Gonzalo Tejerina, decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de Salamanca, ha participado con una conferencia en el Congreso santo Tomás de Villanueva, postulado como doctor de la Iglesia, en la que ha planteado que “el decreto de la justificación de Trento se considera profundamente agustiniano; de hecho, se ha llegado a decir que es la mejor interpretación de la teología agustiniana de la gracia y de la justificación. Quizás, la coincidencia de santo Tomás y del Concilio venga por la común dependencia de san Agustín”.

Por ello, Tejerina, que es colaborador de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha argumentado en su intervención que, “si bien la influencia del agustino en Trento no está documentada, se puede reconocer objetivamente una concordancia grande entre la teología de la justificación del fraile que nos permite pensar que ha influido indirectamente en la doctrina del Concilio”.

Así, el religioso agustino, que es catedrático en Teología Fundamental se ha detenido en los puntos donde se evidencia esta convergencia doctrinal, como son “la absoluta necesidad de la gracia, la libertad del hombre para aceptarla –frente a los protestantes que la niegan o la oscurecen, de tal modo que el hombre no se salvará sin su cooperación-, el efecto transformador que la gracia tiene en el individuo y la necesidad de las obras”, entre otros.

En definitiva, Tejerina ha expuesto los rasgos principales de la teología de la justificación en la doctrina católica para mostrar que en santo Tomás “es anterior y autónomo respecto a Trento” y para señalar “una coincidencia enorme en la enseñanza conciliar y en la predicación anterior de santo Tomás”.

JOSEF RZONCA SE REFIERE A TOMÁS DE VILLANUEVA COMO PRECURSOR DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

En la sesión ha intervenido también el sacerdote agustino eslovaco, Jozef Ržonca, que se encuentra elaborando su tesis doctoral sobre Tomás de Villanueva, quien ha presentado algunos acentos de la teología de la caridad del santo desde la perspectiva de la primera encíclica de Benedicto XVI.

Así, el ponente ha constatado que “en la enseñanza de Villanueva predomina una orientación práctica que refleja bien el contexto social de su época y demuestra el modelo de encarnación del principio básico para el cristiano: creer en el amor de Dios”.

De este modo, a la luz de la encíclica del papa emérito y también de una teología renovada, “parece muy actual el acento de santo Tomás de Villanueva sobre la dimensión dialógica de la conciencia humana como también el ejemplo de la creatividad en las concreciones del amor”, ha asegurado Ržonca.

Por lo tanto, el arzobispo valenciano “presenta, en el lenguaje del siglo XVI, uno de los núcleos centrales de la doctrina de la Iglesia católica. Aunque no le podemos llamar el fundador de la Doctrina Social de la Iglesia, sin duda alguna podemos considerarle como un representante de sus precursores”, ha concluido este experto.