José Ignacio Amat, miembro del Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEMECV), ha asegurado enla Universidad Católica de Valencia, en relación a la polémica sobre el pago de los auxilios en montaña, que “no se deben cobrar, pues las personas arriesgan y apuran más, lo que dificulta los propios rescates”.

Así, en el I Congreso Internacional de Senderismo y Deportes de Montaña, ha reconocido que “hacer pagar este tipo de rescates supone que la persona que sufre un accidente, sabiendo que tiene un coste, tarda en pedir ayuda; y sólo cuando se ve perdida y sin opciones hace la llamada, que suele ser tarde. Acudir se complica, lo que conlleva consecuencias graves”.

Además, con el debate sobre el cobro de esta tarea “se dejan de lado otras muchas cuestiones como la eficiencia, eficacia, rapidez y profesionalidad de este tipo de servicios”, que en el Estado español están centralizados en los equipos de bomberos y en los equipos de la Guardia Civil, “un servicio público gratuito mucho mejor que en el resto de Europa, y eso que en algunos países sí se está cobrando”, ha asegurado Amat. 

La mesa de expertos ha contado también con Alberto Ayora, responsable del Comité de Seguridad de la FEMECV, quien ha apelado a un trabajo conjunto entre administraciones, investigadores y expertos en montaña para la prevención de accidentes.

“Cada vez más personas practican actividades en el medio natural y, de hecho, se debe incentivar desde edades tempranas: acceder a la montaña ayuda a crecer como personas y como sociedad, pero hay que hacerlo de manera progresiva y tutorizada”, ha expresado.

“Ir al medio natural sin una enseñanza previa y sin conocimiento del medio genera cada vez más accidentalidad, lo que nos preocupa a nosotros como federación y debe preocupar a la administración, porque conlleva recursos que se están gastando y accidentes fácilmente previsibles y evitables”, ha afirmado.

De hecho, en el Congreso se ha presentado un caso de accidente de montaña acaecido en el seno de una actividad guiada por una asociación en el cual falleció una niña de quince años para estudiarlo “desde un punto de vista integral y sistemático, en un marco de investigación con los diferentes colectivos que están involucrados en accidentes de este tipo, también el poder judicial”.

“La idea es visualizar lo que está pasando y asumir qué medidas debemos tomar en nuestros distintos deberes de responsabilidad, porque al hablar de seguridad nos referimos a lo que podemos hacer todos y cada uno”, ha puntualizado.