Máster Universitario en Marketing Político y Comunicación Institucional
Ginés Marco: “En España se está dando una toxicidad informativa promovida desde las más variadas instancias”
Noticia publicada el
miércoles, 29 de abril de 2020
En estos días, la población está muy pendiente de la información a través de los medios de comunicación generalistas, pero recurriendo fundamentalmente a otra fuentes, como medios digitales y redes sociales. También los partidos políticos al respecto de la crisis, establecen sus propias estrategias de comunicación. Hablamos con el director del Máster Universitario en Marketing Político y Comunicación Institucional de la Universidad Católica de Valencia (UCV), Ginés Marco, desde el que la UCV apuesta por la ética como guía en los usos del marketing político.
¿Considera que en España se está dando estos días una “negligencia informativa”?
Creo que hay una toxicidad informativa promovida desde las más variadas instancias -de la que se nutren los gabinetes de comunicación de los principales partidos políticos- y que está obstaculizando severamente el ejercicio de un derecho fundamental que viene reconocido en el artículo 20 de nuestra Carta Magna, que se concreta -entre otras manifestaciones- en “el derecho a recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión" (art. 20.1.d CE).
Antes, al contrario, nos encontramos con una doble vulneración -en todo caso, flagrante- de este derecho básico de la ciudadanía: por una parte, porque se alimentan noticias falsas y ello se practica sin ambages de ningún tipo; por otra parte, se acreditan -de un modo creciente- pruebas concluyentes que avalan la censura previa a la que está siendo sometida la emisión de ciertas informaciones, vulnerando el precepto constitucional aludido (art. 20.2 CE).
Por todo ello, el Máster Universitario en Marketing Político y Comunicación Institucional ha venido haciendo hincapié en los siete años que lleva de singladura en la centralidad de la ética, que no es un adjetivo en la comunicación política e institucional, sino que en todo caso es un sustantivo. Precisamente, este aspecto del programa de contenidos, que constituye un elemento diferenciador de nuestro Postgrado Oficial respecto a otros Másteres de similar temática, nos ha proporcionado el reconocimiento de dos premios internacionales en un momento en la ética -tanto en la política como en la comunicación- resulta más necesaria que nunca.
La Covid-19 constituye un caso de comunicación de crisis por excelencia: rompe la estabilidad, transforma radicalmente las rutinas de las personas y de las organizaciones, exige soluciones urgentes, descubre deficiencias existentes... La comunicación política ante una pandemia de tal magnitud requiere una profesionalización. ¿En qué medida puede ayudar este título para lograr este objetivo?
En nuestro Máster trabajamos de un modo monográfico y con perspectiva integral el fenómeno de la comunicación desde múltiples perspectivas: tecnológica (uso de redes sociales y otras herramientas digitales), estratégica, reputacional, en términos de imagen y protocolo, desde un punto de vista económico, sociológico, ético y político, etc.
Como no podía ser menos, abordamos también el fenómeno de la comunicación en tiempo de crisis. Profesionales de reconocido prestigio presentan casos de estudio y brindan experiencias prácticas de su carrera profesional a los estudiantes del Máster. El común denominador de estas sesiones es animar a nuestros estudiantes a que cuando asuman responsabilidades directivas en el ámbito de la comunicación en las más diversas organizaciones se alejen de esa mentalidad tan pasiva como reactiva -que tanto ha abundado en la grave crisis en la que estamos inmersos.
En efecto, si nos paramos por un momento a pensar, hace tan solo dos meses se estaba negando -de forma categórica y sin rubor alguno- que hubiera ni siquiera un atisbo de crisis en un horizonte próximo y, lo que es más importante, que en el caso de tal crisis sobreviniera, podríamos estar tranquilos -en todo caso-, porque a España no llegarían sus efectos.
No hace falta suponer que en la próxima edición del Máster se tratará la actual crisis internacional como un vasto supuesto de estudio, del que cabrá extraer valiosos ejemplos de liderazgo político e institucional en todo el mundo y -al mismo tiempo- desterrar auténticos contraejemplos, cuya concreción se visualiza en las indisimuladas inhibiciones de algunos responsables políticos y en algunas decisiones arriesgadas y contraindicadas tomadas incluso con orgullo por parte de otros...
El pasado 15 de marzo, la BBC entrevistó a la ministra de Asuntos Exteriores de Corea del Sur (a finales de enero, segundo foco mundial de coronavirus) e informó cómo habían conseguido reducir drásticamente los contagios en pocos días y sin tener que cerrar grandes ciudades. La Covid-19 ha puesto en jaque muchas cosas y, entre ellas, para algunos, la capacidad de liderazgo de nuestras autoridades públicas. ¿Cuál es su opinión como experto?
En momentos de crisis solemos ver lo mejor y lo peor; es este un tópico muy reiterado, que no deja de ser cierto. En efecto, las crisis ponen a prueba tanto las competencias técnicas como las competencias éticas por parte de quienes se ven inmersos en procesos de toma de decisiones. En todas las ediciones de nuestro Máster hemos venido haciendo hincapié en ambos niveles de competencias, porque consideramos que son esenciales en el día a día de la acción política. Trataré de explicarlo con otras palabras: si solo formáramos en competencias técnicas y prescindiéramos de competencias éticas podríamos estar dejando la puerta abierta a comportamientos oportunistas carentes de escrúpulos -como señalaba el filósofo alemán Robert Spaemann-, que tratarían de legitimarse invocando unos supuestos parámetros de eficacia y eficiencia, prescindiendo de todo atisbo ético. Por otra parte, si solo hiciéramos mención de aquellas competencias que pudiéramos llamar "éticas", en detrimento de las de índole técnica, estaríamos privando a nuestros estudiantes de la posibilidad de ser influyentes y creíbles ante la sociedad. En definitiva, estoy queriendo decir que en la intersección entre competencias técnicas y competencias éticas está la clave, y en nuestro Máster se abunda en ello.
Como en crisis anteriores, aunque no haya habido ninguna similar, la del coronavirus dejará lecciones de futuro a la clase política. ¿Puede ser una oportunidad?
Indudablemente, las lecciones políticas de futuro que esta crisis nos proporcionará serán diversas y valiosas. Apunto algunas de ellas: asumir las responsabilidades políticas por adelantado, huyendo de la tentación de transferirlas a otros entes; dar la cara de forma individual para atender a los medios de comunicación evitando comparecer de manera conjunta con otros profesionales o colegas políticos porque la interdisciplinariedad en la comunicación institucional se convierte en un factor de riesgo y equivocidad cuando falta la necesaria unidad de propósito; y, por encima de todo, pedir perdón sin rubor y sin histrionismos cuando se hayan cometido errores.