La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha firmado un convenio de colaboración con la Conselleria de Educación, Universidades y Empleo, a través de la Unidad Especializada de la Orientación del ámbito de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), para la aplicación de la escala del Sistema AEPS -3 en centros educativos. El objetivo es mejorar la inclusión de estos niños y contribuir a mejorar su calidad de vida y la de sus familias.

De esta forma, ambas entidades colaborarán en el acompañamiento, apoyo y formación de los profesionales de los centros para el conocimiento, aplicación e interpretación de esta prueba.

La escala AEPS-3 es un sistema de valoración, evaluación y programación para recopilar datos sobre las competencias de cada niño y desarrollar planes individualizados de intervención educativa. En un primer momento, la prueba se aplicará a un máximo de cuatro alumnos de segundo ciclo de infantil de diecinueve centros piloto, elegidos de forma aleatoria, en quince localidades de la Comunidad Valenciana.

La UCV, junto con los profesionales de las unidades especializadas de la orientación del ámbito del trastorno del espectro autista, apoyarán a los equipos educativos de cada centro para que, utilizando los resultados de la prueba AEPS-3, puedan determinar los programas preventivos que deben realizarse en la clase, desarrollar los objetivos de los programas personalizados e identificar áreas donde se necesite apoyo.

Transferencia de conocimiento para mejorar la inclusión

Margarita Cañadas, directora del Centro de Atención Temprana y Educación Infantil L'Alqueria de la Universidad Católica de Valencia, destaca que el acuerdo “permitirá el cumplimiento de una de las misiones que tenemos como universidad, que es la transferencia del conocimiento, en este caso, para mejorar de prácticas educativas más inclusivas”.

Cañadas reconoce la importancia del papel de las familias, ya que “son parte activa durante el proceso. Los niños aprenden durante todas las rutinas, no sólo en las de carácter académico, y por ello los padres han de tener estrategias para que su hijo practique y generalice aprendizajes en cualquiera de las rutinas diarias”.

La directora de L’Alqueria también considera que “se ha avanzado mucho en el diagnóstico del TEA, pero nos encontramos todavía con el reto de mejorar la inclusión en los entornos educativos”. En este sentido, “son necesarias herramientas como la AEPS para elaborar planes individualizados, con metodologías de aprendizaje que permitan la participación de todos los niños. La inclusión beneficia a todos, pero en el momento actual sigue siendo un derecho vulnerado en nuestro país”.