La presidenta del Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana (COEESCV), Norma Gozálvez, ha apelado a las instituciones que se permita a los educadores sociales “serlo de formación, profesión y vocación” durante su participación en las XIII Jornadas del Grado en Educación Social de la Universidad Católica de Valencia (UCV).

Igualmente, ha señalado, como uno de los principales retos de la profesión, “prevenir el maltrato institucional de la gente con la que trabajamos: a una persona no se le puede pedir que cuente su historia y repase su expediente una y otra vez, sino acompañarle en su proceso de inserción social”.

Así, la administración ha de ayudar a educadores y educandos a “tejer redes, repensar en equipo y desde una perspectiva multidisciplinar, pero, sobre todo, desde la educación: una sociedad no puede avanzar sin soluciones educativas a la problemática social”.

En definitiva, la presidenta de COEESCV ha reivindicado la necesidad de esta profesión, “para lo que urge la formación: cualquier buena persona no puede ser educador social. Precisa de actitudes pero también de aptitudes que deben adquirirse, sobre todo, para trabajar con los jóvenes. Igualmente, hay que conocer el marco en el que nos movemos, nuestro código deontológico, protocolo, reglamentos”.

Durante su intervención, Gozálvez también ha animado a los estudiantes del Grado a “estar atentos, saber escuchar y enfrentarse a los retos en lugar de esconderlos, a no resignarse en que todo siga igual, a conocer la realidad para poder transformarla. Todo está por construir y vosotros podéis ser los agentes”, ha afirmado.

CONSCIENCIA, COMPETENCIA, COMPASIÓN Y COMPROMISO

Las jornadas han contado también con la intervención de María Dolores Valencia, profesora de la UCV, que ha puesto el acento en estas actitudes personales y condiciones profesionales previamente enunciadas. Así, en su opinión, los educadores sociales deben ser “conscientes, competentes, compasivos y comprometidos”.

“Es fundamental la vivencia vocacional de esta profesión. Los jóvenes deben preguntarse qué bienes se sienten llamados a ofrecer a la sociedad, situarse en el contexto de humanidad en el que estamos y forjar su carácter personal ante la profesión”, ha subrayado.

“Ser educador social es más que ser un técnico; supone ser un profesional vocacionado, referido a los otros, con un claro compromiso de transformación de la sociedad según los valores del Evangelio y con la consciencia contaste de lo que significa la dignidad de la persona humana”, ha añadido.

El encuentro se ha celebrado en el campus de Edetania Godella-Sagrado Corazón y ha incluido mesas redondas en las que se han presentado experiencias prácticas en el ámbito de la educación social.