La Escuela de Voluntariado y Acción Social de la Universidad Católica de Valencia (UCV), en colaboración con Provida Valencia, ha celebrado la Semana por la Vida con una campaña de ayuda a madres en riesgo de exclusión social que acaban de dar a luz o que están a punto de hacerlo.

En la campaña han participado voluntarios de la UCV, antiguos alumnos (Alumni UCV), y se han implicado especialmente profesores y estudiantes del Grado en Enfermería.

María Ángeles Benito, coordinadora de la Escuela de Voluntariado de la UCV, ha señalado que esta actividad “da respuesta a la situación que estamos viviendo, con aprobaciones de leyes en contra de la vida. Nos parecía que era importante hacer un acto concreto a favor de la dignidad de la persona, desde su inicio hasta el final, y lo hemos hecho de la mano de Provida porque es la institución que vela por esa dignidad”.

María José Torres, presidenta de Provida Valencia, ha agradecido a la UCV la colaboración en este programa y en especial ha tenido palabras para los profesores y estudiantes de Enfermería que “se han volcado” con el mismo.

Asimismo, Torres ha destacado lo “ilusionadísimas” que se van las madres al recoger sus canastillas.  “Lo que para nosotros es mínimo, para ellas es una maravilla”, ha añadido.

Sandra Sancho, profesora del Grado de Enfermería de la UCV, ha detallado que “se empezó a recaudar dinero por clases y cada una se encargó de elaborar una canastilla en la que se incluían biberones, chupetes, pañales, ropa de bebé, incluso cunas”.

Para esta profesora “son muy importantes estas iniciativas porque hay gente que no tiene recursos y nosotros, con un poquito que hagamos, vamos a obtener unos resultados enormes.

“Si fomentamos desde las aulas, sobre todos desde primero, estas campañas, los alumnos ya tienen intrínsecamente instaurado que es lo correcto hacer eso”, ha subrayado Sancho.

SOLEDAD CEBALLOS: “DAMOS GRACIAS A DIOS PORQUE NUNCA NOS ABANDONA”

Soledad Ceballos tiene 33 años, es madre de cinco hijos y abuela de un niño, en la actualidad está embarazada de su sexto hijo.

Soledad ha afirmado que “aunque la vida no ha sido fácil, damos gracias a Dios porque nunca nos abandona, siempre ha estado con nosotros, y hoy estamos aquí porque gracias a estos chicos y a esta canastilla que me han dado me hace mucho y es de gran ayuda, y les doy muchísimas gracias”.

Para Soledad esta época de pandemia está siendo especialmente dura. “En el COVID me nació una chiquilla, nació de 33 semanas y tuvo que ser ingresada en la UCI de neonatos. No podía verla, me tuve que marchar a casa, no podía ir todos los días, no le pude dar pecho, y gracias a Provida, que son los que me han estado ayudando, he podido salir adelante”, ha relatado.

Pese a las dificultades, Soledad es optimista. “El futuro lo dejamos en manos de Dios”, ha manifestado.

CLARISA MASIEL BATISTA: “ES UNA GRAN AYUDA YA QUE LOS GASTOS DE UN BEBÉ SON MUY GRANDES PARA UNA MADRE SOLTERA Y SIN TRABAJO”

Clarisa Massiel Batista Medina, tiene 28 años.  Nació en República Dominicana y llegó a España con tan solo tres años de edad. Tiene dos hijos y está embarazada del tercero. Ha trabajado de dependienta, pero desde el inicio de la pandemia está en paro.

Clarisa ha señalado que “conocí Provida el año pasado cuando iba a nacer mi segunda hija porque una amiga me dijo que había una asociación que ayudaba a las madres con los pañales y con la leche para los niños”.

“Es una ayuda increíble para mí ya que yo soy madre soltera, los tres niños están a cargo mío, y me ayuda con el gasto de pañales y leche que es el gasto más grande cuando tienes un bebé”, ha reconocido.

Clarisa ha agradecido a los voluntarios y ha indicado que “es algo que impulsaría a todos los jóvenes que lo hicieran. Yo, en mi tiempo, si hubiera podido, también lo habría hecho como voluntaria”.

“Quiero pensar que las cosas van a mejorar y que todo va a ir a bien para todos, tanto para los niños, como para los adultos y las personas mayores”, ha expresado Clarisa.