Entre las muchas ayudas que la Universidad Católica de Valencia (UCV) ofrece a sus alumnos para costearse la carrera universitaria se encuentran las becas de colaboración, en las que los estudiantes realizan tareas de soporte a los profesionales de los distintos servicios de la universidad. La alumna Sofía López Gracia, de tercer curso del Grado en Ciencias del Mar, ha obtenido una de estas becas; en su caso, en los laboratorios del área de Ciencias Experimentales.

Como futura y casi presente mujer científica, Sofía está deseando dedicarse profesionalmente al mar, su “mayor pasión” desde que era niña. Buceando, su pasatiempo favorito, nació el amor que siente por los océanos: “Una de mis grandes ilusiones es bucear en las islas Maldivas, en el Índico norte, para disfrutar en primera persona de la belleza de su mundo submarino; también ir a Australia. Pero lo cierto es que todos los ecosistemas tienen su encanto. Siempre he estado en contacto con el agua. Desde muy pequeña hacía natación e iba mucho a la playa. Sabía que quería dedicarme a algo que guardase relación con el medio marino”.

Cuando llegó el momento de decidirse por una titulación universitaria, Sofía dudaba entre el Grado en Biología –para luego especializarse en biología marina- y el de Ciencias del Mar. Al final apostó por este último porque “englobaba” todo lo relacionado con su pasión oceánica. Afirma estar “muy satisfecha” con su decisión final, aunque “hay algunas asignaturas que gustan más que otras, como en todas las carreras”.

Además, Sofía subraya el “acierto” al elegir la Universidad Católica de Valencia: “Estoy muy contenta con mi elección, la UCV me ha tratado muy bien. Hablas con amigos de otras universidades y te das cuenta de la familiaridad que existe aquí; el ambiente es muy bueno. No cambiaría por nada el trato entre estudiantes y la cercanía de profesores y alumnos que existe en nuestra facultad”.

Investigación

Respecto de su labor en los laboratorios de Ciencias Experimentales, Sofía explica que la beca de colaboración es, en primer lugar, una “gran ayuda” para su familia; en segundo, “el horario es muy bueno, se puede estudiar y tener vida social de sobra". Además, añade que "realmente" disfruta haciendo ese trabajo, con unas jefas "geniales”.

Pese a decantarse más por el trabajo de campo, la estudiante matiza que, gracias a su beca, ha podido conocer “más de cerca” la labor de investigación y ahora está “abierta” a un futuro profesional entre microscopios y tubos de ensayo. No obstante, tiene clara su prioridad: “En ciencias del mar somos más de trabajo de campo, en los barcos. Nos gusta la investigación sobre el terreno, sobre el agua, en este caso”.

En ese sentido, la joven hace hincapié en que los científicos del mar aprecian la “flora marina”, pero lo que más les atrae es la “fauna”, sobre todo los “bichos grandes” -los “cetáceos”, aclara con una sonrisa-. Aunque efectivamente uno de sus sueños es “nadar junto a una ballena”, se muestra más interesada por la fauna de talla XS: "Me encantan los nudibranquios, unas babosas de mar. Son muy pequeños y, cuando llevas a bucear a amigos que no saben de esto, les dejan pasmados. Pero lo que más me gusta son las gambas”.

Lo de Sofía con las gambas es auténtica devoción, y, al traerlas a colación, sus ojos se iluminan durante la entrevista. Sin duda, delante de un buen plato de estos crustáceos la gran mayoría de personas comprendería su querencia, pero ella va más allá de su delicioso sabor: “Me gusta todo lo relacionado con ellas, y, por supuesto, si pudiese elegir un futuro profesional, me dedicaría a la acuicultura de gambas”.