La soledad, gran epidemia de este siglo (Yolanda Ruiz, Paraula)

La soledad, gran epidemia de este siglo (Yolanda Ruiz, Paraula)

Noticia publicada el

Recientemente la Unión Europea ha puesto en marcha un proyecto para abordar la soledad crónica no deseada, fomentando la inclusión, ya que un tercio de los europeos ha manifestado sentirse solo. Sin duda esta es una de las grandes epidemias del s. XXI, como ya afirmó el psiquiatra Enrique Rojas. Somos seres sociales por naturaleza y la compañía tiene un poder sanador: necesitamos de los demás para conocernos y crecer personalmente. Sentirse solo es una experiencia subjetiva estresante y displacentera que tiene consecuencias directas sobre la calidad de vida y la salud mental. La vivencia de la soledad genera miedo, baja autoestima, déficits cognitivos, problemas de comunicación, ideas suicidas, desencanto, sufrimiento, desilusión, pérdida de sentido y trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Podemos afirmar pues que es un problema complejo y multifactorial que afecta a toda la persona, siendo los países ricos los que tienen tasas más altas de soledad y aislamiento social.

Lamentablemente el concepto de progreso es contradictorio en los países desarrollados al reducirse únicamente a criterios utilitaristas y productivos. Comparto con el papa Francisco que la prevalencia de la “cultura del descarte” (LS, 53) excluye a nuestros mayores al prescindir de su aportación valiosa en el futuro de las familias y comunidades. Se sienten abandonados experimentando una soledad impuesta, forzada y exigida. Además, viven el sentimiento de no pertenencia como un estigma y debilidad personal que incide en la aparición de miedos a la enfermedad, muerte, dependencia emocional, falta de autonomía, escasas relaciones sociales, sensación de vacío y aislamiento. Este proceso secuencial y multidimensional responde a circunstancias autobiográficas, dimensiones de personalidad, estilo relacional y, variables tanto culturales como contextuales.

Así, considero que este tipo de iniciativas y proyectos europeos enriquecen la sociedad y también contribuyen a paliar la soledad y mejorar la calidad de vida, facilitando recursos estratégicos para mantener una vida activa. Una sociedad sin el cuidado de nuestros mayores está abocada a ser una sociedad enferma, débil y condenada al fracaso. Ahora bien, se requieren planteamientos que ensanchen la mirada del problema, y en este sentido creo que hay tres desafíos claves. Primero, desarrollar actuaciones de manera integral e interdisciplinar. Segundo, no caer en intervenciones simplistas, es decir, no obviar que la soledad puede tener una cara existencial (pérdida de metas vitales), emocional (insatisfacción con las relaciones próximas) o social (consecuencia de la marginación y exclusión). En tercer lugar, desarrollar acciones que abarquen las diferentes etapas educativas, pues estudios recientes señalan una alta prevalencia de la soledad y menor apoyo social percibido en los adultos emergentes. Este sentimiento puede estar motivado por los numerosos cambios educativos, laborales y emocionales a los que están expuestos.

Esperemos que la emergencia de estos proyectos no responda a una moda y que cada vez proliferen más acciones que asuman este reto social para paliar y humanizar la gran epidemia del s. XXI que es la soledad.

Calendario

«diciembre de 2024»
lu.ma.mi.ju.vi.sá.do.
2526272829301
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
303112345

Opinión