden poco y otros pierden muchísimo. La Federación rusa ha perdido muchas cosas: prestigio, perfil internacional, vidas humanas -éstas son irremplazables- y ha perdido parte de la capacidad de disuasión que tenía anteriormente. Ucrania ha perdido vidas, territorio, infraestructuras, posibilidades de generación de un futuro de mayor riqueza... 

¿Qué cree que puede acabar pasando?

Que se sienten a negociar en menos de un mes porque lo primero es dejar de matarse por el terreno. A continuación, hay que ver cuál es el mínimo aceptable por las dos partes, porque quien ha empezado esta guerra necesita tener un retorno, aunque sólo sea de carácter simbólico, hacia su población, diciendo que ha alcanzado lo que pretendía. El otro tiene que decir que ha resistido todo lo que ha podido pero que, en todo caso, ha conseguido sostener a Ucrania. El señor Putin se morirá, el presidente Zelenski será sustituido por otro presidente, pero el alma ucraniana subsistirá.

Lo que interesa ahora mismo es parar la guerra; eso es lo primero: un alto el fuego. A continuación, empezar a normalizar la situación porque Ucrania ahora mismo no tiene medios ni subsistencia, no puede sobrevivir. Ahora mismo hay cuatro millones de refugiados que está acogiendo la Unión Europea con el consiguiente problema que supone, pues no se trata sólo de acogerlos, sino de sostenerlos, educarlos, atenderlos sanitariamente, integrarlos en las sociedades… Porque no van a volver pasado mañana a su país.

Además, dentro de la misma Ucrania hay otros seis millones de desplazados, lo que significa que hay que hacer campamentos y sostenerlos sobre el terreno para paliar en lo posible  una crisis humanitaria sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.

Queda preguntarle sobre su conferencia… ¿Cuál es el impacto geopolítico del conflicto a nivel internacional? 

Por una parte, unas alianzas que estaban debilitadas, como la OTAN o la Unión Europea, se han fortalecido extraordinariamente porque ha habido una toma de conciencia acerca de la importancia de la existencia de distintos poderes que tengan la suficiente capacidad de disuasión para impedir agresiones de este tipo. Por otra parte, se han creado realineamientos: habrá determinados países como China que tendrán que decidir qué postura adoptan. Ahora mismo China está en una situación muy ambigua.

Además, en África -donde la Federación rusa tenía penetración en temas de seguridad y defensa- con toda seguridad puede haber algún realineamiento porque no es lo mismo poder tener alguien en quien confías plenamente que confiar en alguien que, cuando ha habido problemas, no ha sido capaz de resolverlos. Así que habrá algunos movimientos de esas características también en Siria, en la zona del Asia Pacífico… Y en muchos países alrededor de la Federación rusa que irán hacia un lado o hacia otro. Una situación muy compleja en todo caso y muy difícil de resolver. 

 

Puede seguirse la conferencia en el siguiente enlace.

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