La Universidad Católica de Valencia (UCV) se ha unido a la Archidiócesis para conmemorar la fiesta litúrgica de su patrón, san Vicente Mártir, protector también de la ciudad de Valencia. Así, la capilla del Santo Cáliz de la Seo ha acogido una misa en rito mozárabe, oficiada por el obispo auxiliar emérito Esteban Escudero, en la que ha participado el rector, José Manuel Pagán, junto con los miembros del consejo de Gobierno.

Esta celebración “lejos de ser una especie de ‘esnobismo’ está en función de atestiguar la fe que nos une con aquellas comunidades que también tuvieron que sufrir por causa de su fe en medio de un ambiente hostil como era la invasión islámica. Por lo tanto, tenemos que dar gracias al Señor de seguir adelante con esa fe de los mártires y aprender de su fe en Cristo cuando, debido a las circunstancias culturales, se nos persigue o discrimina”, ha señalado Escudero.

“La actualidad del martirio cristiano es una realidad: a nosotros quizás no se nos pida dar la vida físicamente, pero sí como universidad o como cristianos, pues nos sentimos a veces fuera de las corrientes principales de la cultura contemporánea, lo cual en lugar de entristecernos debe ser una señal de la autenticidad. Los mártires fueron auténticos defensores de la fe y nuestro pequeño sufrimiento por la discriminación, a veces académica, debe ser un signo de que estamos siendo testigos de Jesucristo crucificado. El martirio no es algo del pasado, sino que a veces en formas de insulto, de discriminación, es una realidad que nos tocará vivir como personas o como institución”, ha asegurado el obispo valenciano.

Vicent Pons: “Hoy hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia”

También en el marco de la celebración organizada por la UCV ha tenido lugar un acto académico en el Salón Gótico del Palacio Arzobispal, con una ponencia sobre el martirio cristiano, impartida por Vicente Pons, vicepresidente del Cabildo Catedralicio y canónigo archivero-bibliotecario de la Catedral de Valencia.

Según ha afirmado Pons, “El Padrenuestro nos puede ayudar a entender que el martirio en imitación a Cristo en la cruz es un acto de confianza. San Vicente y otros mártires cristianos no rechazaron la muerte; podrían haber huido, podrían haber aceptado determinadas condiciones, haber renegado de su condición de creyentes… Pero no lo hicieron. El martirio lleva siempre implícita la conversión personal y el perdón. San Vicente Mártir no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Esta es otra especificidad del mártir cristiano: muere perdonando, dando la vida sin causar daño a nadie”.

Es por ello que no se puede “desunir amor y fe en el martirio. Fe y caridad se dignifican y así nos lo recuerda Benedicto XVI en Porta fidei.  El martirio es testimonio supremo de amor. El papa Francisco recordaba en la homilía de la eucaristía del 4 de marzo 2014 que el martirio no pertenece solo al pasado y que la Iglesia crece con la sangre de los hombres y mujeres que dan su vida por Jesús. Hoy hay muchos, pero no son noticia. Actualmente, hay más mártires que en los primeros tiempos: pienso en los valientes trabajadores degollados en la playa de Libia… Ciertamente tendremos persecuciones porque el mundo no acepta la divinidad de Cristo, no acepta el anuncio del Evangelio, no acepta las bienaventuranzas”.

Así sucedía, según ha apuntado este experto, con los cristianos de los primeros siglos que sufrían la difamación y padecían la prisión, pero “nosotros olvidamos fácilmente. Pensemos en los numerosos cristianos que hace sesenta años estaban encerrados en los campos de concentración, en las cárceles de los nazis, de los comunistas. Estamos convencidos de haber alcanzado una civilización diferente y una cultura más madura, pero, como afirma el papa, hoy hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia”.