La ejemplaridad abarca “toda la realidad de la persona y a todas las personas”
Noticia publicada el
jueves, 9 de junio de 2016
La Cátedra PAVASAL para el Liderazgo y Gestión de las Organizaciones de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) ha celebrado en la sede de San Juan y San Vicente la jornada ‘Diálogos para la Regeneración’, centrada en los conceptos de ‘ejemplaridad’ y ‘transparencia’. El análisis de estos ha corrido a cargo del filósofo Javier Gomá, presidente de la Fundación Juan March, y de Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación.
En el acto también han participado el rector Ignacio Sánchez Cámara y el decano de la Facultad de Filosofía y director de la Cátedra, Ginés Marco, así como numerosas representantes de la administración pública, profesores y estudiantes universitarios.
Gomá, autor de la reputada Tetralogía de la Ejemplaridad, ha centrado su intervención en el análisis del concepto al que dedicó esos cuatro libros, con la intención del matiz permanente ante los tópicos actuales y las ideas erróneas acerca de aquél: “No debe predicarse solo la ejemplaridad de los cargos públicos porque todos somos personas públicas. La ejemplaridad abarca a toda la realidad de la persona y a todas las personas”.
“Desde el punto de vista de la ejemplaridad, además, no existe la vida privada; nuestro ejemplo de vida tiene un impacto en el círculo de influencia al que pertenecemos. En ese sentido, el acto de una persona puede estar dentro de la legalidad y pertenecer al ámbito de lo privado pero puede repugnarnos moralmente”, ha aseverado.
La transparencia “puede y debe” tener límites, según el filósofo vasco. Al regularse de forma jurídica ha de aceptar “el coto privado de la vida privada”. Sin embargo, la ejemplaridad no tiene límites “en cuanto a la ‘autoexigencia’ respecto de ella en uno mismo”.
LA EJEMPLARIDAD COMO ARMA ARROJADIZA
Gomá ha insistido en la “necesaria” separación entre el concepto de transparencia y el de virtud. Así, la ley puede obligar al cargo público y a la Administración en su conjunto a ser “transparentes” pero nunca debería forzar a nadie a ser “virtuoso”.
“Siento una cierta perplejidad ante el intento de los códigos deontológicos de apresar en conceptos y mediante casuismo algo que trasciende a ambos; ante el intento de obligarnos por ley a un determinado comportamiento que solo puede nacer de una decisión íntima sobre qué tipo de persona quieres ser; si deseas o no ser honesto y digno de confianza. Se trata de una decisión existencial y no cabe la extensión de la ley al campo de la intimidad”, ha lamentado.
La distinción clave que pone en su lugar a las ideas de ejemplaridad y transparencia la ha formulado el presidente de la Fundación Juan March en forma de pregunta: “¿No harían más intocable las leyes de transparencia y los códigos deontológicos al corrupto o delincuente que sabe rodearlos o cumplirlos manteniendo su intención y acto corrupto o delictivo? Es una tarea muy importante reflexionar sobre la transparencia y sus límites”.
En opinión de Gomá, la ejemplaridad se está utilizando en política como “arma arrojadiza”, pervirtiendo el concepto, pues esta no es “un escrutinio desagradable sobre la aplicación microscópica” acerca del cualquier comportamiento. Si hay algo que tiene que ver con la ejemplaridad, en palabras del autor bilbaíno, es “la trayectoria de toda una vida”.
“Toda la vida del hombre es la lenta gestación del ejemplo póstumo, por lo que es compatible con mil búsquedas, caídas y desviaciones. Si no es así la ejemplaridad sería un escrutinio instantáneo y una condena de por vida por una pequeña equivocación”, ha subrayado.
MANUEL ALCARAZ: “ES DIFÍCIL IMAGINAR UNA EJEMPLARIDAD QUE AL MISMO TIEMPO NO FAVOREZCA LA TRANSPARENCIA DE LA ACCIÓN PÚBLICA
Por su parte, Alcaraz ha asegurado que es “difícil imaginar una ejemplaridad que al mismo tiempo no favorezca la transparencia de la acción pública”.
Al respecto, el conseller de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación ha apelado "a la búsqueda de consenso social" para definir la ejemplaridad y la transparencia de la acción política.
Al mismo tiempo que ha alertado sobre la posibilidad de caer en el “neopuritanismo”. “No podemos construir una política ejemplar de la transparencia si está basada en la idea de la ‘envidia de la virtud’ –como el verso de Machado-“, en el que uno presume de “ser el más puro”. Por este motivo, ha aducido que hace falta “llegar a algún tipo de consenso social”. “Me parece nefasto el ‘y tú más’, como si la falta de ética se pudiera medir al peso y no de forma cualitativa”, ha añadido.
El conseller, que ha recordado que la Comunitat Valenciana fue la primera en crear una conselleria dedicada a la transparencia, ha lamentado también el “problema” de considerarla como una “finalidad en sí misma, además de un medio”.
En opinión de Alcaraz, al contrario de la libertad y la igualdad, por ejemplo, que serían fines y medios al mismo tiempo, “no contemplo la transparencia como un fin”. “En última instancia la exacerbación y el éxtasis de la transparencia es la invisibilidad. Y la invisibilidad es la forma más depurada de la opacidad”, ha expresado.
Alcaraz también ha subrayado durante su intervención que la transparencia es un “medio para la rehabilitación democrática”, en un momento en el que la democracia atraviesa un “periodo crítico”.
En este sentido, ha señalado que no le preocupa tanto la crisis de credibilidad de la política y los políticos como “dónde se pone el límite” en dicha crítica, puesto que “un paso más allá” la crítica alcanza a la democracia y su credibilidad.
Asimismo, Alcaraz ha reconocido que “hacen falta cualitativos en los imaginarios y en las formas de hacer política democrática”, dado que la transparencia son “la leyes, los aburridos decretos y reglamentos, los medios técnicos, la informática y las políticas públicas”. “Cuesta más imaginar en qué consiste hacer política pública de transparencia”, ha aludido como el “gran trabajo” de su conselleria.
D.Amat / A. Martínez / comunicacion@ucv.es