XVIII Conversaciones Canónicas
Maximino Caballero: “El objetivo de la reforma económica es poner a la Santa Sede como referente internacional de transparencia”
Noticia publicada el
viernes, 16 de febrero de 2024
La administración económica al servicio de la persona y de la Iglesia ha sido el tema que ha centrado las XVIII Conversaciones Canónicas, donde se ha abordado la necesidad de una gestión económica al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. El encuentro ha sido organizado por la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia (UCV), el Arzobispado de Valencia y CaixaBank.
Las jornadas han contado con el prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, Maximino Caballero Ledo, quien ha destacado en su ponencia que la reforma económica de la Santa Sede “es un proceso a largo plazo. Aunque comenzó en 2014, prácticamente estamos empezando, por lo que hay que tener paciencia. Habrá ajustes y todo nos llevará al objetivo último: poner a la Santa Sede como referencia internacional desde el punto de vista de transparencia y de recuperación de la credibilidad”.
Del mismo modo, el prefecto ha subrayado que “la transparencia es el principio más mencionado y utilizado en las normativas de la reforma económica, porque hablamos de un patrimonio público alimentado de fuentes limitadas, en la mayoría de ocasiones, procedente de donaciones de los fieles. Por tanto, tenemos que dar y rendir cuentas. Transparencia no sólo es publicar las cuentas, es demostrar que tenemos unos procesos que funcionan, que cada ente es responsable de sus actos y que luchamos contra la corrupción”. “Hay que recuperar la credibilidad -que, a nivel de Santa Sede, está muy dañada- y sólo se puede hacer a través de una transparencia total”, ha incidido.
Una de las reformas económicas “más radicales y profundas”
Caballero Ledo ha recordado que la Ciudad del Vaticano y la Santa Sede “son entidades soberanas independientes y que la Santa Sede es el organismo del que se sirve el santo padre y los obispos para realizar la tarea del gobierno de la Iglesia en el mundo. La reforma económica se refiere, por ello, a la Santa Sede, aunque la mayoría de las normativas se han aplicado a la Ciudad del Vaticano”.
Asimismo, ha explicado que la reforma económica iniciada con el pontificado de Francisco, y culminada con la constitución Praedicate evangelium, “se engloba dentro de una reforma organizativa, más general, de la Santa Sede, si no la más importante, una de las más radicales y profundas que se ha hecho”.
Esta estructura, según ha detallado el ponente, ha ido creando su normativa para aplicar los principios básicos definidos por el santo padre: ética y respeto a la doctrina de la Iglesia; servicio, pues todo está al servicio de la misión de la Santa Sede, no al revés, y los distintos entes deben usar sus recursos de forma eficiente; sostenibilidad económica y financiera, ya que los recursos son muy limitados y debería haber un equilibrio entre entradas y salidas. En este punto, ha reconocido que “existen otros principios relacionados: la racionalización y centralización de recursos, es decir, no duplicar estructuras en todos los entes”.
Enrique Benavent: "La exigencia sobre las instituciones eclesiales va en aumento en la sociedad actual"
En la clausura del encuentro, el arzobispo de Valencia y gran canciller de la UCV ha expuesto que “la exigencia sobre las instituciones eclesiales va en aumento en la sociedad actual, pues a causa de los medios existe muchas veces una visión deformada y caricaturizada” de ellas: “Debemos ser realistas. En la Iglesia no podemos vivir en la idea de que somos un mundo aparte. Por esa razón, además de ser honrados, hay que parecerlo, mostrar que lo somos”.
“La Iglesia se halla en un proceso de cambio en las actitudes y criterios a la hora de administrar sus bienes. La dirección a la que nos orientamos, y que debe imponerse en toda la Iglesia, es la de alcanzar cada vez mayor claridad y mayor transparencia tanto en los ingresos, para que no haya ninguno oculto, como en los gastos. Tenemos unas exigencias éticas. Cuando administramos algo que no es nuestro, los cristianos nos debemos a la honradez, a la utilización de los bienes para los fines que son propios de la Iglesia”, ha subrayado.
En ese sentido, el gran canciller de la UCV ha explicado que una de las cosas que más le gustan como obispo es que los miembros de los consejos diocesanos, “incluido el de Asuntos Económicos”, se expresen “con libertad”. Eso le da la “tranquilidad” de que las decisiones no se toman en función de su propio interés”.
“Realmente, cuando alguien se expresa y aconseja desde la libertad, sin intereses previos creados, es cuando las cosas funcionan bien. El único interés que importa es el bien de la Iglesia. En esta nueva mentalidad, valorar la ayuda de estos consejos, sin querer imponer nuestros criterios por encima de todo resulta un factor clave. Por eso creo que los consejos de asuntos económicos son una de las claves de este periodo de reforma. Es bueno que el obispo, los párrocos y los responsables de cada institución escuchen y se sometan a un cierto control de estos organismos de asesoramiento”, ha indicado.
A pesar de que la Iglesia Católica esté compuesta “por multitud de instituciones”, cada una con sus propios responsables, “no es una iglesia presbiteriana” donde se actúa con total independencia: “Poseemos una estructura local, cuya cabeza es el obispo, en comunión con la Santa Sede. El párroco es responsable de la administración de los bienes de tu parroquia, pero no puede hacer lo que le dé la gana; debe sujetarse a criterios que no determina él. De igual modo, los responsables de todas y cada una de las instituciones eclesiales. Sin embargo, las actitudes presbiterianas se dan muchas veces en la Iglesia; hay quien se cree dueño de la institución que administra, por desgracia”, ha lamentado.
“El tercer reto de los asuntos económicos hace referencia a la dificultad que entraña controlar el gran número de instituciones que existen en la Iglesia, dentro y fuera de la Santa Sede. No somos una empresa, una entidad monolítica. Aunque cada vez hay más medios tecnológicos que facilitan la homogeneización de criterios, sigue siendo una labor difícil. No debemos perder de vista que la Iglesia es una realidad que cuenta con la responsabilidad de todas las personas que la forman y que depende de ellas. Es imposible poner un policía detrás de cada parroquia”, ha añadido.
Jose Manuel Pagán: “La economía no es un fin en sí mismo; debe estar al servicio de la misión de la Iglesia”
El rector de la UCV, José Manuel Pagán, ha querido poner en valor “el trabajo de quienes, dentro de la Iglesia, trabajan en los asuntos económicos y en la administración y gestión del patrimonio”. En opinión de Pagán, dicha tarea es “tan sensible y compleja como importante, al servicio de la misión de la Iglesia”.
“Ésa es la clave: la economía, en sentido amplio del término, no es un fin en sí mismo; sino que debe estar al servicio de la misión. De nada sirve tener unas cuentas muy saneadas si ésta no se cumple. Por ello, el servicio que ha de prestar la economía debe tener una doble dirección: por un lado, priorizando el cumplimiento de la misión frente a criterios economicistas, mercantilistas o de mera rentabilidad económica; y preservando directamente y en primera persona la misión”, ha aseverado.
Así, el rector de la UCV ha señalado que “los gestores de la administración económica son muchas veces quienes pueden advertir una desviación respecto de la misión que tiene la institución”. De alguna manera, aquellos que tienen dicha responsabilidad “deben asumir su doble condición, de servidores de la misión y de garantes de la misma”.
En la presente edición de las Conversaciones Canónicas de la UCV ha intervenido el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, para analizar la situación actual de la normativa canónica y la mejora de la gestión diocesana, aportando propuestas de futuro al respecto. También han participado expertos como Jaime González Argente, decano de la Facultad de Derecho Canónico; Jaime Casas Poy, director de Instituciones de CaixaBank en la Comunidad Valenciana; Juan Ruiz Lozano, director comercial de Banca Privada de CaixaBank en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia; David Alonso de Linaje, responsable de Instituciones Religiosas de CaixaBank; y Juan Carlos Estepa Jiménez, patrono de la UCV.