La Escuela de Voluntariado y Acción Social UCV organizó el pasado mes de diciembre la “Semana del Voluntariado”, cuya finalidad es promover el voluntariado entre los alumnos universitarios y dar a conocer las actividades que se realizan desde la Escuela de Voluntariado.
El miércoles 12 de diciembre en colaboración con Cáritas Universitaria, se celebró la jornada “Un día con los sin techo”, tuvo lugar un cine fórumtitulado “Invisibles”, y posteriormente fueron a acompañar a personas sin hogar de la ciudad de Valencia. En esta jornada quiso colaborar la profesora Maite Murillo y su familia, y ha querido explicarnos su testimonio. “Mi familia y yo nos sorprendimos al observar el número de personas, de diferentes edades y razas, que viven entre cartones, demasiados...Al finalizar el día, cansados nos decidimos a “acudir a la llamada”, primero al cineforum para ver la película Invisibles. Más tarde comprenderíamos su verdadero mensaje recorriendo algunas calles del centro de Valencia ayudando a los hermanos de la Comunidad “La misión eucarística Voz de los pobres” a repartir comida caliente, a escuchar y acompañar a los más necesitados. Al acercarnos a ellos, nos mostraron gratitud. Me sorprendió la alegría de algunos”, explica Maite. “Al finalizar la misión que teníamos para esa noche, pese al cansancio y las altas horas, nos fuimos plenos, llenos de amor, satisfechos y sintiéndonos mejores personas y mejores cristianos. Nos ha hecho reflexionar y darnos cuenta de lo privilegiados que somos. “Animo a todos los compañeros y a los alumnos a ser voluntarios, aunque sea por unas horas.”, añade también esta profesora que quiso aportar su granito de arena en este acto de voluntariado.
La mañana del miércoles 19 de diciembre tuvo lugar el reparto de cestas de navidad en el barrio de Nazaret. Esta jornada se organizó en colaboración con el colegio mayor del Galileo. Los voluntarios acudieron a las casas de los niños que forman parte del programa de ayudas. Una acción social que reparte ilusión entre aquellos que no pueden permitirse ese tipo de “lujos” en una época especial del año. La voluntaria María Matesanz participó en el reparto de cestas y sus palabras enternecían aún más el hecho de realizar estos actos.
“Vamos a las casas y además de darles las cestas, conversamos con ellos y nos cuentan su realidad, su historia. Son personas que han vivido situaciones difíciles en comparación a lo que nosotros quizás hemos podido pasar y ver cómo se abren a ti, impacta. Son muy agradecidos y te hacen ver realmente lo que es importante”, cuenta María. Además, añade “En general en los 4 años que llevo de voluntariado, ves que recibes más que das, porque realmente lo que haces es dedicar un tiempo y eso las personas lo valoran mucho, es muy enriquecedor. Las familias con las que colaboramos, son las mismas todos los años, y nos contaron que el año pasado les ayudó mucho y nos lo agradecieron de corazón”.
El jueves 13 de diciembre, el cónsul de Chile en Valencia, Leopoldo Ernesto López Mañez, inauguró en la Facultad de Enfermería la exposición fotográfica sobre la misión internacional que llevaron a cabo los voluntarios de la UCV en Chile y Perú el pasado verano. En el acto, cuatro alumnos de la universidad compartieron sus experiencias en esta misión internacional.
Además, en la cena de Navidad celebrada el jueves 20 de diciembre, los voluntarios de la UCV organizaron un mercadillo misionero con el objetivo de recaudar fondos para los proyectos de la Misión Internacional Verano 2019. Solo con ver la ilusión de nuestros voluntarios al realizar esta obra, se puede observar cómo un pequeño gesto puede resultar tan gratificante para una persona. La voluntaria Elena Pérez, ayudó en el mercadillo y sus sensaciones fueron muy buenas. “La verdad es que, aunque estoy bastante metida en la escuela de voluntariado y acción social de la UCV y había ayudado a montar alguna que otra vez el mercadillo solidario, al no estar luego allí no lo había sentido tanto como está vez.Sí que es verdad que me acuerdo que este verano en Perú, Ana Risco, coordinadora del equipo, empezó a comprar un montón de complementos y yo no entendía porque, más tarde me explicó que eran para el mercadillo solidario y me pareció una idea genial. Una idea que se hace aún más genial cuando estaba atendiendo y la gente me preguntaba el sentido que tenía y claro yo muy emocionada explicaba que todo el dinero que recaudáramos de aquí iba a Peru a Carapongo a la construcción de una losa deportiva y la gente se animaba a comprar por un doble motivo, por el hecho de comprar pero más aún por el hecho de contribuir para que aquellos que lo necesitan tengan una vida mejor.”
No todo terminó esa semana, y es que uno de los actos con mayor afluencia de voluntarios se ha ido desarrollando durante el mes de diciembre y sigue este mes de enero con el lema “Que ningún niño se sienta solo”. Se trata del proyecto Ciberaula organizado por la Fundación ESYCU (Fundación de la Comunidad Valenciana Estudio y Cultura), que se realiza en la ludoteca del Hospital General de Valencia. Cada semana se han ido acercando voluntarios para acompañar a los niños ingresados con el objetivo de devolverles la sonrisa en unas fechas tan especiales.
Una de las coordinadoras del programa, Marta Domingo, nos explica que “el voluntariado en el hospital siempre es un éxito. Los voluntarios se sienten muy llamados a participar en este tipo de programa, y más si es con niños. Durante el año, hay voluntarios fijos que acuden al hospital cada uno en su turno. Ahora en Navidad se ha hecho un nueva campaña para contar con más voluntarios y ha ido genial, recibimos más de 50 inscripciones.”
Marta destaca de esta campaña que no hay unos niños fijos como en los colegios o centros de acogida, debes dar tu cariño y ofrecer tu tiempo a completos desconocidos, y lo regalas con todo tu amor. “Como muchos voluntarios cuentan, el voluntariado es algo que te "engancha" y el programa de hospitalario con niños muchos más ya que no hay nada mejor que compartir con los niños lo que más les gusta hacer: jugar. No hace falta nada más, cuando se hace voluntariado se ha de ser muy sencillo y este programa te lo pone muy fácil porque no hay nada más tierno y verdadero que un niño y su juego”, concluye Marta.
La Universidad Católica de Valencia se vuelca cada año para ofrecer ayudas sociales e implicar a profesorado y alumnado en iniciativas solidarias que reconfortan.
La presentación de los programas del voluntariado para el segundo semestre se realizará a principios del mes de febrero.