¿Involución política en Nicaragua? (Jesús de Salvador, Valencia Plaza)
Noticia publicada el
lunes, 8 de agosto de 2016
Nicaragua es una nación más de esas que al independizarse (algo históricamente inevitable en su momento), cambiaron un poder estable, difuso, lejano y monárquico, por la inestabilidad con un poder republicano cercano aunque con tendencias autoritarias y oligárquicas, que tras un periodo de transición hacia la democracia parece que ésta se puede ver amenazada.
En plena guerra fría ésta Republica Centroamericana fue uno de los campos de batalla donde se enfrentaron los dos bloques Oeste – Este. Las hostilidades se incrementaron a partir de la crisis socio-económica originada por el gran terremoto de 1972 que devastó Managua y sobro todo como se gestionó la reconstrucción posterior (con gran número de casos de corrupción), llevando a la desafección política de la pequeña élite económico-intelectual (beneficiaria del régimen) respecto al sistema somocista y a la desesperación de las clases más desfavorecidas que nutrieron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Con el abandono de la Administración USA de Jimmy Carter a Anastasio Somoza la debacle estaba servida y el FSLN con fuerte apoyo Cubano – Soviético tomó Managua el 19 de julio de 1979.
Con la llegada de los Sandinistas al poder se produce un claro alineamiento de Nicaragua al bloque comunista y sus políticas totalitarias y colectivistas, por lo que surgirá una gran oposición dentro del país, como la del Comandante Edén Pastora el “Comandante Cero” mítico líder de la revolución Sandinista que llevará al país a continuar en una situación de conflicto. Y aunque en los 80s surgen diferentes iniciativas para lograr la paz en América Central, como el grupo de Contadora (1983) o el Acuerdo de Esquipulas II (1987), esta no se logra hasta que no acabó el apoyo de la URSS al gobierno de Daniel Ortega, por el fin de la guerra fría.
En las elecciones de febrero de 1990 toda la oposición al régimen se une en torno a la Unión Nacional Opositora encabezada por Violeta Chamorro en las que claramente vence (un 54.7% frente a un 41%) logrando desalojar del poder a los Sandinistas; por otra parte recordemos que era otra desengañada de la revolución, como Edén Pastora, pues de 1979-1980 había compartido entre otros con Daniel Ortega un puesto en la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. En 2006 el FSLN gana las elecciones presidenciales y Ortega vuelve al poder en enero del 2007.
Desde ese momento la presidencia de Ortega y el FSLN han pasado por diferentes crisis, como la intermitente denuncia, que proviene de una etapa anterior y que incluso fue admitida a trámite en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA informe Nº 118/01 del caso 12.230 de 15/10/2001, por presuntos delitos sexuales contra su hijastra Zoilamérica Narváez posteriormente retirada por ella, y que posteriormente y de forma pública las volvió a reiterar (ver El País del 3 de julio de 2013); ha tenido también denuncias por fraude electoral, por ejemplo en el 2008 en las elecciones municipales los observadores electorales acreditaron un fraude en beneficio del FSLN en por lo menos 40 de las 153 localidades, entre ellas la capital, también en las elecciones de 2011 donde la Unión Europea destacó la “opacidad y falta de transparencia”, que ayudo al Frente a alzarse con la victoria y a dominar dos terceras partes del Parlamento
Otro de los posibles problemas, o desencantos, a los que tendrá que enfrentarse Daniel Ortega es el proyecto del polémico Canal Interoceánico cuya construcción la acordó en 2013 con una compañía china HKND Group cuyo presidente Wang Jing, según la BBC en octubre de 2015, había reducido su fortuna en un 84% generando dudas sobre la posible realización del mismo, cuya realización había generado esperanzadoras previsiones de crecimiento económico tan necesarias para la maltrecha economía nicaragüense.
En este 2016 el principal desafío del país que vio nacer al príncipe de las letras hispanas, Rubén Darío, es político, pues hay elecciones el 6 de noviembre y el clima preelectoral se está enrareciendo por las dificultades de concurrir a las votaciones por parte de la oposición, pues a partir de un fallo de la Corte Suprema de Justicia el 8 de junio en el que retira a Eduardo Montealegre (único candidato opositor importante en liza que existía) la representación del Partido Liberal Independiente (otorgándosela al pro-oficialista Pedro Reyes), el Consejo Supremo Electoral este mismo 29 de julio destituyó a 28 diputados (entre electos y suplentes) del PLI. De tal forma se está tornando complicada la situación que en un comunicado de mitad de junio de la Conferencia Episcopal Nicaragüense al que se sumó el Consejo Superior de la Empresa Privada se expuso lo nocivo que era para Nicaragua ¨la implantación de un régimen de partido único, en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos¨, manifestando por otra parte el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) también su oposición a las medidas tomadas contra Montealegre.
Las tendencias autoritarias ya se habían expuesto días antes en el VI congreso nacional del FSLN el 4 junio, cuando el ya candidato a perpetuarse a la presidencia (Daniel Ortega) declaró su intención de no dejar participar a observadores electorales en el proceso de votación, haciendo a los diplomáticos y organismos internacionales blanco de sus ataques al llamarles “sinvergüenzas”, en una vuelta al casposo discurso antiimperialista, y usando un lenguaje grandilocuente en el que se habla ¨del Buen Gobierno, Cristiano, Socialista y Solidario, que ha dirigido el Comandante Daniel con el Pueblo-Presidente y que, de la Mano de Dios y del Pueblo continuarán conduciendo¨ SIC.
El último atajo, muy al uso de las dictaduras comunistas como la Cuba de los hermanos Castro o la Corea del Norte de la dinastía Kim (Il-sung/Jong-il/Jong-un), hacia la autocracia y la instauración de un régimen hereditario que ha dado el candidato-presidente ha sido nombrar a su mujer Rosario Murillo como su candidata-vicepresidenta, este rasgo de nepotismo se ve acrecentado por la suspicacia que produjo y sigue produciendo su posicionamiento en la denuncia de su hija Zoilamérica por violación contra su marido Ortega, y en la que Rosario apoyó a su marido-presidente en contra de su propia hija.
Y para finalizar comentarles la impresión que causa -ironías de la vida- que al final de su larga vida política el Sandinista Daniel Ortega esté imitando a Anastasio Somoza al transformar Nicaragua en su Hacienda Familiar, ya lo dijo uno de sus ideólogos, Marx (pero ojo Carlos no Groucho) ¨la historia primero se repite como tragedia y después como farsa¨, y además ya se sabe que muchos de los grandes libertadores de la historia acaban como auténticos liberticidas.