La Escuela de Doctorado de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado el Seminario Ética en la Investigación: implicaciones en los estudios de doctorado, impartido por José R. Blesa, director de la Escuela, y Eduardo Ortiz, profesor de la UCV.

En el encuentro, celebrado en el salón de actos del Campus de Valencia-San Juan y San Vicente, el profesor Ortiz ha reivindicado “el auxilio de una adecuada ética del pensamiento o epistemología de las virtudes a la hora de afrontar la actividad investigadora”.

Así, ha reconocido que la elaboración de una tesis doctoral requiere tiempo, lo que pide, a su vez, paciencia y longanimidad. “El tiempo que uno necesita para hacer este trabajo debe ser apoyado por una serie de virtudes, inclinaciones estables a desear bien, a pensar bien, a actuar bien. Entre ellas, la paciencia y la longanimidad necesarias para poder afrontar con éxito las emociones y actitudes que suele despertar el hecho de que el bien esperado (la tesis doctoral) no se consigue de modo inmediato, sino invirtiendo tiempo”.

Estos estudios demandan también un director, un maestro, por el que hay que dejarse conducir. Ello “choca contra un malestar imperante desde la modernidad: el individualismo. Para aceptar un adulto la guía y la ayuda de un maestro hace falta docilidad, que es una parte de la virtud de la prudencia. La prudencia no es cautela (nadar y guardar la ropa) sino sabiduría práctica, escoger los mejores medios para un fin bueno.  Una persona prudente no es alguien que se refugia en la mediocridad, sino quien acierta cuando actúa”, ha expresado el profesor de la UCV.

Ortiz, que ha centrado su intervención en el ámbito de las humanidades, ha recorrido durante su ponencia algunas ideologías y patologías de la razón “que se presentan con rostros diferentes según la época”, como el escepticismo, el eclecticismo, el pragmatismo, el nihilismo, el constructivismo social, entre otras.

Frente a ellas, “el mensaje característico de las humanidades –que ha de entregarse recreando el contexto histórico e interpersonal original, arrancar de la experiencia e iluminarla a la vez-, va más allá de la descripción del ser humano y del cultivo de la razonabilidad, de la tolerancia, del espíritu crítico”, ha asegurado. “El estudiante, el investigador que se adentra en el ámbito de las humanidades, descubre progresivamente que también tiene algo que aportar. Es decir, asiste al despuntar de la perspectiva de la primera persona”. “En realidad, los bienes con los que nos ponen en contacto las humanidades nos ayudan a todos, humanistas y no humanistas, a afrontar nuestra condición de creaturas”, ha añadido.

JOSÉ RAFAEL BLESA: “EL CAMINO DE LAS ALTERNATIVAS ÉTICAS ES FRUCTÍFERO”

Por su parte, el director de la Escuela de Doctorado, José Rafael Blesa, ha centrado su ponencia en el ámbito de las Ciencias Experimentales, en las cuales, ha asegurado, “el camino de las alternativas éticas es fructífero”.

“La ética no es prohibición, sino que regula, controla y nos hace tener otros planteamientos. La ciencia es una empresa que opera de la mejor forma cuando los científicos trabajan con criterios éticos”, ha subrayado este experto.

Blesa ha repasado durante su intervención fraudes exponentes acaecidos en la investigación científica, las normativas remotas y recientes (como el Código de Nuremberg o la Declaración de Helsinki) e investigaciones carentes de ética habidas en la historia para mostrar que “la ética es esencial en la investigación y que la ciencia está intrínsecamente ligada a la ética”.

Igualmente, ha repasado malas prácticas en la investigación (referidas a las fuentes y citas, recolección de datos, la correlación sin causalidad, los plagios…) así como ha comentado el Código de Buenas Prácticas de la Escuela de Doctorado de la UCV, disponible en la página web de esta universidad.