La Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir condena todo tipo de violencia, incluida la de carácter moral, con claro fin intimidatorio que, bajo el falso amparo de la apariencia de la libertad de expresión se manifestaba ayer a las puertas de la Colegiata de Gandía, a la salida de los ciudadanos de la ceremonia religiosa que con motivo del patrón presidió nuestro Cardenal D. Antonio Cañizares.

El Tribunal Constitucional ha dejado especialmente claro que el derecho fundamental de libertad de reunión y manifestación es aquel que ha sido previamente comunicado a la autoridad gubernativa (STC 36/1982, de 16 de junio, FJ 6º) de forma que cualquier protesta y reivindicación sea compatible con el respeto al resto de los derechos que tienen otras personas. En este caso, se ha vulnerado la paz social y la convivencia democrática.

Desde la Universidad, en eras del respeto de la convivencia pacífica de todos los ciudadanos, queremos condenar tales hechos acontecidos, y solidarizarnos con todos los que vieron vulnerado su legítimo ejercicio del derecho fundamental de libertad religiosa, teniendo que soportar gritos, imágenes ofensivas y expresiones denigrantes.

Especialmente, queremos manifestar el apoyo a los fieles y a los sacerdotes que sufrieron las expresiones más groseras y al Cardenal D. Antonio Cañizares que fue objeto de una persecución impropia en una sociedad libre y democrática dentro de un Estado de Derecho.

Queremos agradecer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente al Cuerpo Nacional de Policía, su intervención para evitar que sufrieran daños mayores.

Desde esta Universidad que trabaja por la libertad, el respeto al pluralismo, la mejora de la sociedad desde el conocimiento y la generación de valores que asienten una convivencia pacífica, queremos reivindicar la capacidad de pensar de forma diferente de cualquier persona y la libertad de expresión, pero bajo los límites que aseguren una convivencia de los ciudadanos sin crispación y bajo el necesario respeto de la dignidad de cualquier persona que claramente se ve dañada por actos como el de Gandía.

Hay que recordar la Sentencia del Tribunal Constitucional 2/1982, de 29 de enero, (FJ 5º), que afirma que: “ni la libertad de pensamiento ni el derecho de reunión y manifestación comprenden la posibilidad de ejercer sobre terceros una violencia moral de alcance intimidatorio, porque ello es contrario a bienes constitucionalmente protegidos como la dignidad de la persona y su derecho a la integridad moral (arts. 10 y 15 de la Constitución) que han de respetar no sólo los poderes públicos, sino también los ciudadanos, de acuerdo con los arts. 9 y 10 de la Norma Fundamental. Un límite de cada derecho es respetar el derecho de los demás,…”.

La convivencia y el respeto no se generan con actos como el de en Gandía. Nuestra Condena más firme con el reconocimiento y afecto a los ofendidos.
 
Ricardo García
Vicerrector General y de Planificación Estratégica
Rector en funciones
Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir