Funeral planner (Carola Minguet, Religión Confidencial)

Funeral planner (Carola Minguet, Religión Confidencial)

Noticia publicada el

Funeral planner (Carola Minguet, Religión Confidencial)

Un reportaje del diario ABC informa de que los funerales laicos crecen cada año en España y ya los escoge un dieciséis por ciento de la población, que suele acudir a un funeral planner no sólo para “oficiar” la celebración, sino para coordinar los videos, los discursos y la música que sonará durante la misma.

Llama la atención que los servicios están divididos en tres grandes paquetes de productos: ‘pre mortem’, ‘mortem’ y ‘post mortem’. Antes del fallecimiento, por ejemplo, se venden libros para que el cliente determine los detalles de la ceremonia y después de ésta se ofrece cualquier rareza customizada como la conservación y custodia del ADN del difunto o cuadros con sus cenizas, que también pueden transformarse en piedras preciosas para engarzar en un anillo, mezclarse con la tinta en un tatuaje o esparcirse en los ‘bosques del recuerdo’, otro concepto que se ha inventado el marketing para hacer caja.

Por otro lado, cada vez se opta más por la incineración en lugar de la inhumación (el porcentaje ya alcanza el 47,78 por ciento del total de defunciones) y los tanatorios están totalmente arraigados en nuestra cultura; de hecho, en España existen actualmente 2.500 tanatorios y 540 hornos crematorios. Tantos como en Francia, Italia y Alemania juntos.

Imagino que una razón de esta evolución (o involución, según se mire) es que el dinero se mete en todas partes. Así pues, no sólo se ha dado un cambio radical en la ritualidad funeraria (despedidas sociales en jardines alquilados en lugar de funerales en la iglesia parroquial, cremaciones en vez de entierros, pésames en la cafetería del tanatorio para reemplazar a los velatorios), sino que dicha ritualidad se identifica con operaciones de mercadotecnia. Lo paradójico, o sarcástico, es que el dinero no gobierna la muerte. Es al revés. El dinero frente a la muerte sólo puede proponer un consuelo; bueno, un pseudo consuelo.

Otra explicación es que una sociedad secularizada necesita alternativas a los ritos religiosos. Y es razonable buscar esta compensación psicológica, ya que el duelo es muy difícil. También resulta natural resistirse a la despedida, pues tenemos un deseo profundo de no morir y de que no mueran quienes amamos. La cuestión es si estas opciones ayudan a entrar en la realidad, no en lo que queremos que sea.

En el fondo, es una manera de no gestionar bien o no tomar en serio el deseo de no morir y de que continúe la vida de quienes han fallecido, que es justamente lo que anuncia la tan criticada, denostada y repudiada fe cristiana. Ahora bien, la vida eterna no sobreviene como entiende la mayoría, incluso entre los católicos.

¿Y cómo acontece? Pues la Iglesia ha reconocido siempre que tras la muerte hay un juicio inmediato que determina si vas al cielo, al purgatorio o al infierno. Por lo tanto, hay que desempolvar los novísimos y sacarlos de donde se han escondido o enterrado. Algunos opinan que es mejor que sigan en el baúl de los recuerdos porque la gente se asusta si le hablas del infierno. No creo que sea así. La gente ya está asustada. Y precisamente porque lo está hay que predicar lo que va a ocurrir, que lo que infunde no es miedo, sino el temor de Dios, que son cosas distintas. Además, precisamente porque este juicio va a tener lugar se han celebrado tradicionalmente los ritos fúnebres, que llevan a rezar y ofrecer sacrificios por la reparación de los pecados de los fallecidos.

Ahora bien, incluso desde un punto de vista antropológico, estos ritos tienen un sentido más alto que el que proponen los funeral planner. Y es que la humanidad ha logrado gracias al catolicismo hacer de los ritos funerarios algo sublime. Sublime porque hacen presente que la vida no se acaba. Sublime porque te animan a vivir bien, ya que te juegas la eternidad. Sublime porque recuerdan que el hombre es una criatura merecedora de la atención de Dios.

Frente a eso, poner una camiseta de fútbol del equipo del difunto junto a la tumba o que leas el poema que más le gustaba no es que esté mal. Es que no hay color.

Calendario

«marzo de 2025»
lu.ma.mi.ju.vi.sá.do.
242526272812
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31123456

Opinión y divulgación