Las personas con discapacidad que se implican en el cuidado de sus perros tienen mayor calidad de vida y salud

Las personas con discapacidad que se implican en el cuidado de sus perros tienen mayor calidad de vida y salud

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Una tesis defendida en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir por Nazaret Hernández Espeso, profesora del grado en Terapia Ocupacional ha confirmado que la implicación en el cuidado de los perros "como ocupación significativa", aumenta la calidad de vida y la salud de las personas con discapacidad.

En este sentido, en las conclusiones de la investigación de Hernández, "el factor determinante no es la mera tenencia del perro, sino la participación en actividades con él y el significado que la persona otorga a cada una de ellas”.

En lo que a los resultados se refiere, Hernández señala que “a medida que las personas se vinculan más con el animal y consideran que cuidarle es una ocupación, obtienen mayores puntuaciones en las variables de calidad de vida y salud”.

Esto sucedió de forma "significativa" para las variables de bienestar psicológico, emociones positivas y negativas, relaciones interpersonales, autoevaluación ocupacional, salud percibida, actividad física, felicidad y sentido de la vida. No se confirmó, sin embargo, para la "variable de soledad”, explica la investigadora.

Por otro lado, la tesis confirmó que no hay diferencias en todos estos parámetros entre las personas con discapacidad que conviven con perros y los que no lo hacen. “No hubo ninguna variable para la que fuera significativa la diferencia existente entre ambos grupos, cuando el único elemento que les diferenciaba era la presencia o ausencia de la mascota”, apunta Hernández.

En la investigación participaron 207 personas adultas con discapacidad residentes en España, de las cuales 101 convivían diariamente con un perro, y 106 no lo hacían. Entre los participantes había personas con enfermedades neurodegenerativas, parkinson, enfermedades mentales, lesión medular y daño cerebral adquirido.

Las personas estudiadas cumplimentaron un protocolo de evaluación que tenía por objetivo medir distintos indicadores relacionados con la calidad de vida, salud percibida, felicidad y sentido de la vida.

Asimismo, el estudio determinó que el tipo raza de la mascota no era relevante en los resultados que se obtuvieron porque “no se trata del perro sino de cómo la persona experimenta esta relación con el animal y qué significado tiene para ella todo lo que comparte con él”, ha añadido.

Para Hernández, uno de los conceptos más relevantes de su estudio y que le ha servido para enmarcar el hecho de cuidar y compartir la vida con una mascota, ha sido el de ocupación. Así, la investigadora ha utilizado la definición de Crepeau, Cohn y Schell que consideran ocupación como “actividades diarias que reflejan valores culturales y proveen estructura de vida y significado a los individuos; esas actividades se relacionan con las necesidades humanas de auto-cuidado, disfrute, y participación en la sociedad”.

La tesis de Hernández Espeso, que ha obtenido la máxima calificación, ha sido dirigida por Eva María Rosa, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia.

Rubén Figueirido / comunicacion@ucv.es

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