Los libros de texto de Educación Física de Primaria que se utilizan en los colegios españoles mantienen los estereotipos tradicionales relativos al cuerpo y a la actividad física, según apunta Irene Moya, maestra en el CEIP L’Almassil (Mislata), en la investigación que ha realizado para su tesis doctoral, defendida en la Universidad Católica de Valencia (UCV). Tras un análisis exhaustivo de todas las imágenes que aparecen en dichas publicaciones, Moya ha concluido que ninguna de ellas representa como “primer valor” la figura femenina.

“Las imágenes presentes en los libros de Educación Física de Primaria representan a una persona de sexo masculino, raza blanca y sin discapacidad. De hecho, la discapacidad está escasamente representada, por lo que contribuyen a la invisibilidad y exclusión de este colectivo, reproduciendo desigualdades derivadas de la discapacidad”, ha asegurado Moya.

Las mujeres con discapacidad, en concreto, están “mínimamente representadas” en dicho manuales. Con ello, la maestra valenciana afirma que estas personas sufren una doble discriminación “por ser mujeres” y “por tener una discapacidad”.

En estos libros, las personas de raza blanca se representan mayoritariamente en actividades deportivas, consideradas las actividades “por excelencia” en el área de Educación Física. Así, estas publicaciones no son “coherentes” con el fomento de la educación interracial en materia educativa, “ya que la omisión de la diversidad racial en la práctica de AF es una forma de discriminación”.

Además, Moya expone en su investigación que el bloque de contenidos de Educación Física que más aparece en los manuales de Primaria es el de ‘Juegos y actividades deportivas’, lo que supone una visión “reducida y limitada” de la actividad física, que no refleja el currículo de la asignatura en la etapa de Primaria, en donde además de los deportes deben trabajarse el resto de bloques de contenidos.

ERRADICAR “PREJUICIOS Y LIMITACIONES”

Para la la docente de L’Almassil, una Educación Física “crítica y reflexiva” debe preocuparse por analizar “qué información transmiten los libros de texto en la etapa de Primaria a los alumnos y cómo influyen aquellos en la adopción de actitudes y comportamientos que queremos inculcar a estos”.

Con el fin de erradicar los “prejuicios y limitaciones” que subyacen en las imágenes representadas, y que “limitan las posibilidades tanto corporales como de práctica físico-deportiva”, Moya pide, entre otras cuestiones una mayor “concienciación” por parte de la Administración educativa y de las editoriales “sobre los materiales curriculares que publican, dirigidos a un alumnado de entre 6 y 12 años”. Las imágenes que incluyan estos manuales “han de fomentar la igualdad de oportunidades, la integración y la inclusión, entre otros valores que marca la ley y los currículos escolares”.

De igual manera solicita un “análisis previo”, por parte del profesorado, de los materiales seleccionados para trabajar con el alumnado. Para ello “se debe reflexionar de manera crítica sobre los mensajes que pueden transmitir al alumnado, tanto de manera directa como indirecta; evitando la transmisión y la asimilación de prejuicios y estereotipos desde el área de Educación Física”.