El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha presentado el libro de Ferran España ¡Amado hasta el extremo!, donde el diseñador gráfico de la Universidad Católica de Valencia (UCV) recoge los acontecimientos que vivió durante su convalecencia por cáncer y posteriormente por covid a la luz de la fe. En su intervención, el gran canciller ha reflexionado sobre la enfermedad como “algo que forma parte de la vida, pero, a su vez, nos parece extraordinario”; como “una situación límite que nos lleva a las preguntas más fundamentales del ser humano”.

Una de ellas es “por qué a mí”, a la que, “como sacerdote y como obispo, nunca me he atrevido a responder. Simplemente, hay que estar abiertos a la voluntad de Dios, porque la respuesta a una pregunta como esta no la tendremos mientras caminemos en esta vida”, sino “cuando estemos todos con Dios en el Cielo”. Otra pregunta que se plantea ante una experiencia así es “si Dios me ama de verdad”, a la que Benavent ha respondido con la Carta a los Romanos: “Ni vida, ni muerte, ni llanto, ni dolor podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo. El amor de Dios permanece inmutable”.

“La enfermedad se hace más inhumana cuando se vive en soledad”

En su alocución, Benavent ha recordado que “no es lo mismo saber cosas acerca de Dios que conocer a Dios, y a Dios se le va conociendo no solo cuando estudiamos Teología, sino cuando, a lo largo de la vida, pasamos por pruebas”.

También ha remitido al mensaje del papa Francisco en la Jornada Mundial del Enfermo “La enfermedad se hace más inhumana cuando se vive en soledad”. “Cuando una persona se siente abandonada por los suyos, entonces también puede llegar a pensar que Dios la ha abandonado”. Por eso, ha puesto de manifiesto la importancia de la fe compartida en la familia y en la Iglesia, pues “cuando uno sabe que otros le acompañan desde la fe, percibe el amor de Dios”. No obstante, el arzobispo ha subrayado que “la enfermedad, como la muerte, es un acto que cada uno de nosotros, cuando Dios quiera, tenemos que afrontar personalmente”.

 “La liturgia cristiana tiene que hacerse vida”

El gran canciller se ha detenido en un capítulo que le ha impactado especialmente, en el que el autor narra la experiencia de la Semana Santa que vivió en el hospital. “Ciertamente, no se puede participar en la liturgia de la Iglesia cuando uno está en el hospital, pero posiblemente cuando un Viernes Santo se pasa en un hospital es cuando la liturgia se vuelve vida. Siempre decimos que una vivencia cristiana de la fe no puede únicamente reducirse a una vivencia de la liturgia ¿no? La liturgia cristiana tiene que hacerse vida”. Relacionado con ello está el hecho de que “vivir el sufrimiento desde la fe significa que este sufrimiento puede hacer bien también a los demás, si yo lo convierto en oración en presencia del Señor”.

Finalmente, Benavent ha apelado a que este testimonio “nos lleve a tener una mirada hacia la Vida Eterna, porque esta vida terminará; no sabemos ni cómo ni cuándo, pero todos tenemos los días contados, no sabemos cuántos. Los sufrimientos nos recuerdan que esta vida no es plena. Es lo que dice el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe Salvi… ¡Es que esta vida no es vida!”.

Vicente Ferrer, capellán mayor de la Universidad y delegado episcopal de Pastoral Universitaria, ha presentado al autor. Por su parte, Ferran España ha tomado la palabra para compartir las razones que le llevaron a escribir el libro y para agradecer a quienes le han acompañado en este tiempo, como ya adelantó en la siguiente entrevista.