Celebraciones
La UCV honra a su patrón, San Vicente Mártir
Noticia publicada el
jueves, 21 de enero de 2021
La Universidad Católica de Valencia (UCV) conmemorará a su titular, San Vicente Mártir, patrono de la archidiócesis y de la propia capital valenciana, con celebraciones litúrgicas y actos culturales.
Así, el jueves día 21, a las 18:00 horas, José Verdeguer García, canónigo de la S.I. Catedral, conservador del Patrimonio Histórico-Artístico y director del Museo Catedral, pronunciará una ponencia sobre la figura del santo en el Salón Gótico del Arzobispado de Valencia.
A continuación, a las 19:00 horas, Antonio Cañizares, Cardenal Arzobispo de Valencia y Gran Canciller de la UCV, presidirá la Misa, que se oficiará según el rito hispano-mozárabe, en la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia.
La misa se celebrará en este rito, anterior al romano, por ser el propio de esta zona durante los primeros siglos del cristianismo, y en ella también participarán el rector de la UCV, José Manuel Pagán, y el Consejo de Gobierno.
Finalmente, la comunidad universitaria participará el viernes, 22 de enero, a las 10:30 horas, fiesta de San Vicente Mártir, en la Misa de Pontifical en la Santa Iglesia Catedral de Valencia.
La UCV, desde su nacimiento, celebra especialmente esta festividad, y "confía al protomártir de la Iglesia en Valencia este proyecto universitario y lo pone en sus manos para que alcance del Señor la bendición, la sabiduría y los medios necesarios para llevarlo a cabo conforme a su designio", según señala el artículo segundo de su Decreto de Erección.
SAN VICENTE MÁRTIR
San Vicente (+304) fue el primer mártir cristiano de la provincia romana de Hispania y es uno de los tres grandes diáconos de la cristiandad junto con Lorenzo y Esteban. Fue martirizado a principios del siglo IV, en la décima persecución contra la Iglesia, decretada por Diocleciano y aplicada en España por Daciano.
Vicente, que descendía de una noble familia aragonesa, estudió desde pequeño bajo la dirección del Obispo de Zaragoza, San Valero, y fue nombrado arcediano, el primero de los siete diáconos que solía haber en las primitivas iglesias. El Obispo, ya anciano, tartamudo y con grandes dificultades en la predicación, encomendó este trabajo a su diácono Vicente y cuando a finales del año 303 entró Daciano en Zaragoza, apresó a ambos, que fueron trasladados a Valencia.
En esa ciudad comenzó el interrogatorio, y como el obispo tuvo dificultades para responder debido a su tartamudez, tomó la palabra Vicente. Valero fue desterrado y comenzaron los tormentos contra su arcediano, que fue martirizado de la forma más cruel que había en la época, conforme a la Lex Romana.
Murió en el calabozo y Daciano mandó tirar su cuerpo a un mulador, para que fuera pasto de la fieras y aves de rapiña, sin embargo, fue respetado por todas. En vista de esto, se le metió en un saco, del que pendía una piedra, y se le arrojó al mar, pero las olas le sacaron a la orilla. Los cristianos le enterraron secretamente fuera de las murallas de Valencia, en el mismo lugar donde hoy es venerado.