Cerca de sesenta estudiantes de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) que han participado en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Cracovia (Polonia) han regresado a Valencia desde Marsella, donde han pasado la última noche.

“La Universidad Católica de Valencia con el Papa Francisco” es el lema que han abanderado estos peregrinos, quienes, acompañados por padre Vicente Ferrer, capellán del campus de Torrent-La Inmaculada de la UCV, han visitado también Estrasburgo, Praga, Ostrava, Viena y Venecia.

Durante todos los días de la peregrinación, que ha sido sufragada en parte por la propia UCV, los universitarios han participado de la celebración de la eucaristía y las catequesis preparatorias al encuentro, que han profundizado en las Bienaventuranzas, y, una vez en Cracovia, de los actos centrales de la JMJ.

Así, a llegada a la ciudad polaca, fueron acogidos por familias antes del encuentro con el Santo Padre en el campo de la Misericordia, donde acudieron a la vigilia y a la eucaristía.

El padre Vicente Ferrer ha destacado que los estudiantes de la Universidad Católica de Valencia han vivido en esta Jornada Mundial de la Juventud que “hay esperanza cristiana, que no están solos, que muchos otros jóvenes siguen a Jesucristo” así como “se han sentido Iglesia universal”.

Asimismo, durante estos días “han nacido amistades arraigadas en la fe en Jesucristo, y la experiencia de grupo ha llevado también a compartir momentos de dificultad, como la entrada en el campo de la Misericordia, que fue dura. Los jóvenes se ayudaban entre ellos, signo de que somos: cristianos”, ha subrayado el sacerdote.

Finalmente, el capellán de la UCV se ha referido con agradecimiento a “la alegría de los estudiantes en el encuentro que mantuvo el Cardenal Arzobispo Antonio Cañizares con todos los valencianos. Tenían mucha ilusión de ver a su Gran Canciller y esperaron, emocionados y cantando hasta el final de la jornada, y valió la pena, pues el Cardenal los saludó personalmente a todos”.

El Cardenal Cañizares ha escrito recientemente que en Polonia se ha podido comprobar “una juventud diferente”. Así, de los jóvenes congregados con el Papa Francisco ha resaltado que “llegaron allí como peregrinos, dispuestos a llevar sobre sí carencias y dificultades, de arrastrar muchos sacrificios, de ser acogidos por familias magníficamente que no conocían, de compartir unos ideales que no son los que abren un futuro nuevo para la humanidad, ideales de verdad y libertad, de misericordia, don de Dios, que es la que nos hace libres, para amar sin nada a cambio”.

Carola Minguet/comunicacion@ucv.es