Con profunda emoción y gratitud la comunidad universitaria de la Universidad Católica de Valencia despide hoy a uno de sus más insignes maestros, docentes e investigadores, el profesor José Sanmartín Esplugues.

De su rica y dilatada trayectoria universitaria podemos destacar algunos hitos fundamentales. Se había formado entre España y Alemania, entre la Universitat de València-Estudi General, donde realizó sus estudios de Licenciatura y Doctorado en Filosofía, y la Universidad Técnica de Aquisgrán, en la que amplió su formación mediante una beca Humboldt. En 1986 obtuvo por concurso-oposición la cátedra de filosofía de la ciencia de la Universidad de Valencia. Al año siguiente fundó con otros profesores universitarios el instituto INVESCIT, para estudios sobre CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad), el primero creado en España con este cometido. Entre 1986 y 1989 realizó diversas estancias de investigación en el Instituto Max Planck de Fisiología de la Conducta, con I. Eibl-Eibesfeldt y W. Schieffenhövel. Desde 1997 hasta 2009 ocupó el cargo de Director del Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia. En el 2016 renunció a la cátedra que había venido ocupando en la Universitat de València-Estudi General, para inyectar a nuestro proyecto universitario sus conocimientos y su pasión universitaria. En estos últimos años, junto con otro profesor de la Universidad, ha desarrollado -ya jubilado- un amplio programa de investigación sobre personalismo fílmico en las obras de La Cava, Leisen, McCarey y Capra.

Desde el rectorado de la Universidad Católica de Valencia se le encomendaron tareas de promoción de la investigación y proyectos estratégicos relacionados con la enseñanza en línea (on line), estudios de grado-postgrado y coordinación de monografías y revistas en Filosofía. Desarrolló una ingente labor, muchas veces de una manera discreta, desde un segundo plano, promoviendo grupos de personas que fueran capaces de comprometerse con la mejora universitaria con un espíritu de colaboración.

Su visión de la enseñanza on line buscaba una personalización creativa de esta metodología universitaria. Creía en las posibilidades de lo que él calificaba de “presencialidad virtual”, poniendo los recursos tecnológicos a disposición de una mejor atención del docente al estudiante que seguía los mismos desde su propio hogar y en horarios diversos. Superaba así la visión de una enseñanza a distancia para proponer una nueva cercanía creativa. Los tiempos de confinamiento con ocasión de la pandemia que estamos sufriendo han permitido corroborar la sabiduría y la eficiencia de su planteamiento.

En la Facultad en Filosofía consolidó lo que él llamaba sus “complementarios laboratorios de investigación”, en estrecha colaboración con el Vicerrectorado de Investigación y el Servicio de Publicaciones. Así promovió colecciones de monografías, en formato minor y maior, consolidó la periodicidad semestral y la indexación de la revista Scio, y de nuevo fue pionero en la creación de una Web de trasferencia de conocimiento, con actualización continua y un boletín de quincenal de comunicación de novedades. Las visitas a la misma ofrecen cifras cercanas a una media de treinta mil mensuales, llegando en algunas puntas a las cien mil, superando con creces los dos millones en el acumulado.

Su visión de dar un enfoque ético a la tecnología frente a los excesos de quienes se presentan como nuevos redentores, sus estudios sobre la violencia y sobre la necesidad de prevenirla cuando afecta a la convivencia más cercana y a la mayor exposición de las mujeres, sus críticas a una razón cruel que exige víctimas entre los más pobres para que la economía siga funcionando en beneficio de unos pocos, su justificación antropológica del carácter relacional de la persona y de su expresión en el matrimonio y la familia vividos con igualdad, libertad y responsabilidad son faros de incomparable lucidez intelectual y de enorme trascendencia práctica que seguirán los cometidos de la filosofía en los próximos años.